El regalo

Cuando iba al colegio, para el día de la madre, hacíamos manualidades para regalarle a mamá ese domingo.

En primer grado, nos hicieron pegar una manzana y una pera de papel glacé en un mosaico, después aplicarle algunas gotitas de plasticola de color y voilà! Lista la primera obra de arte para mamá. La madre común, custodiaría semejante tesoro y lo exhibiría como un trofeo, en algún lugar visible de la casa, para enseñárlo a todo huésped que viniera de visita.

Mi mamá, lejos de ser una madre común, ni siquiera expresaba un “Qué lindo” (mentiroso) como para incentivar mi vocación artística. Mi madre, me decía “Gracias mi amor” y se daba vuelta refunfuñando “yo no sé por qué en el colegio le hacen hacer estas mierdas!”. Acto seguido, colocaba mi obsequio en el garage (para que no lo viera nadie) y una vez olvidado, iba a parar a la basura.

En segundo grado, le hice un portalápices para el escritorio, pegando de a uno cada granito de lentejas, arvejas, porotos y garbanzos. Distribuyéndolos cuidadosamente para armar una hilera de cada color. Fue inútil, tampoco se salvó. En pocos segundos vió el cuarto oscuro y ya nada pudo cambiar su destino señalado.

En tercer grado, le tocó el turno a un cuadrito hecho con hojas y flores disecadas. No es por nada, pero me había quedado bastante lindo... pero no para los parámetros de belleza de mi madre exigente. Al menos esta vez, no lo tiró todo. Sacó cuidadosamente la hoja con mi collage y reutilizó el cuadrito de vidrio, poniéndole fotos de mi hermana. Obviamente el dibujo desapareció en alguna dimensión desconocida.

En cuarto grado, le hice un tapiz. ¡Qué laburo! Primero ponerle todos los clavitos milimétricamente posicionados, después pasar los hilos con cuidado que no se enredaran. Al final de la tarea, había quedado un cuadro lindísimo (para mis ojos de 9 años). Supongo que mi madre tenía el corazón más blando, porque esta vez no desapareció enseguida. Duró un par de años apoyado a un estante del mueble del garage, al lado a las herramientas de mi papá y los zapatos que no se usaban.

Por suerte en quinto grado, en el colegio de monjas, decidieron cambiar el día de la madre por el día de la familia, para que no se sintieran mal las nenas que habían perdido a la mamá. Sin saberlo, con esa decisión, no sólo han evitado sufrimiento a las pequeñas huérfanas de madre, sino que han evitado un matricidio futuro, años de psicoanálisis por rechazo y la inhibición de mi potencial artístico.

Así que sin regalo (austero pero sentimental) y con todo mi amor te digo: Feliz día, má!

Y aún es chiquito, pero aquí lo escribo y lo juro ante todos ustedes amigos blogueriles, que no importa que porquería de manualidad me regale Matias en futuro... todas y cada una de ellas serán expuestas bien en evidencia en mi casa y guai a quien ose criticarla!

Comentarios

  1. Mi gordita me hizo un portarretrato de telgopor pintado... y es el tesoro más grande!!!!!! Lo tengo en mi escritorio donde todos y cada uno de mis compañeros lo pueda ver!

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  2. Ay, me quedé sin palabras con tu madre, jeje...

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  3. Mi madre hacía exactamente lo mismo. Siempre dibujé bien, desde chiquita y le hice miles de dibujitos...nunca guardó ni uno...que se le va a hacer...

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  4. Mi madre igual que la tuya. Lo que me sorprende es cómo te acordás de cada cosa que hiciste en la escuela! Yo creo que las borré del subconsciente junto con las reacciones de mi madre.

    Y viste? Las queremos igual!

    Feliz día para vos!

