Autocensura

Pensé y repensé si escribir o no. Me pueden llegar comentarios que me hagan preocupar más aún de lo que estoy, puedo ser más ácida de lo normal o más antipática, pero en definitiva, mi blog tiene su razón de existir, su efecto catártico y hasta su acción terapéutica. Siento que si no escribo, exploto y además, ustedes siempre estuvieron ahí y los comentarios me hacen bien.

El instinto materno es dificil de explicar, una no sabe que lo tiene (hasta duda de tenerlo!) hasta que se presenta la oportunidad de usarlo y ahí salta... y decís: "ahhhh era esto!"

Esa vocecita interna que te dice qué hacer, también te advierte cuando algo anda mal, cuando hay algo que no es como debiera ser.

"Matias es chico todavía. Mi hijo habló a los 3 años pasados y eso que le hablaba solamente en italiano!"
"Le estás hablando en dos idiomas, tiene un matete pobre chico! Es normal que no hable."
"Salió cabeza dura como el padre... es antipático como la madrina... es independiente, se parece a la tía."
"La vecinita habla, canta, baila, conjuga verbos... las comparaciones son odiosas y las nenas son más rápidas y despiertas que los varoncitos!"
"Vos lo apabullás al chico! Le hablás todo el día, le cantás, le contás historias... el pibe debe decir, cómo habla mi vieja!"


Y como éstas, muchas frases más...
Todos tratando de minimizar la situación y diciéndome que yo veía fantasmas donde no los había y estaba paranoica y obsesiva con el tema. Busqué en internet, comparando síntomas y reacciones... comparé con otros niños (pero cada personita es un mundo a parte!).

Bueno, después de insistirle a la pediatra y de volverle a presentar el estado actual, que no se limita a la falta del habla, sino que se extiende hasta el ignorarme... ni siquiera se da vuelta si lo llamo. Me dió el número de una doctora (en italiano se llama "logopedista", no sé si es lo mismo que la fonoaudióloga) para que le hiciera una evaluación.

Ayer fuimos. Mr Love quería estar presente, así que nos dieron turno para las 19:15. Desde el viernes hasta ayer, estuve sumergida en mal humor, intolerancia, susceptibilidad y rabia... supongo que todas estas sensaciones generadas por el nerviosismo, la ansiedad y el miedo.

En el viaje, no hablamos. Mr Love solamente me dió la mano, nos miramos a los ojos y no necesitamos palabras. Llegamos y tuvimos que esperar, porque el turno anterior se había retrasado.

Finalmente entramos. Le expliqué la situación, agarró a Matias a upa y se lo llevó de su lado del escritorio. Lo hizo jugar con algunos juguetes, le habló, le mostró formas, colores, instrumentos musicales... hasta que Matias se cansó de jugar y se bajó, para volverse de mi lado. Teniéndolo enfrentado, le sopló unos papelitos, para que él hiciera lo mismo... y nada. Le encendió una vela, intentó tocarla, pero nunca sopló.

Matias no imita, no copia, no habla, no te mira a los ojos por más de diez segundos. Hace las cosas que le ordenás, cuando tiene ganas. Se dá vuelta si lo llamás, cuando él quiere. No imita el sonido de los animales, no los reconoce en los libros.

Sabe jugar a "Antón Pirulero" (toda la vida lo llamé "Al don pirulero"!), abre y cierra la boca si le canto "los sapitos hacen mmmm aaaaaaaa mmmmm aaaaaa". Pero todo lo hace, cuando él tiene ganas de jugar, sino te ignora y te deja cantando sola.

La doctora me dijo que el factor del habla, era lo de menos. Puede ser que no habla porque realmente no lo necesita, porque se hace entender perfectamente. Puede ser porque realmente está confundido por los dos idiomas.

En definitiva, lo que le preocupa más es el factor atención, que no mira, no imita, no reproduce. Se limitó a decirnos esto... pero realmente, quería decir algo más, pero se cayó la boca y dijo que no era ético invadir otros campos... (Me paso por el culo la ética! Si te parece que se necesita otro control, decimelo) Me dí cuenta porque dijo: y la pediatra les dijo que hicieran SOLO un control conmigo? No los mandó a ver a nadie más?

A buen entendedor, pocas palabras. Ella piensa que es otra cosa... un psicólogo? un neurólogo?
Desde ese momento, mi cabeza, que ya se daba manija por sus propios medios, no deja de dar vueltas a la velocidad de la luz.

Por el momento, nos indicó tarea para el hogar: tratar de captar la atención y empezar a reproducir palabras con la P identificando objetos, insistir con las onomatopeyas de los sonidos de los animales, soplar para hacer las burbujas de jabón, la vela, los papelitos... y nos veremos en un mes.

Tengo que hablarle en italiano (al menos por el momento, para dar más énfasis a un idioma y que al menos se largue con uno). Esto es lo que más me cuesta, porque con Matias yo, soy yo misma y mi YO es argentino y le habla en castellano!

Y además mañana, empezamos el jardín de infantes.

Tendría que estar contenta, porque me demuestra que no estoy loca ni tampoco soy una madre histérica y obsesiva (o si lo soy, es con razón!). Sin embargo mi preocupación aumentó, me invadió una tristeza general y ganas perennes de llorar. Pero no lo hago, me contengo, porque sea lo que sea... la vamos a pelear. Porque mi hijo sigue siendo hermoso, inteligente y sano. Porque lo amo como a nadie en este mundo y porque él es mi mundo.