Yo me quiero casar (30)

Ese anillo que Mr Love me regaló el día de mi cumpleaños, no tenía ningún significado especial. Era un regalo como cualquier otro, no cambiaba nuestra relación volviéndola más formal, porque ya lo era desde el primer momento.

Después de tres años sin vacaciones y con la economía doméstica familiar más estable, decidimos que podíamos pensar en un viajecito juntos. Obviamente tenían que ser vacaciones gasoleras, no importaba la lejanía, nos alcanzaba con que fuese un lugar tranquilo. Queríamos disfrutarnos mutuamente las 24 horas, probar la experiencia de dormir toda la noche juntos y ver cómo podía ser nuestra convivencia. Nunca me había ido de vacaciones con ningún novio, porque mi madre no me dejaba y yo le hacía caso. Pero a esta altura del partido ni falta hacía que le pidiera permiso, con tres décadas en mi haber ya estaba crecidita como para elegir con quién irme de vacaciones. Pero a falta de mi madre, esta vez la tenía a mi suegra que le dijo a Mr Love:
¿y la madre de Maité qué dice que se van juntos de vacaciones?
¿Qué va a decir má? Ya somos grandes!
Ya sé... pero viste cómo es la gente que comenta...
La gente comenta... y dejalos que hablen nomás.

¿Realmente existía gente que se pudiera horrorizar porque una pareja (de dos personas de treinta años!) se fueran juntos de vacaciones? ¿O era mi suegra demasiado aprensiva para que su nene se viniera de viaje conmigo?

Antes de que el verano iniciara, le había pedido a mi jefe la primer semana de octubre. Le dije que dejaba pasar todo agosto que es la temporada alta y también septiembre que, teniendo en cuenta el año anterior había sido movidito, y me iba en octubre (cuando todos estaban de regreso). Y en ese momento me habia dicho que estaba bien... después, el día de mi cumpleaños se enteró que la mujer estaba embarazada y quiso trastornar un poco mis planes, porque supuestamente en mi ausencia mi rol lo cubría su esposa y acá pareciera que cuando una está embarazada está enferma o no sé, porque automáticamente queda inválida y no puede hacer nada...
Pero poco me importaba, porque mientras tanto, yo había hecho nuna búsqueda en internet, el destino elegido era la Isla de Lampedusa. Averigüé hoteles, hosterías, residence, precios, ofertas y tarifas varias... indagué un poco como era la isla, sus atractivos y demás. Yo soy de las que se imprimen el mapita de internet antes de viajar a algun lado, o se averiguan las combinaciones y las paradas, para evitar imprevistos. Soy organizada y me gusta tener los imprevistos bajo control (cosa imposible!) pero me quedo más tranquila y viajo mejor con las reservas hechas, no soy de las que se echan al viaje y duermen donde encuentren. Será por eso que mis vacaciones se dan cada dos o tres años...

Lampedusa es una isla de 20 km², y es la más grande de las islas del archipiélago de las Pelagias en el Mar mediterráneo. Se encuentra más cerca de Africa que de Europa, está a 205 km de Sicilia y a 113 km de Túnez siendo el territorio italiano ubicado más al sur, así que el calorcito lo teníamos asegurado.

Cuando septiembre estaba por la mitad, le recuerdo a mi jefe mis serias intenciones de irme de vacaciones y como tenia que reservar, necesitaba que me confirmara con exactitud los días que me podía tomar. Por ley me correspondían 24, pero como nada se regía por lo que la ley decía, tenía que ver que era lo que al boss se le cantaba. Me dijo que lo deje organizar un poco la agenda y después me decia la fecha.
Después de consultar sus compromisos, y para mi sorpresa, en lugar de ser la primera de octubre, me dijo que prefería me tomase la última semana de septiembre. Yo le advertí que con el inicio de la escuela, se incrementaba el trabajo los últimos días de septiembre pero me dijo, es esa la fecha... tómala o déjala! OK, LA TOMO! Encima que lo decía por él y su mujer, se me hace el cocorito? Para mí estaba perfecto, total era lo mismo.