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  5. Pero! Mi madre exhibía los regalos (4 por día de la madre) durante un tiempo y cuando creía que nos habíamos olvidado ... los desaparecía! Mirá yo creí que era la única pero tu madre le ganó jajaja ... y bué. Al menos vos lo vas a remediar conservando los regalos de Mati
    un abrazo

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  6. que memoria para acordarte de todos los regalos que has hecho!!

    fui todo lo contrario a tu madre, tengo guardados y en su momento estuvieron a la vista, los regalos que hicieron mis hijos.

    hasta hay un posafuentes que me hizo el mayor, cuando estaba en 5º grado (hoy tiene 26 años) que se sigue usando jajaj

    besos

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  7. a veces los padres hacen cosas inentendibles o hacemos, mejor dicho... pero a mi me pasa que estas cosas me indignan!!! Y a pesar de que mi historia familir fue bastante abándonica y esas cosas, las historias ajenas me sorprenden y me dejan pensnado!

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  8. Ahora me hiciste pensar si no será que soy una inutil para las manualidades porque desde el inicio sabía que mi madre no lo iba a poner en una vitrina para exhibirlo a las visitas.
    Pero en realidad, cosa extraña con la relación conflictiva que tengo con mi mamá, eso no me traumó, lo tomaba con naturalidad, desde el momento que durante el primer año que fui al jardín le pidieron una tabla de madera para que decoráramos y se lamentaba por la tabla (aún cuando la seguía usando!), lo único que usó fue un colgador de llaves, que lo empezó a usar mucho tiempo después y me preguntó si no me animaba a pintarlo de nuevo como la gente.
    La maestra de actividades practicas estaría en eterna desilusión con mi familia que no estaba alborozada mostrandole una bandeja con hendys pintados por mí, y consideraba que si teníamos servilletas como la gente no había necesidad de usar una pintada por alguien que apenas sabe el nombre de los colores.
    De todas formas no me embrutecí del todo, hace tres días cuando mi hija volvió del jardín con su primer regalo hecho por ella lo hubiera llevado a tasar a un museo!!!

    Besos

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  9. Soli: Qué amor! No veo la hora que Mati me haga regalitos artisticos!

    Madie: una palabra... MADRE!

    Mujer: yo también dibujaba bien, pintaba parejito y prolija con los pegotes... pero no habia caso! No era yo el problema, era la escuela y sus regalos inutiles!

    Alicia: menos mal que no soy la unica! Obvio que las amamos igual! Gracias!

    Any: bueno, pero tu mamà tenìa superproducciòn de regalos!

    BeMe: Si, tengo muy buena memoria. Y màs con este tema, que se lo reprocho aùn hoy a mi madre! Sobre todo cuando fui a la casa de una compañera del colegio y su madre tenia el azulejo de la pera y la manzana, colgado en la cocina (y tenemos 34 años y lo hicimos a los 7!)

    Julia Q: Ojo! Que mi vieja es mi mejor amiga, mi punto de referencia, mi gran mamà! La amo con todo mi corazòn... pero cero tacto en tema regalos escolares!

    Lola: Bueno, tu mamà utilizò al menos alguno de los regalos... quizàs eran mis maestras que nos daban para hacer cosas inùtiles (justifiquemosla!). Cuando Matias me traiga su regalo... derechito al Louvre (no! Expuesto en mi casa y con farito que lo ilumine)

    COMO SIEMPRE GRACIAS A TODOS POR PASAR Y COMENTAR! Mamà te amo (no obstante hayas tirado los regalos)! BACI

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  10. Ahhh, mi mamá exibía los regalos, pero yo me daba cuenta de que no le gustaban. En realidad nunca fui buena con las artesanías.
    Una vez hice un gusano con unas cajitas de remedios forradas. Tenía ojos y todo! Y mi mamá lo agarró y, haciendolo avanzar, decía "chucuchuuuuu"
    Que frustración!!! ajajaja

    Besooos

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  11. jajajajaj!! Me río porque este post tiene que servir como "exhorcismo" contra este trauma, ya que somos muchas las artistas frustradas en nuestra infancia, con madres que ni disimulaban su cara de "horror!!!"...

    Yo voy a hacer todo el esfuerzo para no reirme ni hacer cara de "uff! qué porquería" cuando me toque ser la receptora... (será tan fácil como creemos?)

    El tapiz!!!! Sí!!! Yo también lo hice!!!!

    Besos y feliz día (atrasado)

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