Yo me quiero casar (22)

Mientras tanto, mi mamá llamaba a Elena (su prima y además madre de Antonio y Giusy -mujer insoportable de mi jefe-) para pedirle algún vestido y tener un plan C.

En eso me llama Mr Love y me dice que me pasaba a buscar y me llevaba a la casa de la hermana (que se casaba en agosto y ya había mudado los vestidos de fiesta allá) que me esperaba.

Para todo esto ya se habían hecho las 3 de la tarde y yo no había hecho nada de lo que había planeado. Estaba más loca que un caballo loco y desesperada por el comentario de la masajista idiota.

Viene Mr Love con mi cuñada y yo me llevo mi ropa en una bolsa, para mostrarle. Llegamos a la casa, me pruebo lo mío y me dice que estaba bien, pero que si quería me podía prestar un vestido suyo. Bueno, dale.
Cuando veo sus vestidos, no eran tampoco super elegantes, estaban bien... nada más. Empiezo probándome uno negro, que el único detalle que tenía eran los breteles bordados y la falda terminaba en desnivel con un ruedo de encaje. Después me da otro, marrón y negro, con el cuello volcado y la falda que terminaba en dos volados, cortos adelante y más largos atrás. Me quería dar los zapatos (pero tendría que haberme cortado los dedos para que me entraran), la cartera, collar, aros... una divina mi cuñada!

Y Mr Love que miraba mi desfile de moda y me decía que todo me quedaba bien, que estaba linda (los ojos del amorrrrrrr!!!).

A las tres y media vuelvo a mi casa, la masajista hija de su madre ya se había ido. Me probé los vestidos adelante de mi mamá y de Elena, que se había venido con los suyos (pero eran muy de señora). Nocciola para no ser menos que su archienemiga-cuñada Elena, me bajó su indumentaria de fiesta... pero a pesar de que ella se veía flaquísima y con cuerpo de veinteañera, debía dejar los postres por al menos un año para bajar esa zapán... porque ella no vestía como una señora mayor, amaba los escotes, las transparencias, los brillos y los canutillos, las lentejuelas y las plumas... pero sus vestidos me quedaban muy grandes!

Siempre escucho la opinión de mi madre, aunque sistemáticamente descargue mi ira en ella y con ella, mi mamá es mi mamá y lo que diga será por mi bien. Mi madre me dijo que los vestidos de mi cuñada me quedaban bien, pero insistía que mi ropa también era correcta para la ocasión.

Si lo querés hacer más elegante te compro un cinturón todo de strass...

Má, fijate cuánto sale... si cuesta mucho, no!...


En eso me mira Elena y me dice: y si le sacamos la solapa? Y hace la prueba escondiéndola para adentro... y quedaba mejor.

¡Y empezó la operación recauchutaje!

Para todo esto se habían hecho las cuatro y cuarto... y media entraba a laburar y no me había bañado, ni planchado ni nada de nada...

Así que me bañé y me fui a trabajar chorreando agua, sin secarme los pelos. Esa tarde, en el trabajo no pasó nada. Si llamaron dos veces por teléfono fue mucho y mi jefe para lo único que me quiso fue para servirle café y para hacerme dos correcciones a unos bocetos. Por suerte se apiadó de mí (o de mi cara o de mis cabellos!) y a las 7 me dejó ir.

Llegué a casa corriendo, con la incertidumbre si había encontrado el cinturón y si el cuello había quedado bien sin la solapa... sacando un poco las hilachas, zafaba bastante. Mi vieja consiguió un cinturón tipo cadenita de strass por 30 euros, había otro que le pedían 100! Completé los hombros con un foulard negro y listo.

Me hice la planchita mientras sudaba la gota gorda con los 38° que hacían ese día, a pesar de ponerme cada tanto adelante del ventilador para no deshidratarme. Todavía me faltaba maquillar cuando a las ocho menos cuarto, pasa la mujer del jefe a buscarme. Y dale con tocar bocina y apurarme... no estaba lista, así que le mandé a decir que iba directamente para su casa que me llevaba Mr Love. “Bueno, pero A PU RA TE!”

Cuanto la odio! A las ocho y cuarto ya estaba lista, así que llamé a mi chofer de lujo. Vino en el auto con la hermana, ambos esperaban verme con un vestido de ella... pero no, yo salí con mi ropa reciclada.

Cuando llegué a lo de mi jefe, la mujer todavía se estaba maquillando en bata y pantuflas. Después de esperarla media hora, nos fuimos los tres al casamiento. Ella se había puesto un trajecito de pantalón y saco negro, con un top abajo, que no se le vió porque nunca se sacó el saco. Si el resto se vestían como ella, yo estaba perfecta.

El momento de la verdad había llegado. Entramos dos minutos antes que llegaran los novios a la sala. Buscamos nuestra mesa y nos sentamos. La 33, al lado de la puerta de entrada, detrás de un macetón con palmera que me permitía ver a todos sin ser vista. El puesto ideal!

