Yo me quiero casar (16)

"Siguiendo la luna no llegare lejos,
Tan lejos como se pueda llegar
Las cosas que dije no tienen sentido
No puedo detenerme, ponerme a pensar, oh

Siguiendo La Luna y su vuelta invisible
La noche seguro que me alcanzará
No es que tu mirada me sea imposible
Tan sólo es la forma como caminas

Vamos mi cariño que todo esta bien
Esta noche cambiaré, te juro que cambiaré
Vamos mi cariño ya no llores más
Por vos yo bajaría el sol
O me hundiría en el mar

Y esto parece verdad para mi..."
(Los Fabulosos Cadillacs - "Siguiendo la luna")

De esa discusión, no obtuvimos ningún resultado. Me acompañó a mi casa y seguí llorando ahí. Le contaba a mi hermana y lloraba, le contaba a mi mamá y lloraba. Cada una me daba su parecer y ninguna de las tres entendíamos los verdaderos motivos, solamente hacíamos conjeturas y siempre concluíamos en que "la famillia no me quiere" y él no sabe cómo decírmelo.

Después de unas horas me llamó, quería hablarme. Yo no tenía más lágrimas y me había resignado a lo peor. Me subí al auto y nos estacionamos en la costanera, frente al mar. El día estaba como yo, gris, lluvioso y el mar estaba iracundo, este Mediterráneo que suele ser una pileta, esta vez era una furia de olas que rompían enérgicas en la escollera. Con más calma, traté de explicarme mejor y lo dejé hablar. Ahora era su turno.

Empezó diciéndome que en su familia, no lo conocían realmente. Tenía una doble personalidad que era diametralmente opuesta a la que yo conocía con los amigos.
Cada vez que tenían una reunión con toda la parentela, él pasaba por el introvertido, el silencioso que se aislaba. No le gustaba ningún deporte y no sabía nada de fútbol, así que le venía difícil acercarse y entablar diálogo con los hombres y hasta con su mismo padre. La música que era el único nexo que podía generar un atajo en las relaciones con los demás, no le era suficiente porque sus gustos eran demasiado refinados para los amantes de la tarantella y de los himnos de carnaval. Cuando era adolescente lo usaban para que tocara unas canciones en el órgano, mientras los demás bailaban y cantaban, pero ahora ni siquiera eso.
Encima tenía un tío que lo maltrataba psicológicamente desde los doce años, lo tenía de punto y lo basureaba dejándolo mudo, sin que él pudiera responderle.
La verdad es que tenía miedo a las reacciones. Muchos italianos solteros (solterones), usan el turismo a Cuba o a Polonia y se vuelven del viaje casados. Obviamente que Mr Love no viajó a Argentina para conseguirse novia ni tampoco creo que con 27 años se lo pueda considerar un solterón sin esperanzas. Pero de este pariente, que lo vió siempre como una nulidad, podía esperarse cualquier comentario poco agraciado.
Todas estas excusas me parecían ridículas. ¿Qué tiene que ver esto con tu hermana? ¿Ella también piensa así? ¿Tus padres opinan lo mismo?
No, nada que ver. Tanto ella como mi mamá no ven la hora de conocerte. Es más, nos vieron en febrero, en el carnaval. Según parece la televisión local nos enfocó mientras estábamos bailando y besándonos en la plaza... [Empezamos bien! En medio de una multitud, justo nos vienen a escrachar a nosotros!]

El 21 de mayo fue la gran presentación. Florinda, la hermana de Mr Love, cumplía veintidós años y me invitaron a cenar a la casa para conocerme. ¡Qué nervios!
Yo salía a las ocho de trabajar, así que tenían que postergar la cena para más tarde. Mi suegro albañil, estaba acostumbrado a cenar entre las 18,30 y las 19... Para las 20,30 tendría el hambre por las estrellas! Y acá el horario de comer es sagrado... no empezaba muy bien.

Cuando llegué, todos salieron a la puerta a recibirme.

Su padre, petiso y pelado. Se parecía a papá pitufo. Si Mr Love no era ñato, ya sé de quién era la culpa... se lo debía a él. No paró de contar chistes en toda la noche. Con los años, escuché los mismos chistes infinitas veces, pero en ese momento como yo era nueva, tenía repertorio para rato largo. Después de unas horas y sin ningún problema me dijo, que no veía la hora de conocerme porque si Mr Love seguía sin novia, ya iba a empezar a pensar que era gay! Pero ahora entendía que su hijo era solamente complicado y no había ninguna del pueblo que le viniera bien... (supongo que era un piropo!?)

Su madre, rolliza y de seno abundante, parecía superar el metro cincuenta de su marido (aunque es una discusión que nunca tendrá un ganador, porque según mi suegro es un efecto óptico porque ella tiene pelo y él es pelado). La madre de Mr Love se esforzaba por hablarme en italiano, aunque sus esfuerzos eran vanos, porque el italiano le duraba exactamente dos palabras, la tercera era en siciliano. Estuvo toda la noche llenándome el plato para que comiera.

La hermana de Mr Love, había superado la altura del padre por algunos centímetros. Tenía el cabello largo, lacio, de color negro. Se maquillaba acentuando los ojos con delineador y cuando no tenía el pelo suelto, se peinaba bien tirante hacia atrás atado en una cola o un rodete. Usaba aros bien grandes que me llamaban la atención. Ahora viéndolos juntos, se parecía a Mr Love, tenían el formato de los ojos iguales y la nariz de ella era mucho más pequeña que la del hermano, no tan ancha pero con la misma forma (punta a triángulo). Ella no hablaba tanto, sus padres se acaparaban la escena. Me enteré que en agosto se casaba... (¿con 22 años se casa? Está loca -pensé. ¡Si ni siquiera está embarazada como para que tenga que casarse por causas de fuerza mayor! No quiere decir que lo tenga que hacer... pero en Sicilia -en esos casos- se casan para calmar las malas lenguas.) Es que hacía diez años que estaba de novio y él hacía cuatro años que se había ido a trabajar al norte de Italia para juntar plata para poder casarse... y finalmente lo habían conseguido.

De regalo por el cumpleaños, le llevé una camperita de hilo blanca, pensé que sin conocerla, cualquiera fuese su estilo, iba bien. Y vi que fue su único regalo, acá no le dan importancia a los cumpleaños (y a mí que me encantan!).

La velada fue amena y tranquila. Conociendo a la familia, tan amables y simpáticos, me venía hasta dificil entender los motivos que había tenido Mr Love para no presentármelos.
A partir de esa cena de oficialización quedé enganchada para siempre y la primera obligación con la familia política no se hizo esperar, fue el 2 de junio "la Festa della Repubblica".