Con olor a choripan...
Yo soy de Pilar.
De Pilar "city", mucho antes que se pusiera de moda por los countries y los barrios cerrados, antes de los paseos de compras y los complejos de cines.
Yo vivì en Pilar por 27 años, a unas cuadras de la plaza. Esa plaza a la que dábamos "la vuelta del perro" los domingos, o la cita obligada para tocar bocina y revolear banderas cada vez que se ganaba un partido en los mundiales.
Nací en Pilar, estudié y me crié allí. Jugando a la escondida en la calle Junin, cortadita que terminaba en las vias del ferrocarril Urquiza. Yendo al almacén de doña Aylén, comprando frutas y verduras en lo de Elba, golosinas en lo de Almanza y después en lo de Poroto, con la ropa de la tiendita de Moni, los pastelitos caseros de la señora Moyano... y te puedo seguir contando, pero para vos van a ser solo nombres de comerciantes de barrio. Para mi, son olores, colores, sensaciones.
Cada 12 de Octubre, se festejan en mi pueblo las fiestas patronales. Y si bien, no es lo más fashion que te puede suceder, es una fiesta del pueblo y te juro, que aunque odiaba ese rejunte de gente y el perfume de choripán, este fin de semana, me hubiera encantado estar ahí.
Cuando iba al secundario, practicábamos una semana entera, para el desfile.
Después nos juntábamos en la calle Tucumán y esquivando los regalos que dejaban los caballos (porque siempre veníamos después de los gauchos), desfilábamos derechitas con el uniforme del colegio y los zapatos lustrados para la ocasión (la única vez al año que lustrábamos los zapatos!). Festejábamos el cumple de mi amiga Yanina y seguíamos la fiesta del pueblo.
A las otras escuelas, las dejaban poner los kiosquitos y así juntar plata para el viaje de egresados... a nosotras las monjas no nos daban permiso y teníamos que ingeniarnos para juntar fondos con fiestas, loterías y desfiles.
Todo puestito que se respete, tenía que vender choripan... y ese olor, te delataba y te perseguía. Te abría el hambre y te lo calmaba también. Para las fiestas patronales quedaban suspendidas las dietas hipocalóricas y las finezas de comer con cubiertos, un chori de parado y se seguía la vuelta. Mientras en el palco al lado de la municipalidad, se coronaba la reina de Pilar o tocaba un grupo musical y cerraban los fuegos artificiales. ¿Y después? Se esperaba otro año, hasta que las brasas se volvían a calentar y de las parrillitas improvisadas, el choripán te volvía a tentar!
De Pilar "city", mucho antes que se pusiera de moda por los countries y los barrios cerrados, antes de los paseos de compras y los complejos de cines.
Yo vivì en Pilar por 27 años, a unas cuadras de la plaza. Esa plaza a la que dábamos "la vuelta del perro" los domingos, o la cita obligada para tocar bocina y revolear banderas cada vez que se ganaba un partido en los mundiales.
Nací en Pilar, estudié y me crié allí. Jugando a la escondida en la calle Junin, cortadita que terminaba en las vias del ferrocarril Urquiza. Yendo al almacén de doña Aylén, comprando frutas y verduras en lo de Elba, golosinas en lo de Almanza y después en lo de Poroto, con la ropa de la tiendita de Moni, los pastelitos caseros de la señora Moyano... y te puedo seguir contando, pero para vos van a ser solo nombres de comerciantes de barrio. Para mi, son olores, colores, sensaciones.
Cada 12 de Octubre, se festejan en mi pueblo las fiestas patronales. Y si bien, no es lo más fashion que te puede suceder, es una fiesta del pueblo y te juro, que aunque odiaba ese rejunte de gente y el perfume de choripán, este fin de semana, me hubiera encantado estar ahí.
Cuando iba al secundario, practicábamos una semana entera, para el desfile.
