Yo me quiero casar (39)
La última semana de junio fue maratónica. A pesar de que estábamos super organizados y no quedaban muchas cosas por hacer, fue una locura y viví una emoción detrás de otra.
Con todo el sacrificio económico que les implicó, pudieron viajar mis tíos y mis primas, reuniendo de nuevo después de cinco años a toda la familia. Seguramente mi nonno Pippo, mirándonos desde arriba, se habrá reído de las vueltas de la vida, al vernos a todos en su pueblo y a su nieta mayor que se casaba con un ‘paesano’ suyo. Me sentía feliz de tener a mi gente conmigo. A pesar de vernos más grandes, más viejos, más rubios o más canosos, más gordos o más flacos... En cada sobremesa parecía que el tiempo no hubiese pasado: mi tío comiendo la sandía con tanto gusto, mis primas retándolo porque comía demasiado, mi tía tratando de hablarle a Mr Love en un italiano españolizado. Estaba tan contenta de tenerlos a ellos acá, conmigo, que poco importaba que la iglesia de mi lado quedara vacía... porque eran pocas personas pero las que yo necesitaba estaban (casi todas) a mi lado.
Casi todas.
Pasada la primera mitad de junio, tuve que empezar a hacerme a la idea que mi comadre y mi ahijada no podían viajar para mi casamiento y a las dos, nos costaba tanto ver esa realidad.
Hasta discutí con Mr Love, para que me prestara la tarjeta de crédito para pagarles el pasaje. Fue más realista que yo y a pesar de mi enojo y mi rabia, Mr Love pensó en el después.
Ahora, viéndolo con calma, le doy la razón, porque no sé cómo hubiéramos pagado la tarjeta. Pero en ese momento hubiera empeñado cualquier cosa para tenerla conmigo.
Mi ahijadita Mechi se quedó con el vestido de damigella sin usar, mi amiga y comadre, se ganó una depresión que la tuvo hecha una piltrafa por casi un año.
Las dos quedamos con los ojos hinchados de tanto llorar y un dolor en el alma por no poder compartir ese día. La peleamos por todos los frentes, agotamos todas las opciones y no pudo ser. El dinero que según dicen no hace la felicidad, en ese caso fue el único obstáculo que impidió que mi felicidad fuese absoluta.
Como me quedaba con una nena sola de cortejo, a último momento tuve que buscar a otra nenita entre los parientes sicilianos. Pero tuve el problema que si le decía a una de una parte de la familia, la otra parte se me ofendía, entonces para empatar, le tuve que decir a dos niñas más.
El detalle era que yo había comprado dos vestiditos para las nenas, uno para mi ahijada y el otro para una vecinita de Mr Love, entonces un vestidito quedó en Buenos Aires con su dueña... el otro en Sicilia. Después me enteré que acá no los compra la novia los vestidos del cortejo, sino que se encargan los padres de la criatura del vestuario para la ocasión y los respectivos gastos, pero me parece de mal gusto, por qué poner en gasto a una familia si la que se casa es una?
En fin, para no disturbar a los progenitores de las niñas y para que aceptaran el acompañarme al altar, les dije que yo me encargaba del vestido. Pero el tiempo era poco para realizarlos iguales al modelo que había comprado mi prima S con mi hermana. Entonces, en lugar de agregar dos, tratando de copiarlos al modelo existente, mi madre se ocupó de confeccionar tres iguales. Como si la locura de hacerme las cortinas, arreglar la casa y estar pendiente de todos los detalles no fuera suficiente... le dí el trabajo de coser los vestiditos de las damigelle.
El domingo 24 de junio, tuvimos el ricevimento. Generalmente lo hacen mucho tiempo antes de la fecha del matrimonio para poder saber con precisión de cuánto dinero se dispone para la fiesta. Nosotros en cambio lo hicimos cinco días antes del gran día, para que nuestros parientes pudieran participar de absolutamente todos los eventos colaterales.
Ese domingo, empecé mi mañana a las 7.00 con la noticia de que mi madre había tirado su vestido y no tenía que ponerse! El “estressssssss” era tanto que no entendíamos nada... y mi mamá, que me hizo las cortinas, me forró un sillón y confeccionó además los vestiditos para las nenas, en un ataque de orden y limpieza agarró los retazos de tela y los tiró a la basura.Sin querer, entre medio de los retazos, estaba también el vestido que se tenía que poner, que lo había llevado a achicar a la modista y se lo había devuelto en una bolsita de plástico. Para esto estuvo toda la noche hasta las 4 de la mañana, llorando y vaciando el ropero, buscando el vestido... a las 4 se fue a dormir y a las 5 se despertó con un flash! Fue repasando mentalmente lo que había hecho y revivió el momento de la limpieza, focalizando en “la bolsita” de los retazos y racionalizando que lo había tirado!
