La abandónica

Me siento en falta cuando pasan tantos días y no escribo.
Sepan disculpar, pero el mundo real, me está atosigando.
Después de una seguidilla de enfermedades familiares (por suerte nada grave, pero flor de susto nos llevamos!), entregas de trabajos y visitas médicas, he vuelto.
Porque lo que no mata, fortalece, no? Ya debo parecer Popeye después de la espinaca de lo forzuda que estoy...
Qué les cuento? Veamos...

* Sol primaveral y 18/20°, nada mal.

* Hicimos los estudios audiométricos a Mati y salieron perfectos. Esta vez fuimos al consultorio de otro doctor, que en el hospital no tenía turno, entonces lo hicimos en forma privada. Pero te aseguro que valió la pena cada euro que le pagamos. Super divino. Lo visitó y no se le cayó ni una lágrima a mi hijo. Le puso los auriculares y Mati, se quedó lo más bien. Por cada resultado correcto, aplaudía y lo felicitaba (Bravo Mati!!!) y encendía unos leds multicolores. Le hizo la prueba con todas las frecuencias... y reaccionó a cada estímulo. Y si ya nos íbamos felices por lo delicado y amoroso del Doc, nos dijo que él ve muchísimos casos de autismo (de los más severos) y está seguro, que Matias con la terapia va a salir adelante a la grande.

* Se viene la onda de los cumples de 18... y por suerte, tengo trabajo que hacer. Sepan que hemos cambiado colores... (CHAU CHAU ADIOS FUXIAAAAAAAA!) el que tengo el sabado es en rojo coral y dorado!
Asi que me van a ver poco, pero sepan que siempre me doy una vueltita por sus casitas y las leo.

Y les dejo una imagen de mi ciudad, sacada por una chica de la asociación que le hago los calendarios, desde el brazo de un jarrón de la plaza central, mirando al mar...