Yo me quiero casar (26)

El primer año con Mr Love fue intenso e inolvidable. Lleno de emociones y cargado de diversión.

En mis historias anteriores, al cumplir el primer año de noviazgo, la etapa del enamoramiento era agua pasada porque me había abandonado en el primer trimestre y la amiga rutina se apoderaba de la relación. Nunca tuve los ojos a corazoncitos que me hicieran ver a mi novio perfecto, siempre les veía los defectos pero los aceptaba así como eran y me resignaba.

En Mr Love reunía todo lo que había buscado por años sin saber que lo buscaba. Obviamente había tenido que sacrificar la idea de mi hombre ideal de pectorales marcados, espalda ancha y brazos robustos... porque mi chico era un espárrago flaco y sin rastros de músculos. Él era divertido, espontáneo, creativo, inteligente. Lo amaba, pero por sobre todas las cosas, lo admiraba. Se me llenaban los ojos de lágrimas cuando tocaba el piano solamente para mí y no podía seguirlo cuando me hablaba de música, pero podía emocionarme, escucharlo y comprenderlo. Sus estados de ánimo eran cambiantes y su música lo representaba. Podía ser alegre pero también depresivo como pocos... por suerte nos turnábamos con los estados de ánimo y esto facilitaba la tarea de poder levantarnos mutuamente.

En noviembre viajé a la Argentina con mi hermana. Tenía que resolver algunas cuestiones de papeles y negocios familiares, y de paso, asistir al casamiento de una de mis mejores amigas (que años después perdería el título de mejor y de amiga).

Durante el viaje en auto hasta el aeropuerto se la pasó haciendo chistes con mi primo Antonio. Parecía que solamente yo lo iba a extrañar. En italiano no existe el verbo extrañar, para expresar ese sentimiento dicen “mi manchi” (me faltas). No es lo mismo faltar que extrañar. Y yo lo iba a extrañar.

Cuando llegamos a Argentina, pasada la emoción del reencuentro, los abrazos, las cargadas porque el acento tano se nos filtraba al hablar, se me presentó la triste realidad. Ya no pertenecía a ese lugar. Estaba más italianizada de cuanto había creído. Extrañaba hasta la radio con música italiana!

Además me encontré con sorpresas desagradables. Los familiares a los que les habíamos dejado los trajes de mi papá, algunas cosas importantes y mis libros de la universidad para que los guardaran para poder expedirlos después, los habían vendido (y sin consultar!) pensando que ya no íbamos a volver a buscarlos nunca más y encima se habían quedado con el dinero de la venta! Las porcelanas y objetos de plata de mi mamá, los lucían en la vitrina del comedor... como si fueran una herencia de ellos. Estos gestos sumados a otras actitudes y comentarios negativos hacia mis padres, hacían que quisiera irme al segundo día, hacer borrón y cuenta nueva y olvidarme de la existencia de estos parientes que hasta antes de partir, eran mi familia, los consideraba como mis segundos padres. No creía a mis ojos y no quería escuchar la cantidad de barbaridades que decían, entonces trataba de estar poco tiempo en la casa de mi tía y ni bien empezaba a hablar, la cortaba cambiándole de tema, porque yo sabía cómo la estaban pasando mis viejos en Italia y cual era la realidad.

Empecé a revolverle las cosas y encontré algunos objetos que me quería llevar, como el carrusel musical que mi mamá colgaba del inmenso arbolito de navidad que hacía cuando vivíamos en Pilar. Para nuestra segunda navidad italiana, no íbamos a tener un arbolito desplumado y con una bola de cada color... al menos esta vez, se iba a iluminar con este adorno, que nos representaba, porque tenía cuatro caballitos que subían y bajaban mientras sonaban los villancicos (que después de cinco minutos te taladraban el cerebro, pero que mi vieja no se cansaba de escuchar!). También me cargué el servicio de cubiertos de alpaca y lo puse en la valija, desparramando tenedores y cuchillos por todos lados. Y nada más, porque el resto de las cosas habían desaparecido.

Mi hermana, no se vió en los veinte días de estadía. Se la pasó de joda y de amiga en amiga. Yo los viví cargados de angustia y preocupación. Lidiando con abogados y tratando de acelerar la burocracia para poder llevarme resultados concretos. En el medio de tanta mala sangre, organicé la despedida de soltera de mi amiga, la acompañé a la prueba de make up y peinado, a comprar las últimas cosas que le servían y leí una lectura en la iglesia para su casamiento. En la fiesta descontrolamos con mis otras amigas y el resto de los invitados, excepto la novia, que cual Grecia se fue a llorar al baño en más de una oportunidad porque no le gustaba que la tiraran por el aire o porque el novio se estaba empedando o porque se le había corrido el rimel... tantas lágrimas tenían que darnos la pauta que el matrimonio no iba a durar demasiado. Dicho y hecho, al año y medio se separaron... reintentaron, fueron amigos, amigovios, solo amantes... pero nunca dejaron de ser enemigos... y a los cinco, firmaron el divorcio.

