Maria la paz...

...un paso adelante y dos para atrás!

Así estamos. Cuando parecía que estábamos por terminar con los ajetreos de médicos y estudios, retrocedemos dos casillas.

El jueves volvimos a viajar a Palermo, con un tiempo asqueroso, de lluvia a baldazos y hasta niebla. El día había comenzado con la pata izquierda, nefasto total. Eran todas niñerías, pero que si se van sumando...

Me desperté con dolor de cabeza. Mr Love hace unos días que está con tos y habla como el gallo claudio, con esa voz fastidiosa de altos y bajos... que sumada a mi dolor de cabeza, se volvía insoportable. Busco el mapa en la compu y lo mando a imprimir (OK, nos descubriste, no tenemos GPS!), pero antes le digo a Mr Love que ponga hojas normales en la impresora y saque los cartoncitos especiales. Los cambia, pero en la otra impresora, no en la que estaba imprimiendo. Entonces me baja siete páginas de indicaciones todas impresas en 250 g de papel. OK, Ooooooohhhmmmmmmm... Sigamos.
Mientras yo juntaba la carpeta con todos los resultados de los estudios de Mati, la campera, la mochila con las galletitas, el agua, los pañales, el jueguito, los muñecos, el libro... y parecia el pulpo manotas, Mr Love baja con Matias y lo sienta en el auto. Cuando ya estaba lista para bajar, me dice: Mai, agarrate una toalla, porque la ventanilla había quedado un poquito abierta y se mojó la butaca de tu lado.
OK, Ooooooohhhmmmmmmm... busco una lonita que tengo y bajo.
Cuando llego a la vereda, lo veo a Matias que Mr Love lo había dejado sentado en el asiento de mi lado. Entonces, le pregunto: ¿pero de qué lado estaba mojado? ¿el tuyo?
Noooo, el tuyo!
Y entonces por qué lo sentaste a Matias?! Se habrá mojado todo el pantalón!
Y si... tenía el pantalón húmedo.
Lo bajo del auto para cambiarlo, y se le cae el tupper con los bizcochitos que estaba comiendo.
Empieza a llorar, entonces, mientras Mr Love trataba de colocar la silla de Matias en el asiento de atrás, yo vuelvo a subir a casa, le lleno de vuelta con los bizcochitos, le seco un poco los pantalones y bajamos.
Mientras, se asoma mi vecina... Hoy no lo mandás al jardínnnnnn?
No, hoy no.
Si están saliendo, entonces aprovecho y estaciono mi auto.
Si, estamos saliendo.
Ella se empecina en darme charla, no entiende que no pretendo contarle mis cosas a la chusma del barrio.
Nos subimos al auto Matias y yo, Mr Love va hasta la panadería de la esquina a comprarle un pancito a Mati, porque a las doce le agarra hambre seguramente y estaremos en pleno hospital.
Tarda una eternidad (o no, pero con la vecina pegada en el auto de atrás, el tiempo se hizo lento y eterno).
¿Todos listos? Pronti, partenza, via...
Cargamos nafta y Matias empieza a molestarse en su silla. Decido cambiarme y viajar atrás, con él.
Llegamos a Palermo, agarro los mapas-impresos en cartoncito grrrrrrrrrr-, seguí por acá, doblá por allá seguí por esta... Mr Love dobla. Te dije que siguieras por estaaaaa... Bueno, le preguntamos a este policía. "Tenía que doblar en aquella". Hace falta que dijera, TE LO DIJE. Maldito dolor de cabeza en aumento.
Llegamos, encontramos estacionamiento. Despierto a Matias que se había dormido en el último tramo, entramos en el edificio. Buscamos el piso. Menos mal que era el primero, porque el ascensor tenía una cola interminable. Subimos por las escaleras. Laboratorio citogenético. Ok. Tenemos turno para las doce. Nos escribimos igual en una lista, con orden de llegada.
Sale una enfermera, si, es acá, está en la lista. Se siente y espere. ¿A ver la orden? ¡Pero le faltan todos los códigos! ¿Usted paga? No. Bueno, vaya a la caja, en planta baja y vea que le dicen. Bueno, todo bien. Orden aprovada, no nos toca pagar.
Esperamos, esperamos, seguimos esperando. Matias tiene hambre, le doy el "panino". Una nena lo mira comer, le corto un pedazo y se lo doy. Matias me fulmina con la mirada, por haberle robado medio pan. La nenita le da un mordiscón y lo escupe. Después tira el pedazo de pan al suelo.
La madre la reta: Sofiiii, no se hace. La señora le saca el pan al hijo y vos lo tirás?!
Seguimos esperando. Finalmente llega el turno casi dos horas después a las 13:45: Matias Love. Si, acá estamos.
Entramos. Empiezan a hacernos preguntas y llenar una ficha. Fecha de nacimiento. Cuánto pesó? 4,250 Kg. Era diabética? No, no. Todo normal. Siempre fue tan grande, durante todo el embarazo o empezó a crecer en algun mes en particular? La verdad es que no me acuerdo, supongo  que después del sexto. (Y eso que estuve de dieta los nueve meses y engordé solo 13 Kg!).
Nació con agiomas, en donde? Cuando Mati nació, tenía unas manchas rojas que iban desde la frente, atravesaban la nariz y terminaban en el mentón, marcando como una línea. Con el pasar del tiempo se le fueron aclarando, muchas desaparecieron. Le quedó un poquito en la frente, pero casi imperceptible.
Y no le hicieron una radiografia al craneo?
No.
Y no le hicieron una ecografia al abdomen?
No.
Medimos la cabeza de Matias. Es cabezón.
Medimos la cabeza de mamá... tiene a quien salir, mamá es cabezona. (La PQTP doctora!)
Medimos a papá...
Tiene el mentón como papá.
Pecho de pollo... (no lo dijo con estas palabras, pero quiso decir eso)
Tendones hiperflexibles (los dedos se le dan vuelta para atrás, como a mí!).
Los pies... peso, altura...
Es bello. (que ya lo sé que es bello pero viniendo de una que estudia la genética, decir que mi hijo es BELLO es un doble piropo, no?)
Veamos el pene... Se lo tira para atrás! Usted sabe que lo tiene que tirar para atrás, no? No, la verdad que no. Lo hable con la pediatra.
OK.
Ven los estudios que ya le hicimos. Y cuando agarra el del maraqueiro, dice, bueno pero este estudio había que repetirlo. Estos resultados, hasta los padres se daban cuenta que el niño no es sordo. Hay que hacerle el zarazazazograma y el piripipicustico. Es inútil que sometamos al nene a los análisis genéticos, si quizás es un problema auditivo. Pero la pediatra no vió que acá estaba escrito que aconsejaba repetir los estudios.
Y.... que se yo! Habla en ese momento por celular con nuestra pediatra, le dice que ella se encarga.
Hagan estos estudios y después volvemos a vernos.