El salón elegante, las mesas estaban dispuestas en dos sectores (de un lado parientes y amigos del novio, del otro los de la novia) dejando un gran pasillo en el medio. En el centro de ese pasillo, había cuatro columnas de mármol, adornadas con flores blancas, amarillas y hojas verdes y al final del corredor, la mesa de los novios. Una mesa en el centro para ellos dos solitos. A la derecha una mesa con los padres de la novia y a la izquierda con la familia del novio. Después en orden de cercanía estaban ubicados los familiares directos, los amigos íntimos, los cercanos... y así se iba llenando el salón, el grado de afinidad te lo daba la distancia a la que te ubicabas de los novios... Ahora entienden por qué nos tocó la 33?

Continuando con la observación de campo, siempre detrás de la palmera, noté que no había DJ. Se usan las fiestas con bandas que tocan en vivo o en su defecto, un animador que canta. La elección musical de los esposos había recaído sobre el animador. Ubicado en un pequeño escenario encastrado en una ventana tipo bowindow, un tipo detrás de un piano digital con entrada para disquitos midi, cantaba. El personaje en cuestión, vestido con un pantalón negro y camisarda de raso fucsia, interrumpió la seguidilla de canciones melosas para dar el anuncio de la llegada de los novios. Y le dió enter a la marcha nupcial. Todos aplauden... sentados! Hasta que algunos se empiezan a parar... pero otros permanecen sentados.

A esta altura nuestro amigo animador, al que llamaremos “camisani” comienza a cantar... con una voz entre José Feliciano y Eros Ramazzotti después del resfrío... un desastre! Una voz nasal horrible! Era preferible que siguiera con la marcha nupcial en eterno...

Los novios después de saludar a los respectivos padres y amigos, se dirigen al centro del salón y entre las cuatro columnas bailan un lento. Pasado el baile, vuelven a la mesa y largan los mozos. En ese momento se me dió por mirar los cubiertos... 5 tenedores!!! Hasta 3 sabía... pero 5? Recordando los consejos de Eugenia de Chicov, empecé por el cubierto más externo y a medida que los platos fueron llegando seguí tomando los cubiertos de afuera hacia adentro.

De fondo musical, continuaba la dulce voz gangosa de nuestro amigo camisani y pensé, pondrá música más tarde... Error! Cantó casi toda la noche una seguidilla de canciones lentas, deprimentes, romanticonas y melosas como música de colectivero.

La comida? Empezaron trayendo un platito con unas papitas de snack, unas bolitas de mozzarella a la milanesa y unos canapés... mmmm no empezamos tan paquetes!

Pero eso fue para engañar el estómago, porque después vinieron en orden ininterrumpido trajeron: ensalada de pulpo, centolla y camarones. Arroz con camarones. Fideos con frutos de mar. Ensalada y un plato con brochette de camarones, una albóndiga de salmón y un filet de pez espada con zanahorias baby glaceadas. Ensalada de frutas con helado y torta helada.

Si bien todas las porciones eran reducidas, con todos esos platos, mis botones de strass en cualquier momento saltaban por los aires.

Cuando el mamerto camisani vió que los comensales se estaban durmiendo, empezó a poner un poco de “pepepepepepepeeeee” y algunos de los presentes salieron a bailar. Pero como nuestro fucsiaman no podía perder protagonismo, él marcaba los pasos de una coreografía decadente detrás del piano y los invitados que se habían ubicado entre las cuatro columnas lo imitaban. Después vino el típico trencito y yo me escondí aún más detrás de la palmera, porque la peruana me buscaba.

Y listo, esa fue toda “la joda” del casorio, unos veinte minutos de descontrol. Ningún vals de los novios, ni carnaval carioca, ni YMCA... nada.

Con respecto a los vestidos de las damas presentes... hubo de todo, algunas mejores, otras peores... pero todas brillantes! Lo IN eran las luces, con los vestidos llenos de lamé, bordados con canutillos hasta las orejas cual comparsa de carnaval.

A la una, se terminó la fiesta, encendieron todas las luces y la gente se empezó a alzar para saludar a los novios, llevándose de recuerdo una “bomboniera” de cristal con los confites.

Las conclusiones de mi primer casorio italiano fueron:

- Yo con mi palazzo estuve elegantísima... claro que con mis strasecitos, estuve demasiado sobria... Necesitaba más luzzzzzzz!!!

- Todos los que me decían primero: Ahhhh pero no sos tan amiga! Era porque ni siquiera una foto se sacó con nosotros, las fotos son pa’ los íntimos... (válido más que nunca el argentinismo: No te peines que no salís en la foto!)

- Y me desayuné en ese momento que... para el casorio de mi cuñada en un par de meses, me iba tocar sentarme en la mesa principal de la familia de la novia con Mr Love & parents. Y ahí me iba a tener que comprar un señor vestido, ya no me arreglaba con mi pantalón palazzo!

