Hacer del bien
Fui a colegio de monjas por 13 años.
No, no repetí... empecé con las monjitas en pre-escolar, después los 7 de primaria y 5 de secundaria... hacen de mi vida 13 largos años transcurridos en una escuela religiosa. No salí de ahí siendo una chupa cirio, ni tampoco asidua frecuentadora de misas, ni con la fe intacta (para nada!), es más, fueron mayores las dudas al conocer tan de cerca el mundo de los curas y las monjas. Pero esa es otra historia...
Lo que venía a decirles es que después de vivir tantos años de escuela, escuchando (y machacando) legados como "caridad verdadera, amor y sacrificio" o "Haz del bien, sin mirar a quien"... parece que dentro mio, algo de todo eso quedó... o será que es una característica intrínseca de todas las personas y me estoy ilusionando con que tanta catequesis dió buenos frutos!
Cada dia que pasa, estoy más agradecida al blog. Tanto al mundo que se crea alrededor de don blogger, a la gente talentosa que escribe y a las no tanto, que como yo, lo usan para contar algo que cambie la monotonía de los días o para hacer catarsis... o simplemente para dejar algo escrito, una constancia de la vida misma.
Odio los libros de autoayuda... no me ayudan, me aburren y los revoleo a las dos páginas. Cuando me fui de Argentina, mis amigas me regalaron unos libros de Bucay que nunca leí (perdón chicas!). Ojo, no digo que sean feos... pero a mi, no me ayudan. Me deprimen más, si es que estoy deprimida.
Bueno, para hacerla corta, hice del bien sin querer... sin ser conciente de estar haciendo algo que podía ayudar a otro. Y me sentí bien. Tan bien! Te juro que ahí, me cayó la ficha y me dí cuenta que además de desahogarme (finalidad puramente egoísta), mi humilde experiencia de vida y de madre, podía ser de utilidad a otras madres que estén pasando por algo parecido... y no soy la voz de la experiencia, ni el oráculo que todo lo sabe, pero compartir mis sensaciones, mis miedos y las pocas certezas que pueda tener... hacen que este medio tome una importancia mayor de la que le daba hasta ayer. Ojo, eso no quita que siga escribiendo pavadas y que me vuelva repentinamente seria... PARA NADA! Pero me redimensiona este espacio, y si puedo a ayudar a una sola persona, supera ampliamente los objetivos que pudiera ponerme al abrir el blog.
No, no repetí... empecé con las monjitas en pre-escolar, después los 7 de primaria y 5 de secundaria... hacen de mi vida 13 largos años transcurridos en una escuela religiosa. No salí de ahí siendo una chupa cirio, ni tampoco asidua frecuentadora de misas, ni con la fe intacta (para nada!), es más, fueron mayores las dudas al conocer tan de cerca el mundo de los curas y las monjas. Pero esa es otra historia...
Lo que venía a decirles es que después de vivir tantos años de escuela, escuchando (y machacando) legados como "caridad verdadera, amor y sacrificio" o "Haz del bien, sin mirar a quien"... parece que dentro mio, algo de todo eso quedó... o será que es una característica intrínseca de todas las personas y me estoy ilusionando con que tanta catequesis dió buenos frutos!
Cada dia que pasa, estoy más agradecida al blog. Tanto al mundo que se crea alrededor de don blogger, a la gente talentosa que escribe y a las no tanto, que como yo, lo usan para contar algo que cambie la monotonía de los días o para hacer catarsis... o simplemente para dejar algo escrito, una constancia de la vida misma.
Odio los libros de autoayuda... no me ayudan, me aburren y los revoleo a las dos páginas. Cuando me fui de Argentina, mis amigas me regalaron unos libros de Bucay que nunca leí (perdón chicas!). Ojo, no digo que sean feos... pero a mi, no me ayudan. Me deprimen más, si es que estoy deprimida.
Bueno, para hacerla corta, hice del bien sin querer... sin ser conciente de estar haciendo algo que podía ayudar a otro. Y me sentí bien. Tan bien! Te juro que ahí, me cayó la ficha y me dí cuenta que además de desahogarme (finalidad puramente egoísta), mi humilde experiencia de vida y de madre, podía ser de utilidad a otras madres que estén pasando por algo parecido... y no soy la voz de la experiencia, ni el oráculo que todo lo sabe, pero compartir mis sensaciones, mis miedos y las pocas certezas que pueda tener... hacen que este medio tome una importancia mayor de la que le daba hasta ayer. Ojo, eso no quita que siga escribiendo pavadas y que me vuelva repentinamente seria... PARA NADA! Pero me redimensiona este espacio, y si puedo a ayudar a una sola persona, supera ampliamente los objetivos que pudiera ponerme al abrir el blog.
A mi tampoco me gustan -ni me ayudan- los libros de autoayuda. No aportan anda nuevo, si tenes sentido comun no los necesitas.
ResponderBorrarMe siento identificada con tus comentarios del colegio de monja, a mi me pasa lo mismo :)
Como dice Ana, se necesita sentido común, y si añadimos a los amigos, mejor que mejor. Las amistades hay que cuidarlas, si uno abandona a los amigos durante mucho tiempo se crea una pequeña heridita que no sana fácilmente, al menos en mí. Y no puedo generalizar en ese "no mires a quién", creo que hay que mirar, intuir y arriesgarse, pero a todos no, no lo merecen!
ResponderBorrarUn beso, compañera.
¿Cómo era aquello que decías de que no eras amistosa pero sí amigable, o era al revés?
Aunque muchas veces no comente (últimamente el tiempo es siempre poco!), me encanta leerte...sólo quería que lo supieras....un besote!
ResponderBorrarSilvia.
Siempre es gratificante hacer el bien... y si la oportunidad vino de la mano del blog, mejor aún!
ResponderBorrarTampoco me engancho con los libros de autoayuda.
Besos
grossssssssor!
ResponderBorrarhoy me acordaba de tus post de los miedos, seguro que es una gran ayuda para los demás!
Es una de las sensaciones más maravillosas que existen... hasta creo que uno se empieza a preguntar por qué no lo hace más seguido. Si bien no fui a una escuela parroquial, uno empieza a entender un poco más todo eso que se aprende en la catequesis... o en la familia, o lo que sea, lo importante es que se aprenda.
ResponderBorrarMe alegro mucho por vos, Mai, y todavía más por la persona ayudada...
La autoayuda... no sé, creo que casi nunca leí nada, y en todo caso no me sirvió, y no me hago la superada ni medio, de hecho si funcionara me vendría más que bien, pero no sé... nunca me atrajo, por algo será no?
Besos!
Entiendo perfectamente a lo que te referis, yo tampoco me banco los libros de autoayuda, pero no hay nada como escuchar a otras personas que pasan por algo similar a lo tuyo. Besos y gracias
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