Yo me quiero casar (23)

Antes de invitarme al casamiento, mi cuñada, encaró a Mr Love y le preguntó si nuestra relación era seria, si tenía intenciones duraderas, si yo me iba a volver a Argentina, si él pensaba irse a la Argentina conmigo...

Creo que Florinda era la vocera de la familia, porque los mismos temores que ella expresaba, eran en realidad los miedos de todos ellos. Superado el interrogatorio con respuestas correctas, le dijo: Bueno, entonces invitá a Mai a mi casamiento y le decís que se siente a tu lado. Ahora que tenés novia oficial, que te acompañe como se debe.

Cuando sentados en el auto, Mr Love me dijo que su hermana me invitaba al casorio, yo le dije contenta “Está bien, voy”. Cinco segundos después me cayó la ficha y empecé a ponerme nerviosa.

Me iban a presentar al resto de la familia y me iban a sentar en la mesa principal, al lado de mis suegros y de Mr Love... Ya me veía más observada que la novia! Pero ya estaba en el baile, ahora me tocaba bailar.

Si algo había aprendido en mi única experiencia casamienteril era que los parientes cercanísimos y los amigos íntimos que hacían de testigos, tenían mucha presencia en la fiesta y en los eventos colaterales. Además aparecían en las fotos... así que era un buen motivo para tirarse el ropero encima.

Mi cuñada se casaba el 13 de agosto, calor asfixiante. Pero tenía de bueno que los negocios habían empezado con los descuentos y los de atuendos para fiestas no eran la excepción. El problema era que trabajando, mis horarios coincidían con los de los negocios, pero me quedaba el sábado por la tarde y lo aproveché.

No sé si era porque venía de vivir dos inviernos seguidos o porque era mi primer verano siciliano, pero ese año sentía el calor como nunca. Los veranos sicilianos son tremendos, el sol es fuerte y la humedad se siente en el cuerpo... Y yo que andaba dando vueltas para comprarme vestido y odiando los probadores!

Otra cosa que detesto más que a los probadores, es a los vendedores antipáticos que te miran con asco mientras te "adivinan el talle".

En el primer negocio que entré, me miraron de pies a cabeza. Está bien, yo no iba demasiado elegante... los pies con ojotas, unas bermudas anchas y una musculosa de breteles finitos. Los del negocio estaban vestidos para el galá de la ópera, pero es el laburo de ellos... yo que venía de caminar negocios, no me iba a poner los tacos y el tailleur! Los primeros dos vestidos que me trajeron eran horribles, gigantes y de vieja. Encima la señora se la pasaba diciéndome: "es que con ojotas desluce toda la ropa" - mientras me miraba con su cara de asco. (Bueno vieja, no me traje los tacos, pero me pongo en puntas de pie y es lo mismo... )

Me mostraban cosas feas... o cosas que no eran para mí.

Hasta que veo entre varios atuendos una tela que me llamó la atención. Era un color bronce pero no demasiado brilloso, porque otro tema son las telas tornasoladas que no me gustan (me acuerdo de una ex amiga que se había hecho el vestido de 15 con una tela tornasolada entre el rosa-violeta-fucsia y parecía una caja de bombones).

Cuando lo saca del perchero y me muestra el resto... era una falda formada con gajos, más cortos adelante y el último de atrás hacía como una cola. El corsette, era descubierto en la espalda y en la parte de adelante subían dos tiras que iban detrás del cuello y formaban una solapa (parecido al traje de Blancanieves! Jaja). OK, no soy una experta de moda, no entiendo nada de textiles ni soy un gran qué explicando... después les pego una foto y listo! Era sencillo y sin brillos, ni plumas, sin ninguna exageración. Me gustaba y no era “un cache” como dice mi comadre para las cosas ordinarias.

Sin buscar más, sin ir a otros negocios... ese era mi vestido. Hasta la empleada mala onda, cuando me lo vió puesto me dijo, que con la ropa que llevaba puesta engañaba... no era gorda! Jaja Y se justificó diciendole a mi madre: “es que esta juventud de hoy, se viste con cosas grandes”.

Cuando dí vuelta la etiqueta, casi me caigo de culo. Decía “€ 340”, no sabía si era descontado o qué descuento le iban a aplicar, pero siempre era mucho. La miro a mi vieja con cara de resignación, antes de salir habíamos establecido un límite máximo de 100/120... para poder comprar los zapatos y accesorios con los 50 restantes. Pero por ese precio no habíamos conseguido nada. Cuando le preguntamos cuánto era el precio final, apretó las teclas de la calculadora, hizo unas muecas con la boca y nos dijo, con el descuento viene 220... mis ilusiones de bronce se esfumaban de un golpe... y siguió diciendo: "pero como es el último y el único talle que me queda, se los dejo a 180..." juntando todo nuestro capital llegábamos a 170!

Como una nenita hablándole al almacenero le dije: ¿Se lo puedo dejar señado con 170 y después le alcanzo los 10 que faltan?

El viejo que estaba en la caja, hizo una sonrisa y se apiadó de mí: “Llévelo por 170, está bien!”

Nosotros habíamos aceptado el precio de una, sin regatear... los sicilianos están acostumbrados a pelear el precio y pedir siempre descuentos... otra cosa que aprendimos con los años!