Así fue que en seguida reservamos con Mr Love y pagamos un anticipo del 20%.
Al día siguiente, se vino un caos laborativo inesperado. Al punto tal que si no hubiese reservado... seguro me decía de quedarme! Pero gil, decí alpiste y perdisteeee!!!
El viernes 23 (último día de trabajo) me fui a casa a las 11 de la noche... pero le dejé todo organizado y listo para que se las pudiera arreglar solito y no me llamara por teléfono (porque era capaz!) en el medio de mi relax. Queríamos paz y tranquilidad, desconectarnos del mundo.

Días antes de la partida, cuando Mr Love pasó por la agencia de viajes para ver el horario de los vuelos, estaban todos los puestos ocupados.... ¿qué? ¿Qué pasó? Estábamos convencidos que íbamos a encontrar tranquilidad absoluta y casi nada de gente porque el verano había terminado hacía rato y el 21 de septiembre había empezado el otoño... y en lugar de eso se van todos a Lampedusa? Nos explicaron que ese fin de semana daban un concierto gratuito llamado O’Scià, donde un montón de artistas famosos se reunían en un recital a beneficencia por los inmigrantes clandestinos que desembarcan en Lampedusa, escapando en gomones desde Africa. Así que estaban todos los vuelos ocupadísimos y ni siquiera había lugar en las listas de reservas. Mirá vos que suerte la nuestra y nosotros que queríamos aislamiento total de la humanidad!
Tuvimos que optar obligatoriamente por la opción mar, eligiendo entre dos alternativas: aliscafo o ferry. El primero tardaba 4 horas, el segundo 8. Elegimos aliscafo. Llamamos a la compañía para hacer las reservas y nos dijeron que no era necesario. Nosotros insistimos, viendo los antecedentes del avión, pero casi con cansancio nos dieron a entender que los asientos sobraban. No nos quedamos muy convencidos, pero nadie nos queria tomar la reserva, así que nada.
Contra viento y marea el sábado 24 de septiembre, me levanté tempranito, me terminé de arreglar las cosas, Mr Love me vino a buscar y compramos los sandwichitos para el viaje. Partíamos a las 2 de la tarde desde el puerto de una ciudad a media hora de viaje que se llama Porto Empedocle, pero teníamos que salir de Sciacca al mediodía. Mientras todos continuaban con un ritmo frenético... nosotros estábamos sonrientes y viviendo en cámara lenta, nos faltaba un cartelito en el pecho que le dijera al mundo "estamos de vacaciones"!!!
Saludamos a todos y partimos. Nos llevó mi cuñado, en el auto de Mr Love. En el camino íbamos pensando... y si no hay lugar, y no nos dejaron reservar los asientos... el quilombo que les armamos... Pero no, por suerte llegamos y habia gente, pero no para tanto.
A las 14,30 nos subimos y partimos rumbo a Lampedusa. Jamás habia viajado en aliscafo, resulta ser que se "eleva" y va al ras del agua, casi volando al mejor estilo te toco y no me mojo!
Al principio se veia la tele, una vez entrado en alto mar, no se veia nada ni el celular tenia campo de cobertura. Entonces empezaron a poner música (de colectivero, de esa lenta y melosa). Y entre toda la selección musical, adivinen qué metieron? Una pista... que canción no quisieras escuchar en alta mar???
Siiiiiiii, Celine Dion cantando la de Titanic!!!!
Después de 3 horas de agua, vimos una isla volcánica, llamada Linosa. Daba un poco de impresión, porque se veían las vetas de las piedras negras y amarillas... y yo con mi fobia al fuego, ya me imaginaba lava por todos lados y el volcán en erupción. Después de una breve parada de 15 minutos, continuamos viaje a Lampedusa. Una hora después estabamos tocando tierra firme (o casi) en la isla de destino, que al menos no daba señales de volcanes inflamados.
Nos estaba esperando el tipo del residence con una combi y un montón de gente por todos lados, nosotros que buscábamos tranquilidad y a penas pusimos un pie en Lampedusa nos encontramos con todo el mundo (y encima gente conocida y clientes de Mr Love!!!)
El tipo del hotel nos hizo un girito rápido diciendo a la derecha vas al centro, a la izquierda al puerto y así con todo. Obviamente no entendimos nada, pero a todo le dijimos que si! El hombre estaba apurado porque tenía que ir al aeropuerto a buscar otros turistas. Bueno, nos dió la llave del bungalow, las de la moto (porque el alquiler del departamento por una semana incluía una motito gratis!) y nos dijo que si teníamos que hacer compras, el super estaba cerrado el domingo, así que teníamos que aprovechar now!
Dejamos todos los bártulos con Mr Love, dimos un vistazo general (todo divino y limpísimo) y partimos motorizados al super, a hacer nuestra primera compra de parejita feliz.
Obviamente nuestra meta era: todo lo que estaba en oferta!!!
Estuvo divertido... hasta que al momento de pagar nos dimos cuenta que teníamos 10 bolsas de super... y una moto! Entonces la cajera muy amable nos dice... si quieren se los alcanzamos con el furgón... graciassssss!!!
Obviamente aprendimos la lección y las compras futuras se limitaron a menos bolsas.
La primera cena... llegamos y mientras Mr Love se bañaba, me puse a cocinar... a mi tanito no lo arreglas con unos fideitos con manteca... o un panchito... nonono querida, su estómago le pide el primer plato y también el segundo. Y pensar que en mi casa no te lavaba ni un tenedor! No hacía nada! Me había ido de vacaciones a laburar!
Vi lo que habíamos comprado y de primer plato le clavé unos spaghetti con salsa y atún... y de segundo, lo arreglé con unas croquetitas de mozzarella, como para salir del paso... y asi zafé. Pero al día siguiente debía esmerarme más si quería conquistar a mi Amorcito por la panza!
Me bañé, un poco de chapa y pintura y nos fuimos adonde estaba la joda.
Gracias a las indicaciones del dueño del residence, nos perdimos... no por él, sino porque nosotros no entendimos nada... y encima de noche, menos aún!
Como sea, retomamos y logramos ir a la playa donde se hacía el recital. Para nuestra alegría, cada dos pasos nos encontramos con gente conocida y justamente eso era lo que no queríamos!
Pero por suerte, a partir del lunes todo fue distinto. El domingo terminaron los festejos y con ellos los turistas en exceso.
Los días fueron pasando, mis menúes se fueron volviendo más sofisticados... y hasta descubrí mi especialidad: "le farfallete con panna e pancetta" (fideos moñito con una salsa crema hecha por mi con champignones y panceta). Pasada la prueba de la cocina, doña Petrona, se podía dedicar a disfrutar de sus vacaciones con su cuchicuchi... ya nada podría perturbar su idilio romántico... hasta que descubrimos que no todo era perfecto!