Comentarios

  1. Qué onda con los camarones? Abundó plato con camarones! :P
    La verdad sonó bastante aburrido el casorio, jeje.
    Besooo!

    ResponderBorrar
  2. Yo iba a decir lo mismo! Dale con los camarones! todo pescado??? variame un pocoooo...
    Yo he sacado la conclusion de que nos Argentinas, somos clasicas para vestirnos (al menos que seas la Minujin). Ergo, una va siempre vestida clasica y elegante. No vas con la boa porque es berreta, aunque parece que a la tanada eso le cae. Aca en Holanda pueden estar yendo al casorio mas cheto y van de zapatillas y jean... SSSHO no. Yo me calzo los estiletos, las jossshas y algo asi clasico como te pusiste vos. Y sieeeempre las holandesas me dicen que estoy siempre taaa eleganteeee! no sabe señora. Los compañeros de laburo de mi marido siempre me dicen que parezco la mujer de un magante italiano (calcula!). Lastima que tengo pelagato holandes nomas...

    ResponderBorrar
  3. Madie: o estaban baratos los camarones o los novios eligieron un menù repetitivo! Fue aburridìsimo el casorio!

    Mariana: Me matò tu pelagato holandes! jajaja Es cierto, yo soy bastante clàsica para vestirme y nunca quedo desubicada. Por eso me desesperé con el comentario de estas minas! Acà no te van en zapatillas y jeans ni a comprar el pan... se tiran las lentejuelas encima desde la mattina y se pintan como puertas!

    ResponderBorrar
  4. Hoy me tocó capítulo doble :)
    La verdad es que las pasaste con ese casorio, desde la pelu, pasando por el regalo, y no contemos la ropa y el tema de arreglarse con 38º!!
    Lo único bueno habría sido saber que no iba foto, y como no conocías a casi nadie más, no hubieras tenido la tortura de la planchita, y hasta del maquillaje si no querías!
    Lo bueno es que te servía de ensayo para la boda de tu cuñada, que ahí sí necesitabas más experiencia.
    A mí me pasó este año tener un casamiento al mediodía, campestre. Estuve un mes pensando qué me iba a poner además no conocía a casi nadie que fuera. Envidié tanto a los hombres que de traje siempre están bien!
    Lo que me di cuenta en ése caso es que la gente iba por grupitos: las compañeras de trabajo de la novia fueron todas con el mismo tipo de vestido (largo, de gasa estampado), las primas todas de telas brillosas y cortitos, las señoras (supongo que tías, y demases) en general de Prêt-à-porter fino con algún toque de fiesta...
    Ahora cuando no tenés ninguna referencia, debe ser desesperante.
    No me quiero imaginar todo lo que le habrás dicho a la "dranadora linfatica" de tu hermana, si es que se atrevió a volver.

    Besos!

    ResponderBorrar
  5. buenisima esta parte mai !!!!!! que honorrrrrr!!!!


    que cagada de la plata, te re entiendo me ha pasado y he tenido que salir ( en mi caso a cumpleaños de 15 cuando iba a la secundaria) con ropa que me quedaba enooooormeeee =(

    ResponderBorrar
  6. ...traigo
    sangre
    de
    la
    tarde
    herida
    en
    la
    mano
    y
    una
    vela
    de
    mi
    corazón
    para
    invitarte
    y
    darte
    este
    alma
    que
    viene
    para
    compartir
    contigo
    tu
    bello
    blog
    con
    un
    ramillete
    de
    oro
    y
    claveles
    dentro...


    desde mis
    HORAS ROTAS
    Y AULA DE PAZ


    TE SIGO TU BLOG




    CON saludos de la luna al
    reflejarse en el mar de la
    poesía...


    AFECTUOSAMENTE
    MAI

    ESPERO SEAN DE VUESTRO AGRADO EL POST POETIZADO DE CACHORRO, FANTASMA DE LA OPERA, BLADE RUUNER Y CHOCOLATE.

    José
    Ramón...

    ResponderBorrar
  7. José Ramòn: Ay que me hacés poner colorada trayéndome una poesìa! Eso si, lo de la mano ensangrentada, lavatela porque no queda bien que vengas a saludar mugriento y lo del alma, no soy ni Dios ni el diablo como para andar aceptàndotela. Eso si, el ramillete de oro y los claveles... los acepto con gusto! Bienvenido y gracias por pasar.

    RC: Bienvenida! Ya te dejé mensajito en tu blog, espero que la pròxima vez digas algo del post!

    GRACIAS POR PASAR GENTE! baci

    ResponderBorrar
  8. Lola: por suerte no la vi mas a la masajista de cuarta! pero de haber sabido como era el casorio y siendo una no tan amiga... no me hubiera hecho tanto drama!

    Sofia: A mi la ropa casi nunca me queda enorme... =(

    GRACIAS POR PASAR CHICAS! BACI

    ResponderBorrar
  9. Muy bien!! te luciste y con tu ropa jaja

    besos

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

Hermanos

Azzurro come te