A ellos diez euros les hacían cosquillas, para nosotros era la comida de un día. El primer año de italianos, fue durísimo y no me avergüenza reconocer que nos ayudaba la iglesia para comer. Con las miserias que ganábamos de sueldo, no nos alcanzaba demasiado y mensualmente, recibíamos una caja con alimentos no perecederos (fideos, salsa, legumbres, leche, etc). Lo que me daba vergüenza ajena, era la actitud del marido cornudo de Nocciola, que nos traía la caja y antes de entregárnosla, sacaba las cosas que le interesaban... y eso que él era jefe en una oficina estatal y ganaba un buen sueldo! Pero tacaño como pocos, nos robaba la comida de la iglesia!

Cuando salimos del negocio, estaba super contenta por la compra pero preocupada porque mi presupuesto se terminaba allí y a no ser que me fuera con las ojotas o descalza, no sabía qué ponerme en los pies ni con qué comprar los zapatos. Mi mamá me dijo: no te preocupes, de alguna manera lo vamos a solucionar.

La semana siguiente, pasando por nuestro chinito amigo encontramos unos zapatos altos, con dos tiras de color bronce... perfectas y el precio lo fue más! Después mi mamá me compró unos aritos con un collar de bijou con unas piedritas marrones que formaban florcitas y listo, quedaba solamente el peluquero... pero esta vez no me agarraban desprevenida!


"Toda la gente te tiene loco
Con que estás gordo
Qué gordo estás
No comas tanto
Cuidate un poco
Si no parás vas a reventar
Y vos decís que no comés nada
Que desde el lunes vas a empezar
Un nuevo régimen de pastillas
Pero con eso no me engañas
La pinta es lo de menos
Vos sos un gordo bueno
Alegre y divertido
Sos un gordito simpaticón!"
(Juan y Juan - "La pinta es lo de menos")

Comentarios

  1. No se puede creer lo del marido de N! me indignó. Se puede ser tan rata?
    Como el vestido de Blancanieves? ahjajajaja! juro que te imaginé con enanos y todo jajajjaa!
    Nunca pensé que los tanos tuvieran tantas formalidades ni que se fijaran en tanto detalle. A través tuyo me estoy enterando de un montón de cosas de las cuales no tenía idea.
    =P

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  2. Sí, yo también me indigne con lo del marido de nocciola! Se ve que fue generalizada la indignación, porque apenas entro para comentar, veo que arriba Any pensó lo mismo. Pero conque derecho? Acaso la donación era por intermedio de él?
    Bueno y respecto del vestido, fue una suerte encontrarlo. Nada mas grato que cuando se encuentra una prenda que te queda pintada y es una ganga! Te sentís radiante!
    Besos

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  3. ¿y qué decía Nocciola? Compartía el choreo del marido y le decía traete también la polenta mágica?

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  4. Menos mal que fuiste perseverante en ése negocio! Yo si me atienden así me voy a la miercoles y a otra cosa, que le venda los vestidos horribles a otra! (si es que no le pone esa cara a todo el mundo claro), pero en tu caso sirvió y mucho, qué bueno encontrar el vestido ideal!
    Lástima que eran nuevitas en esto, y decir que no daba, porque si el regateo es costumbre hubieran llevado al marido de Nocciola y por ahí se lo llevaban a €100!
    Qué suerte que los planetas se alinearon para que pudieras conseguir no sólo eso, sino el resto del atuendo!
    Por lo menos te distrajo un poco de los nervios de que te pongan como en la vidriera ése día frente al resto de la familia no?

    Besos!

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  5. Any: el marido de Nocciola de lo peor que he visto, después de Nocciola obvio. El vestido, te juro que era lindo y sin enanos!(solo mi suegro!) jajaja

    Ceci: él iba a la parroquia antes que nos lo entregaran, decìa que nos hacìa la gauchada... pero nos hacìa la "Guachada"!

    Ashiku: Nocciola era peor que el marido! Quizàs la idea partìa de ella... porque ella era cleptòmana y nos robaba los pocos euros que encontraba!

    Lola: Es que en todos los negocios te atienden malisimo... y si no encontraba ese vestido, me iba seguramente a los 5 minutos. Preferia pagar demàs a tener que llevarme al marido de Nocciola y que me contara las costillas!

    GRACIAS POR PASAR Y COMENTAR! BACI

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  6. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

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  7. Pero que turro!!!!!!!!
    Una santa tu madre, me imagino lo difícil que fue para todos.

    En realidad eso pasa en todos los paises. Acá tambien esta la ayuda al inmigrante y colabora con plata y direcciones y ayuda, pero nosotros como locales no lo sabemos y tambien vemos mal la ayuda social. Y lo mismo pasa en europa, los locales o no lo saben o si los saben les da verguenza usarlo, pero para nosostros que recien llegamos es una bendicion!!!!

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  8. Alicia: todo bien! Ahi lo publiqué de nuevo!

    Anavril: Es cierto, mi mamà se bancò todo y màs...
    Aportes econòmicos en dinero no tuvimos y con esta caja de alimentos, no es que comìamos todo el mes pero al menos ayudaba un poco. Y me sentìa como cuando en Arg daban la caja PAN... pero bue, cuando hay hambre no hay pan duro, no?

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  9. espero que en otro post haya una foto del vestido!!!

    entiendo lo de los precios y los descuentos despues de haber estado ahí!!! lo bueno es toooodo muy caro para nosotros, aunque tengan "disconto" jaja

    besos

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