Gratas sorpresas

- De repente escuchar "ruidito de agua", y descubrir que es mi pequeño saltamontes que hace pis solito, de parado... y que si por apurarse a volver a jugar, se olvida de tirar agua o lavarse las manos, vuelve sin que le diga nada y lo hace.

- Darle órdenes complejas y que las haga a la perfección. (Por ejemplo pedirle una tijera que está en el cajón de los cubiertos y que se la de a mamá o que traiga el control remoto que está sobre la mesa del living y lo traiga a la cocina)

- Preguntarle algo mientras está haciendo otra cosa y que te responda.

- Que se deje cortar las uñas de las manos, sin llorar ni patalear.

- Volver de un concierto de Mr Love y descubrir que jugando a la peluquería con la tía Juli, se dejó cortar media melena (sin luchar al wrestling) y ya no parece el rey león.

- Escucharlo que mientras juega, canta y le cambia la letra a las canciones.

- Que cuente también en inglés, al derecho y al revés.

- Que me enseñe que no le interesa el desprecio o la segregación que otros nenes pueden hacerle, porque él se divierte igual y los acepta a todos. Porque el problema no es con él, sino que es de cada niño con sí mismo. Con la poca tolerancia que le enseñan sus padres y con la mente cerrada que les obligan a tener.

- Que venga y me de un beso, sin pedirlo, por que sí. Porque lo siente, porque quiere, porque me quiere.

Por todo esto, vale la pena el esfuerzo, los kilómetros recorridos para hacer las terapias y no bajar nunca los brazos aunque nos duela hasta el alma. Y todos estos, son motivos para festejar y para agradecerle al mejor papá del mundo, que ayer se puso un año más viejo y parece que le pegó fuerte! Porque aunque nuestra vida sea una subida continua, sé que puedo contar con tu mano.