Yo me quiero casar (20)
Con el cambio de país, descubrí junto a las costumbres distintas y al idioma nuevo, aspectos de mi personalidad que no había reflexionado hasta ese momento. Por ejemplo, que no soy una persona amigable, puedo ser sociable y simpática pero no amigable. Me cuesta hacer nuevas amistades, o mejor dicho, tengo muchos conocidos pero me cuesta pasarlos de categoría, no me abro con facilidad. Mis amigas son de vieja data y nos conocemos con la mirada, sabemos interpretar los silencios, tenemos una manera de bromear que nos entendemos sólo nosotras, es como un código interno que tiene sentido si sabés descifrarlo y para ello tenés que haber vivido nuestra amistad.
Por eso cuando vino una de las promotoras de la agencia y empezó a decirme que me tiene mucho aprecio, que se da cuenta que soy una buena persona y que como no tengo amigas acá, ella me considera una amiga. Todo este discurso era al final, para meter la mano en su bolso y darme un sobre... para decirme que me invitaba a su casamiento. Que se sentiría muy feliz si iba a su matrimonio. No niego que me emocionó la actitud, porque tuvo un lindo gesto y realmente no me lo esperaba. Pero pasados los primeros instantes, pensé... le tengo que hacer el regalo (y yo que vengo más seca que lengua de loro!)... y encima... mi cabeza es un desastre y no tengo qué ponerme!
Pero por otro lado, este casorio me preparaba para el de mi cuñada en agosto... de esta manera iba a saber lo que me esperaba. Porque mi cuñada, primero se cercioró que la historia de Mr Love conmigo fuera seria y después me invitó a su casorio. Al principio no entendí toda esa preocupación por certificar la relación que tenía con su hermano, pero después de asistir al casamiento de la promotora, se me aclararon muchas dudas.
Mi gran problema era el dinero. Si bien mi hermana y yo habíamos encontrado trabajo al poco tiempo de llegar, nuestros sueldos eran bajísimos (nos daban 250 euros por mes, trabajando de 8 a 10 hs diarias) y para mis padres la situación era difícil (Es una cuestión universal, cuando tenés casi cincuenta años no te dan trabajo en ningún lado). Todo lo que ganábamos iba a parar a un fondo común para solventar los gastos familiares. Una invitación de este tipo, implicaba una salida de plata no prevista y por ende, ajustar el cinturón aún más.
Yo odio ir a la peluquería. Además de parecerme una pérdida de tiempo porque aunque tengas turno te hacen perder horas hasta para cortarte las puntas, me siento siempre desubicada. La gente que está allí siempre tiene confianza con los peluqueros y crean un grupo cerrado que te hacen sentir una Cenicienta que no tiene “atención a sus cabellos”. Desde que había llegado, una vez había venido una chica que cortaba el pelo a domicilio y me había hecho un rebajado (monstruoso!). Así que esta vez, prefería optar por alguien más idóneo y recomendado. Elena, la prima de mi mamá, asidua frecuentadora de peluquerias (todas las semanas!), me dijo que me llevaba a SU peluquera.
Me pasó a buscar y fuimos, a pesar de tener turno para las 3 de la tarde, cuando llegamos había cinco señoras esperando. No sé por qué, las cabezas de las peluqueras en cuestión no eran el ejemplo más adecuado para demostrar sus respectivas dotes. Dos con las cabezas fucsia, una con unos strass en algunas mechas, la otra con un rojo más apagado pero con unas raíces negras que asomaban de un recogido hecho con un gancho que sostenía un supuesto rodete... digamos que valía el dicho “en casa de herrero, cuchillo de palo” o aplicado al caso, “en casa de peluquero, mejor metete una peluca!”.