Después nos juntábamos en la calle Tucumán y esquivando los regalos que dejaban los caballos (porque siempre veníamos después de los gauchos), desfilábamos derechitas con el uniforme del colegio y los zapatos lustrados para la ocasión (la única vez al año que lustrábamos los zapatos!). Festejábamos el cumple de mi amiga Yanina y seguíamos la fiesta del pueblo.
A las otras escuelas, las dejaban poner los kiosquitos y así juntar plata para el viaje de egresados... a nosotras las monjas no nos daban permiso y teníamos que ingeniarnos para juntar fondos con fiestas, loterías y desfiles.
Todo puestito que se respete, tenía que vender choripan... y ese olor, te delataba y te perseguía. Te abría el hambre y te lo calmaba también. Para las fiestas patronales quedaban suspendidas las dietas hipocalóricas y las finezas de comer con cubiertos, un chori de parado y se seguía la vuelta. Mientras en el palco al lado de la municipalidad, se coronaba la reina de Pilar o tocaba un grupo musical y cerraban los fuegos artificiales. ¿Y después? Se esperaba otro año, hasta que las brasas se volvían a calentar y de las parrillitas improvisadas, el choripán te volvía a tentar!
Que lindo que recuerdes esos festejos! se seguirán haciendo?
ResponderBorrarBesos
Tu entrada me inundo de nostalgia e inevitablemente me recordó a Rosario (Pvcia de Sante Fe). Pase los mejores años de mi infancia en un barrio de clase media-baja.
ResponderBorrarY recuerdo a mis vecinos, mis amigos de la cuadra, y la fiesta que se organizaba a fin de año donde se cortaban las calles y uníamos mesas para festejar a lo grande y todos unidos.
Que momentos inolvidables!
Saludos!
Qué "rico" tu post!!! :D Yo también extraño mucho el perfume del choripán!! ;(
ResponderBorrarUno a veces reniega pero con los años y las vueltas de la vida se da cuenta que el barrio es EL lugar, es nuestra identidad.
ResponderBorraradoro el olor a choripan, esté donde esté y a la hora que sea.. que gorda que soy!!! jajaja me encantó tu relato !! besos
ResponderBorrarAhhhhhh, que lindo post Mai! Nada como los recuerdos de cuadno "eramos jovenes" jajaja.
ResponderBorrarBesotes!
Vos contás esto y camino por tu barrio con vos!!!
ResponderBorrarpara eso sirve un blog tambien, para ser un recuerdo de los barrios... salu2...
ResponderBorrarAyyy nena te cuento que todo sigue EXACTAMENTE igual a como lo describís! Solo que ahora tienen la delicadeza de dejar a los caballos para el final... :P
ResponderBorrarBesos pilarenses y choripaneados para ti! :)
O es el paso de los años, o el que nos damos cuenta de que tiempos pasados fueron mejores o queremos creer que lo fueron, o que añoramos lo que no tenemos... Vete a saber. Crecemos y añoramos.
ResponderBorrarUn besito, amiga. Cómo va el cole?
Qué lindo!! Recordar sensaciones, olores, momentos!!! :)
ResponderBorrarCariños!
(me diste ganas de un chori)
Mi cuñado, que es de Pilar, siempre se embola cuando dicen que es un lugar fashion, y empieza a contar de su infancia cuando Pilar era un pueblo. Cariños y me encantó todo lo que contaste de las fiestas patronales. Todavía en los pueblos del interior se vive de esa manera.
ResponderBorrarRecién llego a este blog y debo confesar que me leí todos los post de "Me quiero casar"! De a poco voy leyendo mas y más y por acá me quedo!! Un beso!!
ResponderBorrarjjajaj ahora van primero los colegios y despues los caballos!
ResponderBorrarmi viejo se enoja cuando le dicen lo cheto o fashion que es Pilar...y empieza a contarnos como era cuando el era chico y tomaba cafe con leche y pan con manteca en el cafe de la estacion...
Besos