Cuando me levanté, me contó toda la historia y antes de que me volviera loca, me dijo que no me preocupara que igual había encontrado que cosa ponerse. Ella también había hecho la dieta y todas sus cosas de fiesta le quedaban grandes pero improvisó con una pollera negra y una remera de gasa negra con unos bordaditos... y zafó, al menos no estaba desnuda!
A las 8, me fui al peluquero… un calor de locos. Ese año el verano empezó muy temprano y a fines de junio era un infierno. Salí de ahí al mediodía, toda peinadita y maquilladísima… supuestamente a prueba de sudor (?!) para que durara todo el día!
Fui a casa (de mis viejos!) me cambié, comí un sandwichito y me fui para MI CASA!
[Aún hoy MI casa es la de mis viejos y también la mía. No puedo hacer la distinción... entre una y otra, no me sale!]
Cuando llego a la una, lo veo a Mr Love que estaba ahí desde la mañana para recibir a los posibles invitados tempraneros (casi ninguno! Salvo un par de parientes suyos).
Yo ya estaba toda emperifollada y él... con un par de bermudas y una remerita!
Que hacés así?
Ah, ya te vestiste? Ok, me voy a cambiar.
Y se fue a su casa (la de sus viejos!) dejándome sola en la magnitud de mi nueva casa. Entonces me fui al living, me encendí la tele, me apunté el ventilador encima… y me relajé… la calma antes de la tempestad!!!
Antes de que se fuera Mr Love que estaba con la hermana… me dice: ¿decime una cosa, tenemos un florero para poner el ramo que trae mi mamá?
¿Cómo ramo? Era arreglo tipo centro de mesa... no ramo!
La cosa es que como las flores salían carísimas, mi suegra se ofreció para comprarme las flores del “ricevimento”, entonces le dije a mi mamá que no se preocupara por las flores de la mesa, que pensaba la mamá de Mr Love...
Entonces, imaginen mi cara cuando me dijo que no había comprado lo que me había dicho...
Ni bien se fueron... yo desesperada, llamo a mi vieja, le digo lo ocurrido y le aviso para que trajera la esponja vegetal, la tijera y que viniera preparada para transformar el ramo de flores en EL ARREGLO FLOREAL de centro de mesa.
A las 2 y media vino Mr Love, con el famoso ramo y me dice: por favor, no le digas nada a mi mamá, porque ya discutieron en mi casa, por esto de las flores. Florinda se sintió mal porque las encargó ella y se pelearon, así que fijate si se pueden arreglar, pero no digas nada porque los ánimos están bastante caldeados...
OK, no te preocupes. Pero mi cara era más transparente que mis palabras y a pesar de decirle, "No te hagas drama, están bien las flores..."
Mi cara le decía: "Para qué te ofreciste si me traes esta cagada?!"
¿Cómo calmar la ansiedad de la perfección?
Por suerte, después vino mi mamá y cual Edward, joven manos de tijera... hizo un arreglo estupendo!
A medida que pasaban las horas el calor aumentaba.
Empezaron a caer los primeros invitados como a las 4... y dale subir y bajar escaleras para mostrarles la casa. Obviamente, cada uno que venía, traía “ LA BUSTA ”, es decir el sobre con el dinerillo!!!
Y así fuimos sumando todo el día. La hecatombe, se vino después de las 8 de la noche, porque obviamente, la gente aprovechaba el día de playa y vinieron casi todos para el final. A las 9 de la noche, mi casa estaba invadida por cien personas, distribuídas en los tres pisos... el calor era insoportable y mis pies no daban más (los zapatos me habían hecho un millón de ampollas).
Con Mr Love ya no subíamos y bajábamos escaleras como con los primeros huéspedes... a esa altura, nos quedábamos en un piso cada uno y mostrábamos tipo guía turística, en la escalera nos dábamos el pase y listo... la terraza la veían los invitados solos!
A las 10 y media ya no dábamos más y decidimos que era el momento de contar la plata!
Dimos vuelta el botellón y empezamos a contar... en total, recibimos 15.000 euros!