Mientras tanto pensaba en Mr Love y él me llamaba, pero a ninguno de los dos nos gustaba hablar por teléfono, así que nuestros diálogos eran un fracaso. Empezaba a extrañarme aunque no tuviera el verbo, lo sentía y lo descubría por primera vez en su vida.

S. sabiendo de mi regreso al país, reapareció y me invitó a cenar. Hablamos, le conté de mi vida. Me dijo que había conocido a una chica. Me miró de pies a cabeza, se detuvo un buen rato en mi delantera (más voluminosa!)... y me dijo que me veía bien. Después me acompañó a la casa de mis tíos y quedamos en volver a vernos antes de mi partida.

Cuando llegó la fecha de volver al viejo continente, no quise perder un segundo de tiempo y los últimos días me la pasé pegada a mi comadre. Me acompañaba a todos lados (a pesar de tener una familia y un trabajo!), había declarado un stand by con su vida habitual y había aclarado a marido/hijos/jefe que estaba SU amiga en Arg y que no le importaba nada más.

Nuestro vuelo salía de Ezeiza a las once de la noche. S. me estuvo esperando un rato largo en la casa de mi tía y viendo que yo no llegaba, me dejó un CD de regalo y se fue. Cuando volví de hacer compras siempre con mi comadre Carola y mi ahijada que no se me despegaron un segundo, me sentí culpable de no haberme despedido bien de S, pero bueno... quizás era mejor así. Llegamos al aeropuerto, la peleé al embarcar las valijas porque me querían cobrar un dineral de exceso de equipaje, lágrimas por todos lados, hicimos tiempo hasta el final para subirnos al avión. Cuando ya estábamos a bordo, mientras mi hermana acomodaba los bolsos de mano en el sector de primera clase por orden de la azafata, porque en la económica ya estaban todos los puestos ocupados. Vienen dos tipos de la aerolínea, me llaman por mi nombre y me dicen que nos tenemos que bajar del avión.

"Cada vez que toco un poco fondo,
cada vez que el tiempo vuela,
un recuerdo más que pasajero,
otra ilusión que llega,
cada corazón merece una oportunidad,
y está perdida sola en medio de la ciudad.
soy el que lo piensa por los dos
hasta que sale el sol.

Cada sensación o sentir vulgar
una sola cosa, un solo lugar.
un recuerdo más que pasajero,
será como empezar otra vez de cero.
cada corazón merece una oportunidad,
y está perdida sola en medio de la ciudad.
soy el que lo piensa por los dos
hasta que sale el sol.

No importa el problema,
no importa la solución.
me quedo con lo poco que queda
entero en el corazón.
Me gustan los problemas,
no existe otra explicación;
ésta sí es una dulce condena! "

Comentarios

  1. ¡¡Qué chotos los tíos!! No es la plata, es el hecho... NUnca se termina de conocer a la gente, lamentablemente. ¿creían que ustedes se daban la gran vida allá y no necesitaban el dinero? Hiciste bien en llevarte lo que pudiste, qué tanto.

    Mirá todo lo que tuvo que pasar para que encontraras a tu hombre.

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  2. Creo que es natural que al volver después de un año tan intenso veas las cosas que dejaste con otros ojos... pero de ahí a lo que encontraste hay un trecho enorme!
    No quiero hablar mal de tu familia, porque no me corresponde, pero es increíble!!! Qué se yo, será que yo soy muy aferrada a mis cosas que cuando tengo las de otro trato de cuidarlas como si fueran mías... No puedo entender cómo la gente procede de esa manera... en fin.
    Me imagino que además de tu comadre, no tenías demasiados motivos para alargar tu estancia y muchísimos para el regreso. Ahora nos quedamos con la intriga de qué se interpone en el camino del reencuentro.

    Besos!

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  3. noooo con lo que le habia costado subr al avion y la hacer bajar D: no ><
    cada corazon emrece una oportunidad
    me encanto aquello
    buena entrada :) quede enganchada >< pasate :)

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  4. Eres mala, eh? Muy mala. No se puede parar aqui la historia, en lo mas interesante.

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  5. sabes que sos malvada??????????... no podes terminar un post asi!!

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  6. Por favor no nos dejess con la intriga, necesito ya saber cómo sigue!!! :)

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  7. ehhhh como vas a cortar un post asi!!! menos mal que los leo atrasados y tengo el capitulo siguiente al alcance un clik!!! jaja

    que HdeP los tíos!!!!!!!!!!!

    Besos

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