Subibaja
Descubrí que soy mati-animica.
Según su comportamiento, sus actitudes, sus atenciones... puedo estar de un humor radiante que me permite hacer proyectos o puedo estar hecha un trapito, que ni siquiera tiene ganas de levantarse de la cama.
Mi hijo es mi sol, es mi eje, es mi mundo.
En estos últimos meses, aprendí la importancia de su mirada. Sus ojitos celestes ya no me escapan ni me ignoran, me miran. Me inspeccionan, y hasta a veces me desafían. Superamos los pocos segundos, me mira un rato largo.
La pelota con las formas ya no tiene secretos para él, juntar los colores se vuelven una pavada. Cuenta con los dedos y hace el "give me 5!" cuando festejamos. Aplaudimos, bailamos y saltamos.
Soplamos para que suene la armónica y también hacemos burbujitas. Dibujamos, pintamos... y también jugamos al super Mario (porque después de tanta fatiga, necesita su premio!).
A veces juega con sus compañeritos del jardín y hasta les habla en su idioma.
Se da vuelta cuando la maestra lo llama y le responde "Siiii" cuando le ofrece el agua.
Todas estas cosas, me dejan flotando en el aire livianita como una pluma, me dejo mecer por el buen momento y miro a todos desde arriba, orgullosa de los cambios positivos y feliz, convencida que podemos mejorar...
Pero cuando revolea todo, se empaca en la calle y se arrastra en la vereda. Me pega, me muerde, tira todo lo que encuentra a su paso, no quiere hacer los ejercicios, no me mira ni me habla... me hundo. Me abate la tristeza, me encierro en mi mundo. No quiero hablar, no quiero proyectar, no quiero imaginar. No quiero que sea así. Quisiera entrar en su mente. Hacerle entender que es útil comunicar. Que yo lo entiendo y lo quiero ayudar.
Entonces, Matias viene al lado mio, se sube al sillón, me abraza, me acaricia... y de a poquito, vuelvo a subir.

Bueno, sin entender nada del tema, pero con sentido común digo: si él cuando quiere lo hace, quiere decir que PUEDE, no?
ResponderBorrarNO tiene la discapacidad, el límite. Puede ser que tenga un caracter fuerte, que sea cabrón y se empaque, y se cierre de bronca, pero todo eso tiene solución.
YO te leo y mando las mejores ondas, siempre. Hasta con mi familia hablamos de tu tema, y nos pareció lógico que suceda en familias con dos idiomas.
Yo también soy una esponja para cómo esté mi hija. Una fiebre de 38º en ella me tira abajo, hasta me agarra cagadera!!! Eso no es raro, es ser mamá.
Ashiku
Amorosa!
ResponderBorrarQué fortaleza hay que tener!
Te mando un besote y un abrazo!
Piano, piano Mai! lo bueno es el cambio positivo, será de a ratos, pero nada impide que esos ratos se prolonguen hasta ser la constante.
ResponderBorrarCariños
¿Cómo mantener el bajón si con un beso te desarman? Fíjate que han entrado en mi vida dos y los dos pasan cada día por toda las enumeraciones que citas. Me miran, me asombran, me retan a cada instante y trato de mantenerme madre... cosa que practico desde hace unos escasos tres meses. Pero me abrazan al instante y se vuelve a equilibrar la balanza. Añadamos un cóctel de dificultades idiomáticas... Y, como tú, lo hago lo mejor que sé.
ResponderBorrarUn besito.
ayyy querida Maiii! como te entiendo....
ResponderBorrarcomo dicen mas arriba, por supuesto que estaras "animicamente" acorde a como este tu hijito....creo que es parte de "ser mamas"...Clap, clap por todos los hermoso progresos...que no dude que pasarian en ningun momento...y tambien a vos Mai por acompañarlo tan bien...Eliana
te va a seguir llenando de besos asi y muchos mas...cariños
Mai, es lógico estar en esa subibaja (¡o montaña rusa!) emocional... Sólo hay que recordar, cuando estamos abajo, que vamos a volver a subir eventualmente... y cuando estamos arriba.. ¡hacer fuerza para mantenernos!
ResponderBorrarTe mando un beso enorme, me alegraste con todos esos cambios positivos que describiste!
Mai, por lo que contas tu hijito ha hecho muchos cambios, y todos positivos!!eso es bueno, es para celebrarlo y me alegro por ustedes.
ResponderBorrarSe que no es facil y a veces uno se deja caer, pero tu hijo ha progresado tanto y lo has ayudado tanto que tenes que estar feliz y orgullosa por eso.
Un abrazo,
Hola Mai, la mayoría somos dependientes del humor de nuestros hijos, a mí me resulta lo más normal del mundo! Cuantos cambios, muy buenos, muchas ganas, mucha buena onda, que va a salir todo bien.
ResponderBorrarBesso
Los míos tienen 25 y 28 años y aún influye en mi estado de ánimo lo que ocurre con ellos... por lo que ten mucha paciencia que siempre va a ser así..
ResponderBorrarBesos
Ashiku: gracias por tus palabras! No sé... hasta que no tengamos la visita en diciembre, me quedo con esta intriga de saber si es un cabezon de caracter fuerte o si realmente existe el problema. Veremos...
ResponderBorrarAli: gracias! Me llegò tu afecto!
Ceci: Ojalà esta variable se vuelva constante!!!
Vero: es que estos niños vienen sin manual y una aprende sobre la marcha!
Eliana: gracias por alegrarte conmigo! Un beso grande
Ann: si, creo que es mas una montaña rusa, de esas rebuscadas... gracias!
Cookie: cuando tengo la mente lucida (y no ofuscada por el bajon!) soy feliz por los cambios!
Marita: compa de correspondencia! Me llego toda tu buena onda! Gracias!
Betty: vos decis que es una condena que durarà por el resto de nuestros dias esto de ser hijo-timica? Gracias Betty!!! jajaja
Gracias a todas por pasar y comentar! Baci
Diosa, arriba!
ResponderBorrarÉl es tu sol y te entiende como nadie.
beso
Uy, sí yo también dependo del buen funcionamiento del mini mundo de mi niño, no lo puedo evitar. Quisiera ser más fuerte, pero por mas que careteo se me nota. Al final hay que mostrarse como uno es, y estar tan conectados no puede ser algo malo nunca. Fuerza!!
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