Y respiramos profundo! Porque el salón con el catering nos costaba 12.000... así que significaba que nos alcanzaba y no teníamos que salir corriendo a pedir créditos!!!
Y si después de pagar todo nos sobraba algo, lo podíamos destinar a la luna de miel que la haríamos un año después con destino argentino y para presenciar el casamiento de mi prima S.
Al final del arqueo de caja, invitamos a todos los presentes a cenar en el mismo lugar donde el 29 festejábamos el casamiento, pero en lugar de ser en el salón de fiestas, la cena fue en un gacebo en el jardín. La cena fueron de entrada unos calentitos, pizza, torta helada y champagne para brindar... prácticamente un anticipo de casorio...
Con todo el sacrificio económico que les implicó, pudieron viajar mis tíos y mis primas, reuniendo de nuevo después de cinco años a toda la familia. Seguramente mi nonno Pippo, mirándonos desde arriba, se habrá reído de las vueltas de la vida, al vernos a todos en su pueblo y a su nieta mayor que se casaba con un ‘paesano’ suyo. Me sentía feliz de tener a mi gente conmigo. A pesar de vernos más grandes, más viejos, más rubios o más canosos, más gordos o más flacos... En cada sobremesa parecía que el tiempo no hubiese pasado: mi tío comiendo la sandía con tanto gusto, mis primas retándolo porque comía demasiado, mi tía tratando de hablarle a Mr Love en un italiano españolizado. Estaba tan contenta de tenerlos a ellos acá, conmigo, que poco importaba que la iglesia de mi lado quedara vacía... porque eran pocas personas pero las que yo necesitaba estaban (casi todas) a mi lado.
Casi todas.
Pasada la primera mitad de junio, tuve que empezar a hacerme a la idea que mi comadre y mi ahijada no podían viajar para mi casamiento y a las dos, nos costaba tanto ver esa realidad.
Hasta discutí con Mr Love, para que me prestara la tarjeta de crédito para pagarles el pasaje. Fue más realista que yo y a pesar de mi enojo y mi rabia, Mr Love pensó en el después.
Ahora, viéndolo con calma, le doy la razón, porque no sé cómo hubiéramos pagado la tarjeta. Pero en ese momento hubiera empeñado cualquier cosa para tenerla conmigo.
Mi ahijadita Mechi se quedó con el vestido de damigella sin usar, mi amiga y comadre, se ganó una depresión que la tuvo hecha una piltrafa por casi un año.
Las dos quedamos con los ojos hinchados de tanto llorar y un dolor en el alma por no poder compartir ese día. La peleamos por todos los frentes, agotamos todas las opciones y no pudo ser. El dinero que según dicen no hace la felicidad, en ese caso fue el único obstáculo que impidió que mi felicidad fuese absoluta.
Como me quedaba con una nena sola de cortejo, a último momento tuve que buscar a otra nenita entre los parientes sicilianos. Pero tuve el problema que si le decía a una de una parte de la familia, la otra parte se me ofendía, entonces para empatar, le tuve que decir a dos niñas más.
El detalle era que yo había comprado dos vestiditos para las nenas, uno para mi ahijada y el otro para una vecinita de Mr Love, entonces un vestidito quedó en Buenos Aires con su dueña... el otro en Sicilia. Después me enteré que acá no los compra la novia los vestidos del cortejo, sino que se encargan los padres de la criatura del vestuario para la ocasión y los respectivos gastos, pero me parece de mal gusto, por qué poner en gasto a una familia si la que se casa es una?
En fin, para no disturbar a los progenitores de las niñas y para que aceptaran el acompañarme al altar, les dije que yo me encargaba del vestido. Pero el tiempo era poco para realizarlos iguales al modelo que había comprado mi prima S con mi hermana. Entonces, en lugar de agregar dos, tratando de copiarlos al modelo existente, mi madre se ocupó de confeccionar tres iguales. Como si la locura de hacerme las cortinas, arreglar la casa y estar pendiente de todos los detalles no fuera suficiente... le dí el trabajo de coser los vestiditos de las damigelle.
El domingo 24 de junio, tuvimos el ricevimento. Generalmente lo hacen mucho tiempo antes de la fecha del matrimonio para poder saber con precisión de cuánto dinero se dispone para la fiesta. Nosotros en cambio lo hicimos cinco días antes del gran día, para que nuestros parientes pudieran participar de absolutamente todos los eventos colaterales.