Mientras esperaba mi turno, pensé que además de cortarme podía hacerme unos reflejitos... como para cambiar un poco la imagen tradicional de mi cabellera larga y para confundir 7 canas que me había contado mientras me hacía la planchita, pero sin alterar demasiado mi look. Antes de empezar viene “Vita”, la peluquera titular, y me dice mientras me tocaba el cabello y me lo revoleaba para un lado y para el otro... “bueno, te vamos a hacer unas transparencias, nada de tradicional con el sombrerete de plastico y la aguja a crochet que te saca las mechas... nonono, esto consiste en hacer mechas diagonales, que con el movimiento de la cabeza se confunden en el cabello sin quedar demasiado evidentes...” OK, hacé lo que quieras, me gusta el efecto se ve-no se ve... siempre es mejor eso a verse con los pelos fucsias como las otras del staff. Antes que se pusiera manos a la obra, habia consultado precios, no fuera cosa que me saliera un dineral y terminara por “arrancarme los pelos”. Tenés “colpi di sole” (golpes de sol, asi le llaman a los reflejos) de 15, 25 y 35. Ah pero el de 15 son las mechas adelante solamente... ah nooo... el de 25 es en toda la cabeza? Sisi... bueno el de 25 entonces.
Después de estar una hora con el papel aluminio en la cabeza (es inevitable, cada vez que me encuentro en esa situación me acuerdo de la película Signs con Mel Gibson, cuando se ponen el casquete de papel aluminio en la cabeza para que los extraterrestres no les lean el cerebro! Creo que si me vieran así los alienígenas saldrían corriendo sin llevarse ninguna información de mi capocha, jajaja!) me habían inspeccionado tres peluqueras distintas, hasta que finalmente me dieron el visto bueno y me mandaron a lavar.
Me lavaron la cabeza, mientras masajeaban el cuero cabelludo y hasta las orejas... y cuando me estaba relajando, después del enjuague... me pasaron la aspiradora! No porque tuviera mucha mugre o porque se me escaparan los piojos, sino porque es costumbre de esta peluqueria pasar la aspiradora (con efecto aspira agua) para secar bien las raíces para que no quede humedad acumulada... Estos tanos no dejan de sorprenderme!
Me pusieron unas gotitas, una crema y otras gotas, un brillo y unas gotitas y otra cremita... y me mandaron “al pulpo”, una especie de estufa de velitas con dos brazos mecánicos que se empiezan a mover a tu alrededor haciendo como el juego infantil “el aire es libre yo no te toco”, mientras te calienta las neuronas para que se fije la crema. Cada cosa que me hacían yo pensaba: ¡¿Cuánto me va a costar?!
Finalmente llegó la hora de las tijeretas, Vita me dijo: quedate tranquila. Habrá visto mi cara de preocupación... no sabía que el motivo era la cuenta!
Cual joven manos de tijera, empezó a revolear mechas de pelos para todos lados. Después el secador... y voilà! La rubia Mai se miró al espejo! Nonono... quedé siempre morocha de labios carnosos, pero “moviendo las cabezas” se me veían unos tintes más claros.
“Mirá te regalo este shampucito y este bálsamo, con este sobre de un baño de crema...”
Mucha cháchara, dispará nomás!
¿cuáaaaanto? 47 euros. Qué dolorrrrrr. Y bue... la belleza cuesta y era ahí donde empezaba a pagarla.
Salí de la peluquería convencida aún que es una pérdida de tiempo (y de dinero!). No soportaba las conversaciones banales, los comentarios y los chusmeríos. No importa el país, el continente... las peluqueras y las clientas habitués son una raza internacional.
Cuando llegué a mi casa, mi mamá me dice: te queda lindo! El elogio duró hasta que le respondí a la pregunta "Cuánto gastaste?". Cuando le dije el precio casi se desmaya... es que con lo difícil que era conseguir euros, que se fueran así de rápido era una tragedia.
Y a todo esto, encima Mr Love, ni se dió cuenta de mi nuevo look... Hombressssss!
