La sinceridad del eufemismo

eufemismo.

(Del lat. euphemismus, y este del gr. εὐφημισμός).

1. m. Manifestación suave o decorosa de ideas cuya recta y franca expresión sería dura o malsonante.

Real Academia Española ©

¡Adoro los eufemismos! Desde que aprendí en el colegio que se podía decir de todo y a veces la gente hasta te lo agradecía, fue como una liberación para mi instinto sincericida.

El único problema, es que muchas veces el público al que va dirigido el mensaje no lo entiende. Y al tratar de explicarlo, podés embarrar la cancha.

El otro día mi padre y mi hermana estaban discutiendo. Los dos tienen carácteres bastante parecidos y por eso, chocan siempre. Como madre está en Argentina, me tocó el rol de mediadora para calmar los ánimos. Entonces, expliqué la situación a mi papá opinando lo mismo que mi hermana. Pero a mí, no me gritó.
"Es que vos, lo dijiste distinto".

No había diferencia, el concepto en definitiva, era el mismo. Pero las palabras que oía, le pesaban menos.

¡Qué tontería! ¿No? Cómo nos gusta autoengañarnos. Pero qué bueno que exista un lenguaje que sea tan rico, como para poder decir lo que queremos sin ofender susceptibilidades. Claro que a veces, no estamos con el don del vuelterío y decir una buena puteada a tiempo es bien liberador.

Pero en estos días, la cobardía se disfraza de amiguismo, los defectos se cubren de originalidad y el adoctrinamiento de fidelidad. Aceptar es más fácil que disentir. Y así vamos por la vida, con la cabeza baja y subsistiendo. Preservarnos de involucrarnos. Callarnos para no meternos. Indolentes de empatía... Hasta que te toca a vos.