Yo me quiero casar (2)

Cuando corté con R., él se mudó a Capital Federal. Y el hecho de saber que ya no me lo cruzaría como antes por los mismos lugares o que ya no me iba a seguir con su auto para controlarme, me hacía sentir libre.

Al mes de dejarnos, se puso de novio. Al año se casó. Siempre quiso tener hijos joven, no importaba con quién. Y así lo hizo, a los 24 años fue padre de su primera hija.
Cuando empecé a salir con S. y R. se enteró, viajó hasta Pilar para decirme que había caído bajo si lo reemplazaba con este chico. A pesar de tener a su novia, seguía cual perro del hortelano, merodeando y queriendo acaparar mi atención para que si no era suya, no fuera de nadie.

La historia de S.

"Conociéndote...
mi vida halló una razón
y yo aprendí a ver el sol
que nació cuando te vi
Conociéndote,
mi mano pudo llegar
al cielo que hay más allá
de tu voz, de tu piel..."
(César "Banana" Pueyrredón - "Conociéndote")

Pasaron los meses, las vacaciones de verano y llegó un ramo de rosas a mi casa con una tarjetita que decía: "En la vida tengo una sola ilusión: conquistarte". Y firmaba una S.
Solamente una S... ¡Y no conocía a ninguna S! Me volví loca preguntando por todos lados y nadie sabía nada. Pasó una semana y de mi admirador secreto ni noticias.

Yo que venía de una relación con una persona que me despreciaba y me hacía sentir el patito feo, de repente tener un admirador secreto me emocionaba y aumentaba mi autoestima a niveles galácticos.

Cuando las rosas se estaban marchitando, me llamaron por teléfono y sin hablar, me pusieron la canción de Luis Miguel (sin saber que odio Luismi!) "Usted me desespera, me mata, me enloquece... Y hasta la vida diera por vencer el miedo de besarla a usted".

Me enteré que era un "chico del club". Me había visto mientras hacía aerobics y había preguntado por mí.
En ese momento, con amigas y compañeras de colegio, habíamos formado un grupo de aeróbica y competíamos a nivel nacional representando al club (hasta salimos campeonas en aeróbica juvenil!). Eramos esas que se peinan tirante con gel y se ponen las mallas con colores extraños y agujeros en la panza, se calzan las medias y las zapatillas y hacen coreografías con músicas aceleradas y con efectos sonoros, con formaciones cambiantes, siempre sonrientes y que no paran de saltar.
Quien me ve hoy no lo diría, pero en ese momento y con diecisiete años, este entrenamiento me gustaba, me divertía y me había procurado un buen físico (y si... estaba "buena" ja!)

Así que después de saber que mi admirador pertenecía al club, iba a entrenar con más ganas.
Dos de las chicas del grupo estaban de novia con dos chicos de basket, amigos de S, que me develaron el misterio. En una de las tantas pasadas por el club, me lo indicaron... lo ví y me gustó.
S era cuatro años más grande que yo, jugador de fútbol profesional, físico atlético, piernas bien marcadas, abdominales "con tortuguita", ojos verdes y boca grande.

Nuestras primeras salidas fueron eternas, pasamos horas hablando, riendo y conociéndonos.
Me escribió las cartas más lindas y románticas que he recibido y aún conservo. Por primera vez en mi vida, me sentí amada de verdad.
S. siempre tuvo celos del fantasma de R, pensaba que no lo amaba tanto como a R.
A S., no le perdoné una falta y le hice pasar los peores momentos. Cambié completamente de actitud y me cobré las que me había hecho pasar el anterior, aunque no lo merecía.
Al año de estar con él, lo dejé. Tenía que buscarse un trabajo en serio. Yo no podía estar con una persona que a los 22 años seguía jugando al fútbol en serie D y que para salir le pedía dinero a su madre. Lloró implorándome, lloré insistiéndole que cambiara. Necesitaba que reaccionase si quería tener un futuro con él.
Después de dos meses de silencio, volvió a aparecer. Con trabajo y una propuesta de noviazgo. Había cambiado, por mí.
Estuvimos juntos siete años. Crecimos juntos, hasta conocer nuestros silencios. Los mismos que fueron ganando espacio hasta convertirnos en amigos y nada más.
Cuando cortamos él me regaló un CD con esta canción:

"Dentro de mí
tan solo está tu amor
dentro de mí
como una cosa bella
perfecta, para mi corazón
vuelve mi amor, que me hace falta tu calor
no sé vivir sin ti... "
(DLG - "Eres mi vida")