Por eso cuando vino una de las promotoras de la agencia y empezó a decirme que me tiene mucho aprecio, que se da cuenta que soy una buena persona y que como no tengo amigas acá, ella me considera una amiga. Todo este discurso era al final, para meter la mano en su bolso y darme un sobre... para decirme que me invitaba a su casamiento. Que se sentiría muy feliz si iba a su matrimonio. No niego que me emocionó la actitud, porque tuvo un lindo gesto y realmente no me lo esperaba. Pero pasados los primeros instantes, pensé... le tengo que hacer el regalo (y yo que vengo más seca que lengua de loro!)... y encima... mi cabeza es un desastre y no tengo qué ponerme!
Pero por otro lado, este casorio me preparaba para el de mi cuñada en agosto... de esta manera iba a saber lo que me esperaba. Porque mi cuñada, primero se cercioró que la historia de Mr Love conmigo fuera seria y después me invitó a su casorio. Al principio no entendí toda esa preocupación por certificar la relación que tenía con su hermano, pero después de asistir al casamiento de la promotora, se me aclararon muchas dudas.
Mi gran problema era el dinero. Si bien mi hermana y yo habíamos encontrado trabajo al poco tiempo de llegar, nuestros sueldos eran bajísimos (nos daban 250 euros por mes, trabajando de 8 a 10 hs diarias) y para mis padres la situación era difícil (Es una cuestión universal, cuando tenés casi cincuenta años no te dan trabajo en ningún lado). Todo lo que ganábamos iba a parar a un fondo común para solventar los gastos familiares. Una invitación de este tipo, implicaba una salida de plata no prevista y por ende, ajustar el cinturón aún más.
Yo odio ir a la peluquería. Además de parecerme una pérdida de tiempo porque aunque tengas turno te hacen perder horas hasta para cortarte las puntas, me siento siempre desubicada. La gente que está allí siempre tiene confianza con los peluqueros y crean un grupo cerrado que te hacen sentir una Cenicienta que no tiene “atención a sus cabellos”. Desde que había llegado, una vez había venido una chica que cortaba el pelo a domicilio y me había hecho un rebajado (monstruoso!). Así que esta vez, prefería optar por alguien más idóneo y recomendado. Elena, la prima de mi mamá, asidua frecuentadora de peluquerias (todas las semanas!), me dijo que me llevaba a SU peluquera.
Me pasó a buscar y fuimos, a pesar de tener turno para las 3 de la tarde, cuando llegamos había cinco señoras esperando. No sé por qué, las cabezas de las peluqueras en cuestión no eran el ejemplo más adecuado para demostrar sus respectivas dotes. Dos con las cabezas fucsia, una con unos strass en algunas mechas, la otra con un rojo más apagado pero con unas raíces negras que asomaban de un recogido hecho con un gancho que sostenía un supuesto rodete... digamos que valía el dicho “en casa de herrero, cuchillo de palo” o aplicado al caso, “en casa de peluquero, mejor metete una peluca!”.
Mientras esperaba mi turno, pensé que además de cortarme podía hacerme unos reflejitos... como para cambiar un poco la imagen tradicional de mi cabellera larga y para confundir 7 canas que me había contado mientras me hacía la planchita, pero sin alterar demasiado mi look. Antes de empezar viene “Vita”, la peluquera titular, y me dice mientras me tocaba el cabello y me lo revoleaba para un lado y para el otro... “bueno, te vamos a hacer unas transparencias, nada de tradicional con el sombrerete de plastico y la aguja a crochet que te saca las mechas... nonono, esto consiste en hacer mechas diagonales, que con el movimiento de la cabeza se confunden en el cabello sin quedar demasiado evidentes...” OK, hacé lo que quieras, me gusta el efecto se ve-no se ve... siempre es mejor eso a verse con los pelos fucsias como las otras del staff. Antes que se pusiera manos a la obra, habia consultado precios, no fuera cosa que me saliera un dineral y terminara por “arrancarme los pelos”. Tenés “colpi di sole” (golpes de sol, asi le llaman a los reflejos) de 15, 25 y 35. Ah pero el de 15 son las mechas adelante solamente... ah nooo... el de 25 es en toda la cabeza? Sisi... bueno el de 25 entonces.
