Fiebre de sábado por la mañana

Día de sol, que ya me predispone de buen humor. Soñé cosas lindas, será por la buena noticia que me dió mi hermana ayer. Después de mi café con leche y las dos tostadas con philadelphia que se comió Mati, pensé en organizar el almuerzo desde temprano, así me liberaba rápido y alrededor de las dos me iba a lo de mi vieja a tomar unos mates (después de varios meses de abstinencia, consiguió yerba en la herboristería local!).

Aprovechando que mi pequeño terremoto estaba tranquilo jugando con sus ladrillitos de plástico, preparé una tarta de jamón y queso y la dejé lista para hornear. Puse a hervir un poco de espinaca en una ollita y en otra unos alcauciles, que es la única verdura que come Mati (bicho raro mi hijo). Pensé en bajar la llama al mínimo e ir a bañar a mi bebé, optimizando tiempo.

Subimos a su cuarto y le preparé la bañadera. Generalmente se queda un rato en remojo, esta vez me dió el tiempo de lavarlo y quiso salir enseguida. Cuando lo estaba cambiando, sentí olor a quemado y me acordé de las cosas que había dejado en el fuego, pero no habían pasado siquiera 15 minutos. A medio vestir, agarré a Mati y mientras bajaba la escalera la nube de humo se hacía más espesa y olorosa. Le tengo pánico al fuego, así que cada escalón que bajaba me iba haciendo mil películas de cómo hacer si encontraba una llamarada, las cortinas quemadas, el repasador o quien fuera el culpable de semejante caos.

Cuando abrí la puerta de la cocina, me encontré (por suerte!) sin llamas ni chispitas a la vista, pero con una columna de humo semejante a la de Lost que salía de los pobres alcauciles carbonizados. Había dejado la llama al máximo haciendo evaporar toda el agua en tiempo record!

Lo más rápido que pude apagué la hornalla, abrí todas las ventanas, cerré la puerta del pasillo para evitar que el humo inundara las habitaciones de arriba y subí con Mati, que pobrecito no entendía nada. Lo terminé de cambiar, poniéndole otra ropa porque todo olía a quemado y lo dejé un rato jugando en su pieza. Me pareció que el humo había llegado también a ese piso, entonces erróneamente abrí las ventanas y en lugar de ventilar, el humo que salía de la ventana de la cocina se metía por la ventana de la habitación. Busqué en algún rinconcito de mi memoria los conocimientos de física (para algo tenían que servir los estudios) y traté de hacer un mix entre el efecto Venturi y el principio de Bernoulli, para que el humo se fuera rápido y el aire se purificara. Bajé el ventilador del cuartito y lo llevé a la cocina, pero con tan mala leche que no funcionaba. Fui por el otro ventilador y al enchufarlo, no tuve respuesta. ¿Podía ser que Murphy se riera de mí tan descaradamente? Le pegué unos golpes y las aletas empezaron a moverse. En ese momento sentí a Mati que lloraba, cuando subo le encuentro la cabeza enfilada entre la pared y los barrotes de la cuna. Quería ir al balcón y como yo había puesto la cuna a propósito para que no saliera, el muy testarudo se mandó igual y quedó atrapado.

Una vez liberado el pequeño y puesto a salvo, bajé nuevamente a controlar la situación. La batalla se había terminado, dejando como saldo: cuatro alcauciles caídos en cumplimiento del deber, una olla negra con daños casi irreparables, una casa apestosa, una pila de cosas para lavar, la certeza de que no iba a terminar temprano de limpiar todo el desastre y claramente la pérdida de los mates de hoy que voy a tener que postergar un día más.

Comentarios

  1. c como fue la mañana seguro que los mates te caian mal! Jaajaaa fue el destino liberador!

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  2. Pero! Qué aventura! Menos mal que no pasó nada, sólo un susto. Quedará en el anecdotario. Tienen olor feo los alcauciles quemados?

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  3. Catástrofe casera... Menos mal que sólamente fue humo. Es muy escandaloso y parece que es gran cosa, lo que pasa es que deja una pestuza a toda la casa horrible! Yo achicharré una pizza hace unos días y el olorcillo a chamusquina todavía se huele en la ropa... En fín, bien está lo que bien acaba.
    Besos a montones y buen domingo.

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  4. Al que nunca se le quemó nada que levante la mano! ajajajajaja
    Qué embole!!! Y con lo que cuesta sacar el olor a quemado!!
    Mi abuela me dio una buena receta. A la noche, cerrás todo el ambiente, y le ponés un plato hondo con vinagre de alcohol. Al dia siguiente no hay mas olor! Magia! ajaja

    Besooos chamuscados! :P

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  5. Si te sirve de consuelo, a mí una vez me pasó peor... hablando de consuelos, yo me consolé con la teoría que ningun buen cocinero llegó a serlo sin quemar algo antes. Considerate cocinera de raza a partir de ahora!
    Espero que el olor a quemado se vaya pronto, no sólo porque es horrible, sino porque es el constante recordatorio de la macana que nos mandamos.

    Besos!

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  6. Anavril: decís que fue el destino liberador? Lo preferia esclavizado si me daba menos trabajo!

    Alicia: la verdad que no sé, porque solamente sentía el mismo olor a quemado en todos lados!

    Vero: y si... lo que mata es el olor, no se va mas!

    Stella: en serio sirve? Esta noche pruebo el plato con el vinagre!

    Lola: entonces seré una "cocinera de raza quemada"! jajaja

    GRACIAS POR PASAR Y COMENTAR!
    BACI

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  7. como se complicó el día!!!

    lo describiste tan bien, que hasta sentí el olor a quemado jaja

    besos!!

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  8. Me pasó de tener que apagar un cuasi incendio hogareño y es tremendo el pánico que te agarra.

    Demos gracias de que no pasó nada grave y eso sí, sabado sin mates ... NO ES SABADO!

    besotes!

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  9. decime que despues de todo esto, saliste arriba, abriste la ventana sacaste la cabeza y gritaste a los cuatro vientos.. No puedo mas!!!!!!!!!!
    Como me hiciste reir Mai!

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