Al tercer día, al volver de la playa y mientras Mr Love se estaba bañando en primer lugar, sale como una bestia furiosa del baño y me dice: Mai, nos quedamos sin agua caliente! Es el colmo de un plomero!!! Y así empezó la competencia con los vecinos del bungalow de al lado, porque descubrimos que compartíamos termotanque sin saberlo y nosotros llegábamos de la playa lo más tranquilos, nos tomábamos una cervecita con papitas de copetin en la galería... mientras que ellos ni bien llegaban corrían a bañarse y nos consumían toda el agua... pero nos juramos que al día siguiente, no nos iban a agarrar enjabonados y sin agua. Así fue que llegamos de la playa y sin destapar la birra, nos bañamos, nos cambiamos y nos sentamos muy sonrientes a esperar que llegaran... Y nunca más nos quedamos sin agua caliente!!!
Nuestros dias pasaban tranquilos... desayuno... pileta... almuerzo... playa... aperitivo... cena... paseo por el centro... cocktail... casa (obviamente con mucho sexo entre medio, pero no voy a entrar en detalles de la maratón que hicimos con Mr Love, lo único que doy como indicio es que volvimos con una amplia sonrisa indeleble y bien descargaditos!)



También nos perseguía un viejo con un perro... que la esposa se había ido y volvía el fin de semana y el viejo estaba solo y buscaba siempre conversación. Nosotros, los dos antipáticos antisociales, lo esquivábamos, pero siempre se las ingeniaba para romper el hielo y hablarnos, al final, nos dimos por vencidos.
Una noche, mientras cocinaba unos churrasquitos dejamos la puerta abierta y entraron millones de mosquitos y nos dedicamos a matarlos antes de que nos chuparan toda la sangre... los vecinos roba agua habrán pensado que éramos una pareja sadomaso... porque dabamos unos golpes tremendos contra las paredes... y decíamos: Ahí! Dale! Más fuerte... jajajaja
Otro día quisimos hacernos los Indiana Jones e ir al descubrimiento de la isla, nos subimos a la moto y dijimos, vamos a recorrerla de punta a punta... en 20 minutos, no había lugar por descubrir, era demasiado pequeña!



