La espera
Incertidumbre. Sentidos alterados. Sentís olores que otros no perciben o cosas que te gustan comer, de repente te repugnan. Hay dolores premenstruales, pero ningún Andrés te visita este mes, ni el siguiente.
La duda pasa a ser una certeza, cuando la doble raya aparece en el palito del test.
Y aunque sos feliz, limitás la alegría, porque sabés cuan efímera puede ser.
No se lo decís a nadie, para no tener que dar explicaciones si las cosas no funcionan... pero te morís de ganas de gritarlo a los cuatro vientos, que se vea la panza y poder fantasear con nombres.
El tiempo pasa lento. Te bajás una app que te va diciendo tips y no te olvidas de tomarte el ácido fólico, abandonás el café y brindás con agua en las fiestas. Tratás de comer sano y le decís “no gracias” al sushi o al spaghetti con frutos del mar.
Cada vez que vas a hacer pis mirás, no hay pérdidas. El papel higiénico sale limpito... es una buena señal, no? No. No hay certezas. Vuelve la incertidumbre que nunca te abandonó.
Soñás durmiendo y también a ojos abiertos. Hacés mil hipótesis y si... ¿esta vez es la vuelta buena?
Cuando el calendario te dice que ya se puede ver algo en la ecografía, te decidís y llamás al doctor. Y vas, con todas las dudas, los miedos, los sueños y esperanzas puestas en ese puntito de un monitor negro, que tiene que parpadear para guiñarte un ojo y decirte que está todo bien.
El negro se apodera de todo. La espera ya no es dulce, no es ácida, es amarga.
Otras diez semanas que engañan e ilusionan y se van en una tarde.
Esperemos. Calculaste mal, puede ser ovulación tardía... aparecen los casos de las ecografías que no se vieron, los “milagros” después de una semana, los “esperemos a ver que pasa”. No pasa nada.
¿Cómo te sentís?
Bien. No hay dolor físico. No hay consecuencias.
Hay vacío. Hay sueños rotos. Hay lágrimas por lo que no fue, por lo que hubiera podido. Hay fuerzas que recuperar.
Confirmo el amor, la familia, mi coraza, Mati que es mi medicina para el alma.
Y seguimos remando. A veces en dulce de leche, otras en aguas saladas...
Esperamos, desesperamos, volvemos a la calma.
:( :( lo lamento, y si se que sientes, antes del varón que tuve perdí uno y despues cuando sali en cinta era igual cuando comentas que vas hacer pis y miras el papel DIOS!! igual que yo (yo tengo toxoplasmosis) y a medida que la panza crecía igual mis miedos por lo de la hidrocefalia, asi QUE TE ENTIENDO MUY BIEN!!confiemos que los tiempos de Dios son perfectos y sabes LOS MILAGROS EXISTEN!!!
ResponderBorrarDesde acá mi abrazo fuerte fuerte, ya que palabras no tengo... :(
ResponderBorrarQué bueno que ya sepas adónde mirar para encontrar fuerzas para seguir remando.
Nada que pueda decirte, te mando un fuerte abrazo y seguí rodeándote de amor.
ResponderBorrarTe envío un abrazo grande querida Maité...
ResponderBorrarBesos
Te quiero y te abrazo a la distancia.
ResponderBorrarAy, mi amor. Además de mi cariño en un abrazo, estoy a tu lado. Todo llegará. De 2005 a 2011 esperamos nostros a nuestros hijos.
ResponderBorrarBeso graaaaaaaaaaande, graaaaaaaaaande.
Nena, tarde leí.
ResponderBorrarUn abrazo!!! Pensá en todo lo que sí puede llegar a ser más adelante!!!!
y confía en el de arriba!!! Que se las sabe todas !!!!
Un gran gran abrazo
ADORA.