Ese domingo, empecé mi mañana a las 7.00 con la noticia de que mi madre había tirado su vestido y no tenía que ponerse! El “estressssssss” era tanto que no entendíamos nada... y mi mamá, que me hizo las cortinas, me forró un sillón y confeccionó además los vestiditos para las nenas, en un ataque de orden y limpieza agarró los retazos de tela y los tiró a la basura.Sin querer, entre medio de los retazos, estaba también el vestido que se tenía que poner, que lo había llevado a achicar a la modista y se lo había devuelto en una bolsita de plástico. Para esto estuvo toda la noche hasta las 4 de la mañana, llorando y vaciando el ropero, buscando el vestido... a las 4 se fue a dormir y a las 5 se despertó con un flash! Fue repasando mentalmente lo que había hecho y revivió el momento de la limpieza, focalizando en “la bolsita” de los retazos y racionalizando que lo había tirado!
Cuando me levanté, me contó toda la historia y antes de que me volviera loca, me dijo que no me preocupara que igual había encontrado que cosa ponerse. Ella también había hecho la dieta y todas sus cosas de fiesta le quedaban grandes pero improvisó con una pollera negra y una remera de gasa negra con unos bordaditos... y zafó, al menos no estaba desnuda!
A las 8, me fui al peluquero… un calor de locos. Ese año el verano empezó muy temprano y a fines de junio era un infierno. Salí de ahí al mediodía, toda peinadita y maquilladísima… supuestamente a prueba de sudor (?!) para que durara todo el día!
Fui a casa (de mis viejos!) me cambié, comí un sandwichito y me fui para MI CASA!
[Aún hoy MI casa es la de mis viejos y también la mía. No puedo hacer la distinción... entre una y otra, no me sale!]
Cuando llego a la una, lo veo a Mr Love que estaba ahí desde la mañana para recibir a los posibles invitados tempraneros (casi ninguno! Salvo un par de parientes suyos).
Yo ya estaba toda emperifollada y él... con un par de bermudas y una remerita!
Que hacés así?
Ah, ya te vestiste? Ok, me voy a cambiar.
Y se fue a su casa (la de sus viejos!) dejándome sola en la magnitud de mi nueva casa. Entonces me fui al living, me encendí la tele, me apunté el ventilador encima… y me relajé… la calma antes de la tempestad!!!
Antes de que se fuera Mr Love que estaba con la hermana… me dice: ¿decime una cosa, tenemos un florero para poner el ramo que trae mi mamá?
¿Cómo ramo? Era arreglo tipo centro de mesa... no ramo!
La cosa es que como las flores salían carísimas, mi suegra se ofreció para comprarme las flores del “ricevimento”, entonces le dije a mi mamá que no se preocupara por las flores de la mesa, que pensaba la mamá de Mr Love...
Entonces, imaginen mi cara cuando me dijo que no había comprado lo que me había dicho...
Ni bien se fueron... yo desesperada, llamo a mi vieja, le digo lo ocurrido y le aviso para que trajera la esponja vegetal, la tijera y que viniera preparada para transformar el ramo de flores en EL ARREGLO FLOREAL de centro de mesa.
A las 2 y media vino Mr Love, con el famoso ramo y me dice: por favor, no le digas nada a mi mamá, porque ya discutieron en mi casa, por esto de las flores. Florinda se sintió mal porque las encargó ella y se pelearon, así que fijate si se pueden arreglar, pero no digas nada porque los ánimos están bastante caldeados...
OK, no te preocupes. Pero mi cara era más transparente que mis palabras y a pesar de decirle, "No te hagas drama, están bien las flores..."
Mi cara le decía: "Para qué te ofreciste si me traes esta cagada?!"
¿Cómo calmar la ansiedad de la perfección?
Por suerte, después vino mi mamá y cual Edward, joven manos de tijera... hizo un arreglo estupendo!
A medida que pasaban las horas el calor aumentaba.
Empezaron a caer los primeros invitados como a las 4... y dale subir y bajar escaleras para mostrarles la casa. Obviamente, cada uno que venía, traía “ LA BUSTA ”, es decir el sobre con el dinerillo!!!
Y así fuimos sumando todo el día. La hecatombe, se vino después de las 8 de la noche, porque obviamente, la gente aprovechaba el día de playa y vinieron casi todos para el final. A las 9 de la noche, mi casa estaba invadida por cien personas, distribuídas en los tres pisos... el calor era insoportable y mis pies no daban más (los zapatos me habían hecho un millón de ampollas).