En cada lado de la isla se formaban cuevas y ensenadas que hacían playas exclusivas, con distintos colores de mar. Las llamaban Calas (Cala Croce, Cala Creta, Cala Madonna, Cala Guitgia…) y algunas eran accesibles únicamente vía mar, entonces estaban los barquitos que te hacían la excursión saliendo a la mañana, almorzabas en el barco, te llevaban a las grutas y las playas a las que no podías acceder por tierra y volvías a la tarde.



Maravilloso fue el día que descubrimos la Spiaggia dei conigli (La playa de los conejos, aunque es reserva natural porque dejan sus huevitos las tortugas caretta caretta). Resulta ser que nos dice nuestro amigo el viejo con el perro: ¿no fueron todavía? Se las recomiendo! Tienen que ir... Versión confirmada por el dueño del residence que nos dijo que era la mejor playa de la isla y nos indicó como llegar (y esta vez entendimos a la perfección!). Nos preparamos la mochila y partimos "Poncharello y el amigo de Chip" en la motito. Desde la ruta empezamos a ver un montón de jeeps, 4x4, areneros estacionados, al igual que motitos, scooter... asi que nosotros dejamos nuestro vehículo y continuamos el camino a pie (porque como era una reserva, no se podía pasar de otro modo). La cosa es que no se veía nada y nadie nos había advertido que era un "camino pedregoso", yo con la agilidad que me caracteriza (que me caigo en llanura y con la calle parejita) y encima en ojotas... me recé todo el rosario para no caerme en plena bajada de montaña... porque me rompía literalmente el alma! Un calor sofocante, un camino que no terminaba más, hasta que se ve un abismo increíble y allá abajito... una playa paradisíaca! Al final, valió la pena la travesía porque la playa era de ensueño. La cosa fue que nosotros fuimos tarde y estaba hasta el último granito de arena ocupado... quedaba solamente la ubicación sobre las rocas... y asi fue que estiramos los toallones y aunque nos haya quedado la espalda cuadrada y el culo duro... quien nos quita lo bañado? Al atardecer emprendimos la retirada... prometiendo que la próxima teníamos que ir mas temprano y con la camarita acuática para sacarles fotos a los pesces que eran increíbles.



La cosa es que el miércoles a la noche llovió... y a partir del jueves, los días no fueron demasiado lindos. La cosa se agravó cuando, el jueves a la mañana, ya empezamos a pensar en el regreso y fuimos a ver si teníamos suerte con el avión... otra vez todo ocupado... así que no nos quedaba otra que volver como habiamos llegado... con una excepción: si el mar estaba movido, el aliscafo no partía... así que la alternativa era la nave grande (traghetto) que si el tiempo estaba feo... tampoco venía a la isla!
Continuamos a disfrutar de los últimos días que nos quedaban sin pensar demasiado... o mejor dicho, ejercitándonos para ver cómo volver nadando!!!
Nos compramos la camarita acuática pero cuando volvimos a la playa, los peces se habían ido con el mar movido... y quedamos solamente la mojarrita de Mr Love y el bagre de Mai!



El sábado no estuvo tan lindo, asi que aprovechamos para sacarnos fotos y nos quedamos en la pileta del hotel. Después de cruzar los dedos para que el tiempo mejorara... El domingo, día de la vuelta, como no podia ser de otra manera, salió un dia espectacular... pero el aliscafo no llegó y nos volvimos en el barco que en vez de tardar 8 horas como habían anunciado en la boleteria, tardó diez. Pero lo importante es que llegamos a tierra firme.



Nuestro viaje fue toda una revelación para Mr Love, porque pudo apreciarme en el rol de ama de casa, cocinera, amante y además no se desilusionó, al contrario, confirmó la elección. Lo sorprendí con mis menúes y mis dotes organizativas. Y a mí, me encantó ser la señora Love por una semana. Así que el siguiente paso era empezar con las indirectas para mover al susodicho al gran paso.