Después de estar una hora con el papel aluminio en la cabeza (es inevitable, cada vez que me encuentro en esa situación me acuerdo de la película Signs con Mel Gibson, cuando se ponen el casquete de papel aluminio en la cabeza para que los extraterrestres no les lean el cerebro! Creo que si me vieran así los alienígenas saldrían corriendo sin llevarse ninguna información de mi capocha, jajaja!) me habían inspeccionado tres peluqueras distintas, hasta que finalmente me dieron el visto bueno y me mandaron a lavar.
Me lavaron la cabeza, mientras masajeaban el cuero cabelludo y hasta las orejas... y cuando me estaba relajando, después del enjuague... me pasaron la aspiradora! No porque tuviera mucha mugre o porque se me escaparan los piojos, sino porque es costumbre de esta peluqueria pasar la aspiradora (con efecto aspira agua) para secar bien las raíces para que no quede humedad acumulada... Estos tanos no dejan de sorprenderme!
Me pusieron unas gotitas, una crema y otras gotas, un brillo y unas gotitas y otra cremita... y me mandaron “al pulpo”, una especie de estufa de velitas con dos brazos mecánicos que se empiezan a mover a tu alrededor haciendo como el juego infantil “el aire es libre yo no te toco”, mientras te calienta las neuronas para que se fije la crema. Cada cosa que me hacían yo pensaba: ¡¿Cuánto me va a costar?!
Finalmente llegó la hora de las tijeretas, Vita me dijo: quedate tranquila. Habrá visto mi cara de preocupación... no sabía que el motivo era la cuenta!
Cual joven manos de tijera, empezó a revolear mechas de pelos para todos lados. Después el secador... y voilà! La rubia Mai se miró al espejo! Nonono... quedé siempre morocha de labios carnosos, pero “moviendo las cabezas” se me veían unos tintes más claros.
“Mirá te regalo este shampucito y este bálsamo, con este sobre de un baño de crema...”
Mucha cháchara, dispará nomás!
¿cuáaaaanto? 47 euros. Qué dolorrrrrr. Y bue... la belleza cuesta y era ahí donde empezaba a pagarla.
Salí de la peluquería convencida aún que es una pérdida de tiempo (y de dinero!). No soportaba las conversaciones banales, los comentarios y los chusmeríos. No importa el país, el continente... las peluqueras y las clientas habitués son una raza internacional.
Cuando llegué a mi casa, mi mamá me dice: te queda lindo! El elogio duró hasta que le respondí a la pregunta "Cuánto gastaste?". Cuando le dije el precio casi se desmaya... es que con lo difícil que era conseguir euros, que se fueran así de rápido era una tragedia.
Y a todo esto, encima Mr Love, ni se dió cuenta de mi nuevo look... Hombressssss!
"Caras conchetas, miradas berretas
y hombres encajados en Fiorucci
Oigo:"dame, quiero"y ..."no te metas,
Te gusto el nuevo Bertolucci?"
La rubia tarada, bronceada, aburrida
Me dice: "porque te pelaste?"
Y yo: "por el asco que da tu sociedad...
Por el pelo de hoy,
cuanto gastaste?
(...)"
y hombres encajados en Fiorucci
Oigo:"dame, quiero"y ..."no te metas,
Te gusto el nuevo Bertolucci?"
La rubia tarada, bronceada, aburrida
Me dice: "porque te pelaste?"
Y yo: "por el asco que da tu sociedad...
Por el pelo de hoy,
cuanto gastaste?
(...)"
"No soportaba las conversaciones banales, los comentarios y los chusmeríos" eso me pasa exactamente a mí, con las peluquerías, los gimnasios y demás sitios donde se producen estos "encuentros" de mujeres!! por eso hasta me tiño el pelo en mi casa, yo solita jaja
ResponderBorrarEspero el relato del casorio, porque esto está muy interesante!!
