Yo me quiero casar (3)
Era raro, a pesar de haber cortado con S. no sentía ninguna liberación.
No había sido un peso ese noviazgo, era una costumbre que se sumaba a la monotonía de mis días. Había cambiado de carrera universitaria, pasando de la ingeniería industrial de una universidad estatal a la comunicación social de una privada.
Mis horas se distribuían entre la facultad, el viaje en 57, el trabajo, la vuelta en el 57... llegaba a casa a las 11 de la noche y la rutina se repetía con exactitud día tras día. Los fines de semana me dedicaba a dar clases particulares en casa, para sacar algunos mangos, porque había entrado a trabajar en una agencia de publicidad importante, que se aprovechaba del nombre y nos negreaba haciendo que los primeros meses (fueron casi 6) de pasantía fueran gratis, así que tenía que bancarme los viáticos y trabajar sin cobrar si quería quedar efectiva.
Mi familia estaba físicamente dividida porque habíamos perdido la casa con una hipoteca y habíamos vuelto a vivir con mis abuelos maternos, los negocios estaban en crisis y la economía se iba a pique. Descansar era mi prioridad, tirarme a ver alguna serie en la tele o ponerme la joggineta, comer un cuarto de helado y andar en patas sin preocupaciones.
De vez en cuando iba a bailar con las amigas solteras que me habían quedado. No buscaba nada ni a nadie, solamente liberar la mente y dejarme llevar.
No había sido un peso ese noviazgo, era una costumbre que se sumaba a la monotonía de mis días. Había cambiado de carrera universitaria, pasando de la ingeniería industrial de una universidad estatal a la comunicación social de una privada.
Mis horas se distribuían entre la facultad, el viaje en 57, el trabajo, la vuelta en el 57... llegaba a casa a las 11 de la noche y la rutina se repetía con exactitud día tras día. Los fines de semana me dedicaba a dar clases particulares en casa, para sacar algunos mangos, porque había entrado a trabajar en una agencia de publicidad importante, que se aprovechaba del nombre y nos negreaba haciendo que los primeros meses (fueron casi 6) de pasantía fueran gratis, así que tenía que bancarme los viáticos y trabajar sin cobrar si quería quedar efectiva.
Mi familia estaba físicamente dividida porque habíamos perdido la casa con una hipoteca y habíamos vuelto a vivir con mis abuelos maternos, los negocios estaban en crisis y la economía se iba a pique. Descansar era mi prioridad, tirarme a ver alguna serie en la tele o ponerme la joggineta, comer un cuarto de helado y andar en patas sin preocupaciones.
De vez en cuando iba a bailar con las amigas solteras que me habían quedado. No buscaba nada ni a nadie, solamente liberar la mente y dejarme llevar.
"Ella multimillonaria y del más alto nivel,
teminó la secundaria con un promedio de diez.
Sus amigas sorprendidas,
no lo podían creer, que una noche distraída,
del baile se fue con él.
Ese vago atorrante,
que nunca tuvo un cospel,
le puso el pecho de arranque,
erizándole la piel."
teminó la secundaria con un promedio de diez.
Sus amigas sorprendidas,
no lo podían creer, que una noche distraída,
del baile se fue con él.
Ese vago atorrante,
que nunca tuvo un cospel,
le puso el pecho de arranque,
erizándole la piel."
En una de esas idas a bailar a Cuernavaca (histórico boliche pilarense) un pibe jamás visto me invita a bailar. Me sorprendió gratamente, se movía bien, era divertido y sonriente.
Después descubrí, que era hablador y tuerca, le apasionaban los autos.
Yo venía de la cultura futbolera así que no sabía nada de motores (ni tampoco me interesaba aprender, pero que no le gustara el fútbol ya era motivo suficiente para seguir conociéndolo!).
Esa noche no intentó besarme, no se zarpó con lances y solamente me hizo divertir. Nos vimos otros fines de semana en el boliche y después nos encontramos de día.
Era distinto a todo lo que había conocido, me invitaba a pasear en bici o simplemente a tomar un helado, me llenaba de piropos y me hacía sentir linda y sexy. Estas cosas simples le daban otro color a mis días grises.
Estaba bien. Me sentía bien.
Un día viene mi prima S y me dice que me tiene que decir algo importante.
S: - Mai, P. te está mintiendo.
Después descubrí, que era hablador y tuerca, le apasionaban los autos.
Yo venía de la cultura futbolera así que no sabía nada de motores (ni tampoco me interesaba aprender, pero que no le gustara el fútbol ya era motivo suficiente para seguir conociéndolo!).
Esa noche no intentó besarme, no se zarpó con lances y solamente me hizo divertir. Nos vimos otros fines de semana en el boliche y después nos encontramos de día.
Era distinto a todo lo que había conocido, me invitaba a pasear en bici o simplemente a tomar un helado, me llenaba de piropos y me hacía sentir linda y sexy. Estas cosas simples le daban otro color a mis días grises.
Estaba bien. Me sentía bien.
Un día viene mi prima S y me dice que me tiene que decir algo importante.
S: - Mai, P. te está mintiendo.
Ah! Y... y...
ResponderBorrarEs increible los culebrones que tenemos por vidas, leyéndote a tí con la gracia que tienes para escribir (me refiero al arte, no a que sea chistosa la forma...), pienso en cómo sería mi trayectoria si la contara por escrito y ME ECHO A TEMBLAR!!!
Besos a cientos, amiga Mai.
Apa! como era eso de que no ibas a dejarnos con la intriga? jaja
ResponderBorrarNena, no seràs la escritora verdadera de Ciega a citas vos?? jajaja!! buenisimo y nos dejaste re enganchadas!! quiero mas!!!
ResponderBorrarsiiii, vamos aprendiendo !!! (a cortar relatossss)
ResponderBorrarSiempre hay que dudar de la galanteria extrema...lástima que todas aprendemos tarde.
Seguiiiiiiiiiiiiiii
Y decías que no sabías manejar el suspenso!!!! Jajajaja. Me dejaste como loca!!! :P
ResponderBorrarNo puedo decir nada más, me muero por saber en qué te mentía...
Qué edad tenías en ese momento???
Vero: Ah no! Ahora quiero saber tus historias que sòlo de pensarlas te hacen temblar! jajaja
ResponderBorrarMujer: bueno, es que se venía muy largo sino... y vos no hablés! Lo hiciste siempre!
Marina: No no soy Carolina! Y no creo que con mi blog podamos sacar algun dinerillo! jajja
Anavril: Viste? Aprendo de las maestras que sigo... jaja Y si, cuando son muy caballeros algo se traen...
Madie: Ya vas a ver... en ese momento tenía 24 años.
GRACIAS A TODAS! BESOS
Esto es una novela venezolana bolu! hasta musicalizado. Me voy a buscar pochoclo.
ResponderBorrarMuy bueno che te sigo
ResponderBorrarMarian: parece venezolana... pero es 100% argento!
ResponderBorrarSeba: Bienvenido! Y gracias!
muy bien contado mai, mantenés en vilo!
ResponderBorrarsigo leyendo