Tormentas pasajeras

No es un secreto que sigo a Anabel Cornago en su blog y también en FB. La admiro, me inspira y muchas veces me comparo con ella y siento que no estoy haciendo nada por Matias. Cada vez que la leo tan activa y llena de ideas, pienso que nunca tiene bajones, que no se los permite.

Hoy la leí humana, triste.
Entonces pensé que aunque no tenga cosas bonitas para contar, puedo siempre volver a escribir en mi blog. Porque quizás, hasta mis bajones puedan ayudar a alguien más o simplemente para releerlo algún día y sonreir de las tormentas pasadas.

El mes pasado mi papá casi se muere (si te lo cuenta él, te dice que se murió y volvió, sin ver ninguna luz... solamente dijo "Chau" y todo negro). Por suerte fue un "casi" y seguimos teniéndolo en el mundo de los vivos. Eso sí, volvió más caprichoso y consentido que antes, pero lo bancamos.

Después de vivir una situación extrema y fea, volvimos a la calma y recuperamos prioridades olvidadas.
De esta tormenta, descubrimos que mi" hermanita" es capaz de arremangarse y remarla. Que aunque sea la más chica de la familia, es una mujer con una garra increíble. Que con su malhumor refleja sus inseguridades, pero al momento de actuar, se calza los botines y sale a la cancha.
Descubrí la fragilidad de mi papá y que no es eterno, como la mente traicionera nos hace creer que somos highlander y al final, todo se puede derrumbar en un segundo.
También conocí la vulnerabilidad de mi mamá, la confusión, la negación, la desesperación... todo lo que se apoderó de ella ante la hipótesis de la pérdida de su compañero de vida desde hace 40 años.
De mí, me di cuenta que cuando no sabés en qué creer, con quién hablar, a quien suplicar... todo viene bien.
No sé qué de todo lo que hice dio resultado. Si rezarle a San Expedito, pedir abrazos y buenas energías a cuanto contacto feisbukero tengo, llorar a escondidas o simplemente, que los médicos le dieron en la tecla y detuvieron la reacción en cadena que se había desatado (infarto-paro cardíaco-úlcera duodeno-cólicos de vesícula-pancreatitis).

Así que después de la tormenta, dicen que llega la calma. Nos estamos calmando.

Comentarios

  1. Nos calmamos ... y seguimos remando con vos!
    te quiero!

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  2. Uff, Maite, qué tremendo! Por suerte está llegando la calma y mimá mucho a tus viejos, claro que sí! Besos!

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  3. Es loco como todos necesitamos una cacheada de la vida para reaccionar y volver a focalizarnos en las cosas importantes de la vida.
    Me alegro que solo haya sido un susto!
    Beso!!

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  4. Eso, calma calma.
    Siempre es lindo leerte, sean excelente noticias, malas noticias o sólo cosas que nos ocurren y pensamos, sin valoración alguna. Por qué contar sólo lo bueno?

    Beso enorme a esa familia de fierro que son ustedes.
    Te quiero!

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