Besos
250 euros??? Qué desgracia!!!
ResponderBorrarMe mató todo lo que te hicieron en la pelu, acá nunca vi ni la mitad de esas técnicas y tecnología :P
Beso!!! :)
Hola Mai!!! Antes q me olvide, feliz cumple!!! Y un beso grande! Sigo la Saga Mr. Love a full!!! Besito.
ResponderBorrarMalaGata
Y no sé si te dije, pero tengo el blog de nuevo en funciones!! porque me retaron por todos lados que no dije, ahora aviso! jiji
ResponderBorrarYo tambien odio esooooo.
ResponderBorrarVoy a la peluqueria cada 6 meses y a la fuerza, dando muuuchas vueltas y juntando coraje.
La luz es horrible, mojada, mal vestida (de entrecasa) normalemente sin maquillaje...un espanto!!!
Pobre tu madre...y todavia faltaba el vestido, no?
Reconozco que sin la recomendación de la tía yo me hubiera ido rajando al ver esos pelos, pero una vez ahí, qué lindos mimitos tanta cremita, serum, y tanta técnica. No por nada las mejores planchitas son las italianas, y lo mismo una linea como Alphaparf también lo es... lástima que no lo pudiste disfrutar mucho pensando cuánto iba a doler... debería ser prepago, tipo un McDonalds... es como cuando uno va a un restaurante y no disfruta lo que pide pensando en la cuenta.
ResponderBorrarEso sí, yo también le escapo a la peluquería no tengo tanto tiempo para perder, ya no puedo seguir las noticias de la farándula porque me pongo a leer una revista y veo que una vedette y un futbolista tuvieron un bebé cuando yo ni me había enterado que se habían casado... pasar por analfabeta encima, no, gracias!
Por suerte todavía no tengo necesidad de teñirme (toquemos madera sin patas) ahí sí que seguro colapso.
Los hombres son iguales en todo el mundo, por ahí a los diez días te miran detenidamente y te dicen que no saben por qué te ven más linda... no se puede esperar nada más, y sino darles una ayuda, remarcándoles muy bien que vamos a la peluquería a cambiar el look... una de esas cuando volvemos se acuerdan.
Besos!
Qué lindo tu blog y qué bien escribís!! Vengo de lo de Mujer Moderna.
ResponderBorrarMe encanta enterarme de esta manera de las diferencias de culturas, pero qué pesado habrá sido (o es) adaptarse... Vos seguí siempre como sos, no te prendas taaanto digo yo del vivir pensando en qué dirán los demás por esto y lo otro, total igual sos y serás la exótica chinita argentina asì que un poquito te van a perdonar!
Y con respecto al post, yo a la peluquería voy con resignaciòn y valor. Nunca soy cliente de la misma, me cansan. Y sí, siempre me llama la atención, como paso de una a otra, ese grupe de clientas que -a juzgar por el grado de familiaridad- deben darse una vuelta toooodas las tardes....
ResponderBorrarAh noooo queridaaa... Sho te Shevo a mi peluquera aca en las Holandas... con precision suiza (aunque son holandeses) te dan turno a las 3...3 menos 5 tenes que estar ahi. Y a las 3 te atienden. Te dan cafe, galletitas y toda la bola... pero lo que a mi mas me gusta es que nos cortan los pelos a los 3 (a Seba desde que es bebe bebe...) y hablamos de cosas interesantes! si, aunque usted no lo crea. Yo muchas pulgas no tengo asi que no te me vas a poner a hablar de la farandula porque no se que decirte, no tengo idea.
ResponderBorrarShoooooo voy a la peeeelu cada 2-3 meses. Cuando uno tiene pelo cortiño tiene que prestarle atencioooon o queda pal culo la capocha. Otros se van de shopping todas las semanas... yo me corto el pelo. Y todas las veces, distinto. No si, es entretenido.