Con Mr Love ya no subíamos y bajábamos escaleras como con los primeros huéspedes... a esa altura, nos quedábamos en un piso cada uno y mostrábamos tipo guía turística, en la escalera nos dábamos el pase y listo... la terraza la veían los invitados solos!
A las 10 y media ya no dábamos más y decidimos que era el momento de contar la plata!
Dimos vuelta el botellón y empezamos a contar... en total, recibimos 15.000 euros!
Y respiramos profundo! Porque el salón con el catering nos costaba 12.000... así que significaba que nos alcanzaba y no teníamos que salir corriendo a pedir créditos!!!
Y si después de pagar todo nos sobraba algo, lo podíamos destinar a la luna de miel que la haríamos un año después con destino argentino y para presenciar el casamiento de mi prima S.
Al final del arqueo de caja, invitamos a todos los presentes a cenar en el mismo lugar donde el 29 festejábamos el casamiento, pero en lugar de ser en el salón de fiestas, la cena fue en un gacebo en el jardín. La cena fueron de entrada unos calentitos, pizza, torta helada y champagne para brindar... prácticamente un anticipo de casorio...
Ayy mujer pero que trabajo!! Ya estaba transpirando de solo leerlo.
ResponderBorrarBueno pero todo sea por el conteo final!
Te dejo un abrazo y gracias por pasar por mi blog
Me pasó igualito con lo de decir "mi casa"... bueh, ahora a veces digo "la de mis viejos" o "la de mi mamá" (que no sé por qué si viven ambos y medio mi hermana tambien... será que mi mamá es la que protesta cuando se ensucia algo, jaja)
ResponderBorrarAhí sí que es estresante el casamiento eh? Y más si sos perfeccionista. Creo que por una vez en mi vida no lo fui, en mi casamiento, y lo disfruté mucho más, porque al final asi nada termina saliendo como un lo planea (aunque mucho mejor cuando es más plata por ejemplo!)
Pobre tu mamá!!! Entre su vestido y las cosas que tuvo que hacer habrá soñado un año entero después con telas y máquinas de coser!
La emoción del gran día ya se siente en el aire (espero que para el casamiento ya no tuvieras las ampollas en los pies!)
Besos!
Que trajín!!! cuanto trabajo, pero que buena "recaudación" jaja
ResponderBorrarLo de tu vieja, es típico de las que tenemos que estar en todas las cosas... por ahi nos mandamos un macanón... Realmente es para hacerle un monumento, por todo lo que hizo!
Besos
Hola! te dejo la dirección de mi blog, cuando puedas date una vuelta,
ResponderBorrarhttp://sabrina-eremita.blogspot.com/
Un beso grande
Hola! me encanto su pagina!!
ResponderBorrarMe llamo Ana Maria y soy administradora de un directorio web/blog. Tengo que decir que me gusto mucho su pagina y le felicito por hacer un buen trabajo. Le cuento que me encuentro construyendo alianzas con webs amigas para asi atraer mas visitantes y poder hacer mas conocida mi web. Por ello, me encantaria contar con tu sitio en mi directorio, consiguiendo que mis visitantes entren tambien en su web.
Si esta de acuerdo. Hagamelo saber.
Suerte con su web!
Ana Maria
que bueno que tu mamá se convirtió en Edward y salvó el asunto
ResponderBorrarme encanta todo esto que contás, me hace vivirlo, y me provoca una enorme ternura
en el fondo toda la ilusión que transmitis en esas ganas tuyas de casarte, vuelve entrañables tus post mai
beso grande
Reitero y reitero y reitero, yo tengo que hacer la mitad de todo ese ceremonial y no me caso, no, no y no! Bué ... capaz que si, pero como haría renegar a mi familia política italiana!
ResponderBorrarBesos
15 lucas boluda! ajajajajaja yo agarro la guita y me voy corriendo! :)
ResponderBorrarQue estress... yo no creo que puediera sobrevivir. Ahora, tened en cuenta que tu vieja es de oro... coser, arreglarse, sacarte del apuro con las flores... maestra total.
Uno te lee y siente toooodoo el ajetreo e.e
ResponderBorrarjaja con todo eso, sigo pensando que IGUAL yo me quiero casar :D
Saludos idola :))
Jajajaja, lo que haría yo con 15000 euros,
ResponderBorrarMe dejaste exhausta de sólo pensar en los preparativos y recordar algo de los míos..
Cuánta parafernaria, no?
Cariños!!