Yo me quiero casar (5)

Cuando corté con P. me sentí realmente libre. Fue como una bocada de aire fresco que me oxigenó la vida. Por un tiempo tuve miedo de salir sola a pie, porque él me seguía con el auto. De a poco fui despejando mi cabeza con otro objetivo: nos íbamos a Italia, teníamos que prepararnos con tiempo.

Sin decir nada en el trabajo, pasaba los mails con las listas de las cosas para vender que me había pasado una "amiga", cuando en realidad iban mis cosas y las de mi familia.
Preparábamos los papeles, las traducciones, los sellos del consulado. Reservábamos los pasajes, hacíamos las listas de las cosas imprescindibles y tratábamos de aprender italiano como para no caer tan desprovistos. De a poco iba ganando la autoestima perdida y las ganas de cambiar de vida me ayudaban a soñar.

Mientras tanto, S. con la complicidad de mi hermana y sabiendo que estaba sola, había vuelto al ruedo. En realidad nunca se había dado por vencido, cada tanto la acompañaba a Juli después de ir a bailar y sabiendo que yo estaba durmiendo en casa (cuando todavía tenía a P al lado) ponía el stereo del auto bien fuerte, abría las puertas del coche y me dedicaba esta canción:

"Como hago compañero pa' decirle que no he podido olvidarla
Que por más que lo intente sus recuerdos siempre habitan en mi mente
Que no puedo pasar siquiera un día sin verla, así sea desde lejos
Que siento enloquecer al verla alegre, sonreír y no es conmigo.


Yo se que le falte a su amor, tal vez porque amé otra ilusión,
le sonreía y no pensé que sin ella en mi vida se me acabaría el mundo.
Yo sé que estás arrepentido y duele pero ya no eres nadie en su vida.
Ella encontró por quien vivir y el que la busques ya es un absurdo.


Olvídala.
No es fácil para mi, por eso quiero hablarle
si es preciso rogarle que regrese a mi vida.
Inténtalo.
Es que no puedo hacerlo
si por dejar sus sueños le cause mil heridas

Olvídala, mejor olvídala
arráncala de ti
ya tiene otro amor.
Olvídala, mejor olvídala
arráncala de ti
ve y busca otra ilusión


Y que no dejan los recuerdos
si yo le enseñé a amar
fui su primer amor
No sale de mi pensamiento
aún ella vive aquí dentro del corazón."
(Los Palmeras - "Olvídala")

S. me mandaba saludos, me dejaba papelitos con mensajes, me sacaba sonrisas. No podía enojarme con él. Nos conocíamos demasiado y extrañaba a mi mejor amigo. Encima estaba sola, porque todas mis amigas estaban comprometidas y no salían. Entonces S. aprovechó la ocasión y me invitó a tomar algo, pero quedó clarísimo de antemano que era "sólo como amigos".
Cómo amigos duramos el cine, la cena, ir a bailar y... se nos terminó la amistad antes de que me acompañara a casa. Nos abrazamos y nos besamos en el auto. Me sentí contenida, protegida, serena.

- ¿Y esto qué significa? ¿No éramos solo amigos? No te quiero lastimar.

- Soy grande y sé lo que hago. ¿Por qué pensás que me vas a lastimar?

- Porque me voy y no quiero que te ilusiones.

- Quizás te ilusionás vos...

- En serio, no quiero hacerte mal.

- Me hacés bien. Quedate tranquila y vivamos el momento.


Los dos sabíamos que yo en unos meses me iba para no volver, pero él quería estar conmigo el tiempo que me quedaba, no importaba si era un momento. Por mi parte, quería sacar el sabor amargo de la última relación y quedarme con la imagen de un final feliz con una persona querida. Y sin lugar a dudas, S. lo era.

En agosto hice una megafiesta de cumpleaños, invité a mis amigas de la vida, de la facu, del barrio, a los parientes más íntimos y a S.
Cantamos, bailamos, comimos, tomamos, nos divertimos muchísimo y nos sacamos muchas fotos. S. no me sacó los ojos de encima en toda la noche y aunque lo negara y no me lo dijera directamente, sabía que se estaba jugando cada instante para hacerme cambiar de idea.

El tiempo pasó inexorablemente. Trabajé hasta mitad de octubre. La casa ya estaba casi vacía, abríamos y cerrábamos la valija, metiendo un montón de cosas "por las dudas".
Cuando quisimos acordar, era noviembre y estábamos con los pasajes en la mano, listos para partir.
La última noche me quedé con S., la pasamos despiertos, llorando, abrazados haciendo cucharita.
Cuando se hizo de día nos despedimos, él no me quería ver partir, así que no me acompañó al aeropuerto. Hasta último momento me dijo que si había cambiado de idea y me quería quedar o si decidía volver, él iba a estar siempre para mí.
Yo le dije que no me esperara, que hiciera su vida. Merecía encontrar una mujer que lo pudiera amar como se debía y se lo deseaba realmente con mi corazón.

"Te vi
juntabas margaritas del mantel
ya sé que te traté bastante mal
no sé si eras un ángel o un rubí
o simplemente te vi

Te vi
saliste entre la gente a saludar
los astros se rieron otra vez
la llave de Mandala se quebró
o simplemente te vi

Todo lo que diga está de más
las luces siempre encienden en el alma
y cuando me pierdo en la ciudad
vos ya sabés comprender,
es sólo un rato, no más
tendría que llorar
o salir a matar
te vi, te vi, te vi
y yo no buscaba a nadie y te vi

Te vi
fumabas unos chinos en Madrid
hay cosas que te ayudan a vivir
no hacías otra cosa que escribir
y yo simplemente te vi

Me fui
me voy de vez en cuando a algún lugar
ya sé no te hace gracia este país
tenías un vestido y un amor
y yo simplemente te vi."
(Fito Páez – Un Vestido Y Un Amor)