El chivo

A veces pienso que tendría que escribir, así en caliente, en el momento preciso en el que me pasan las cosas, para poder volcar las sensaciones con lujo de detalles.

Pero no lo hago. Entonces, después de pensado y repensado, analizado y exprimido, me encuentro con que mi enojo se transforma en consideración y mi desesperación en confianza.

Cada vez que nos encontramos con el psicólogo del centro al que asiste Matias, es una revolución interna. Y salgo de ahí triste y enojada.

A Matias no le agrada, entonces se comporta como él no es.
Pero si yo le digo al psicólogo que Mati no es así, no me cree, porque "todos los padres mienten y esconden la realidad de sus hijos".
Pero no mentimos, no escondemos nada, a Matias no le agrada y se lo hace saber ignorándolo y trepándose a mi como un koala.

Pasamos casi dos horas escuchando qué es lo que tenemos que hacer, cómo lo tenemos que hacer y qué tenemos que lograr.

Entonces el chivo expiatorio, el ogro malo que nos hace retroceder, el que nos apalea porque no hacemos bastante o dejamos de lado los pictogramas o somos demasiado flexibles y permisivos... Se convierte en aliado y aunque su mirada no sea transparente y sus modos no atenuen su soberbia, en el fondo trata de ayudarnos. Porque los padres necesitamos más ayuda que el propio Matias, que es un nene feliz y maravilloso. Nosotros somos los que queremos que él entienda este mundo y sus costumbres, aunque a él nadie se esfuerce por entenderlo.

Y hoy leí una noticia que me dejó llorando de emoción.
Carly, una chica con autismo, que no habla y se comunica tramite iPad, entró a la universidad de Toronto y lo escribe en su FB:
"Así que supongo que el gato está fuera de la bolsa! Yo CARLY FLEISCHMANN alguien que es no verbal ha sido aceptado en la universidad para el otoño. Me encantaría ver la expresión de la cara de mi maestra de jardin de infantes. Pensaba que no me gustó ella porque yo no la miraba los ojos. La moraleja de esta historia es que todos somos capaces."

"El autismo me ha encerrado en un cuerpo que no puedo controlar." (Carly Fleischmann)

Carly escribió un libro, pero sobre todo, con el apoyo económico de su padre, hizo un cortometraje llamado Café de Carly, está publicado en YouTube, así como la página web, http://www.carlyscafe.com/.

Para dar una visión del mundo cotidiano de Carly, y para mostrar cómo algo tan simple (como pedir un café) para la mayoría de nosotros puede ser tan difícil para alguien con autismo.

En el sitio, además de ver el video, si se apoya el mouse en distintas zonas de la pantalla, se puede sentir la distracción visual y auditiva que la mayoría de nosotros podría bloquear fácilmente, pero que se convierte en un obstáculo que envuelve a personas con autismo.