De vocación

Toda mi vida escolar (primaria y secundaria) transcurrió en un colegio de monjas. Y ahí, aprendí a conocerlas de cerca y a identificar, las monjas de vocación y las otras. Porque se nota cuando la caridad y la bondad, nacen de la persona y cuando 'tienen que hacer de cuenta que' son buenas.

Esto me vino a la mente, porque el 11 de Diciembre, tuvo lugar un concierto de percusiones llamado "Navidad a todo ritmo", que era el broche final de un proyecto de integración llamado "Igualmente Diversos".

En el escenario se exhibían, chicos normales (me pesa usar la palabra "normal" para hacer la distinción, pero es así) y chicos portadores de handicap (autismo, down, retardo mental, etc.)

En la sala, no superábamos los 200 espectadores, pero creo que era la cantidad de gente ideal, para este concierto. 

Uno de los maestros, era el que le enseña batería a Matias. 

Y participaba también Sergio Cherubin, uno que se hizo famoso con Italia's got talent, por llevar este mismo espectáculo de percusiones y  quedar entre los finalistas. Y a esto iba, con el ejemplo de las monjas de vocación. Este hombre, tiene el don de escuchar silencios y ver más allá de lo evidente. Dió espacio a cada uno de los integrantes de la banda, sin esforzarlos, aceptando lo que cada uno quería mostrar. 

Y así, vi a Luca, un chico de 17 años, con autismo no verbal y problemas de contacto físico, que mientras tocaba uno de los barriles con las baquetas, se le dibujaba la sonrisa de felicidad. Y al terminar su parte, se abrazaba con Sergio.

También pasó Giorgio, que hizo un juego de imitación con las palmas y jugó con el público.

Pero mi emoción total, vino con Alice, que no imitaba ni tocaba el tambor... pero de repente, Sergio nos dijo: "¿la escuchan?" Y le acercó el micrófono. Y con su arrullo, creó una melodía que él acompaño con percusiones. 

Volvió "superstar" a cada uno de estos chicos, únicos y diversos. Como todos. Pero sin pesar sus carencias, exaltando y potenciando sus valores.

Y eso es lo que rescato. Hay tantos terapeutas sin tacto, sin vocación, sin corazón. Pero por suerte, para equilibrar la balanza, nos encontramos en el mundo con gente que vale la pena conocer y que realmente, hacen la diferencia.