Salimos del consultorio, con la moral por el piso. Con la sensación de haber perdido el tiempo. Este turno, me lo habían dado en diciembre. Y el estudio auditivo, adonde me mandaron ahora, es en aquel lugar que me daban turno para mayo -siempre en diciembre- imaginate ahora en marzo, para cuando me lo darán. Y encima, esperábamos esto, para poder presentar los papeles en otro lado, para entrar en un instituto que le ofrecen más horas de fonoaudiologa y psicomotricidad, gratis... asi que tenemos que seguir esperando.
Fuimos a comer una hamburguesa y seguimos viaje. Le pedí a Mr Love que parara el auto en el medio de la ruta, porque tuve que vomitar. De impotencia, de nerviosismo, de dolor de cabeza o simplemente de BK maldito que me cayó mal el Steakhouse.

Ayer fui a la pediatra, con la ametralladora de preguntas sin respuestas cargada.
Por qué no le hicimos la radiografia al craneo?
Porque las manchas no eran tan marcadas, eran en linea central -no se desviaban para un costado- y desaparecieron con el tiempo. No era necesaria.
Por qué me preguntaron por ecografías al abdómen?
Para ver si había malformación de órganos internos. Pero si todo le funcionaba bien, no hacía falta.
Le tengo que tirar el pene para atrás? Nooo, todavía noooo! Es chiquito. Es que allá, la doctora se lo tiró y le hizo mal, porque lo tiene todo rojo. Pomadita y sin tocarlo!
Me tranquilizó, me dijo que ella se encargaba de mandar el fax y que nos dieran un turno más cercano. Le escribió todos los zaraza-estudios posibles, así se dejan de joder. Matias escucha, no es hipoacustico, ni sordo, ni como quieras llamarlo... pero tenemos que descartar todas las posibilidades.

El dolor de cabeza va menguando, junto con mi mal humor. Y seguimos en la lucha, que es cruel y es mucha... pero sin aflojar, aunque a veces me baje la guardia y tenga días de llanto y desesperación. Porque yo también soy humana, no?