Me acabo de acordar que yo me corte los pelos en Sardigna... a mi hermana -que tiene rulos- se lo dejaron tipo carre pero con rulos viste ... cualquier cosa.Y la tiñeron de rooooojo fuego. Yo tenia pelo a la garcon (vendria a ser garssson pero en frances pero no encuentro la patita pa la c...pelo corto corto tenia) y quede casi rapada. Buenisimo...
ResponderBorrarConcuerdo totalmente con vos en el tema de las peluquerías! odio ir, pero mas que nada por el mundillo peluqueril, las minas que van como si fueran todos los días (y seguro que lo hacen!), las que son amigas del peluquero y todo el show.
ResponderBorrarEncima no tengo una peluquería a la que voy siempre y cada vez que pruebo una nueva tengo ganas de salir corriendo.Pero lo que mas odio es el comentario del peluquero diciendo: Hace mucho que no te haces nada noooo????
las peluquerías me ponen nerviosa, muy nerviosa!!!!!!!
ResponderBorrarnunca se como voy a salir después que entro a una!
vengo siguiendo el yo me quiero casar, es super entretenido
che, que cara la pelu!
beso
Betty: Ahora que me tiño cada 3 meses, yo también lo hago en casa! Para ahorrar y para evitar conventillo peluqueril! Pero al momento de cortar... tengo que respirar profundo e ir al peluquero.
ResponderBorrarMadie: Decimelo a mi! Era una miseria... me explotaron por varios años!
MalaGata: Gracias! Qué bueno saber que volviste al ruedo... me voy a dar una vueltita por tu casa.
Anavril: El vestido… oooootro tema!
Lola: Quedé divina... pero así salió también! Tal cual, una tendría que elegir el combo y pagar adelantado, asi después te relajàs y disfrutàs...
Ashiku: Gracias y bienvenida! Completamente de acuerdo... seré siempre “exótica chinita argentina” pero ni siquiera así perdonan!
Mariana: Me voy a tener quei r a las Holandas pa’ cortarme las chuzas y que me respeten el horario! Acà a los bebés no les tocan los pelos hasta que no cumplen 1 año! Yo que querìa pelarlo a Mati, no encontré ningùn peluquero que se animara! Y vos también pasaste por “tijeras italianas”!!!
Mujer moderna: Creo que es ese el problema fundamental, que no pertenecemos al circulete ninguna peluqueria porque no somos fieles a ninguna... y nos lo hacen pesar diciéndonos que tenemos las mechas hechas un desastre!
Vir: Un dinerete la pelu italiana! Gracias por seguirme Vir!
TOTALMENTE DE ACUERDO!! no soporto ir a la peluqueria y como jamas fuì abituè de ninguna, las contadas veces que voy me siento sapo de otro pozo, encima te empiezan a preguntar de donde sos y ya no me entusiasma tanto contar mi historia a cuanto peluquero (y no) que me encuentre. Mirà que yo trabajè tantos años en Italia en una empresa proveedora de muebles y aparatos de peluqueria pero la "aspiradora" no la conocia, en vez el pulpo de las velitas me parece que era de la produccion de esa empresa, que raro que funcionaba!! habian salido con muchos problemas...
ResponderBorrarCon respecto al sueldo, es indignante :(((
Me voy a poner al dia con la historia porque estuve muy desconectada ultimamente.
Besos
Marina: Creo que lo de la aspiradora chupa agua, era un invento de esa peluquera... porque no lo vi en ningun otro lado. Y el pulpo, cuando fui anduvo, después no me aparecì nunca màs por esa pelu asi que no sé qué vida ùtil habrà tenido!
ResponderBorrarEl sueldo, fui aumentando con los años y lo maximo que logré percibir fueron 600 euros, aunque la busta paga dijera 1200.
Besos y gracias por pasar!