Mi Nonna

Hoy mi nonna cumple setenta y ocho años.

Mi nonna, una mujer única y especial. Una calabresa, cabeza dura y generosa.
Sobrevivió a la guerra, le ganó al hambre y a la soledad. A los seis años empezó a trabajar en el campo, llevó kilos de carbón en la cabeza, comió raíces, acudió a su madre enferma y esperó el regreso de su padre, trastornado por la guerra. Conoce los golpes bajos que da la vida y los sacrificios sin recompensas.

Viajó a la Argentina para venir en auxilio de su hermana, que pidió a gritos ayuda, después que la habían casado con el primo hermano. Tuvo que aprender el castellano a la fuerza cuando entró a trabajar en la fábrica textil, pronunciando perfectamente la jota (cosa que los italianos raramente logran). Se opuso rotundamente a un matrimonio combinado. Rompió los planes de sus padres, enamorándose perdidamente de un siciliano de ojos color del cielo con el que pasó el resto de su vida. Crió dos hijos (mi mamá y mi tío) y después crió a sus cuatro nietas.

Ahora se encuentra dividida entre Argentina e Italia. Pasa un poco allá y otro poco acá, y siempre extraña a la parte de familia que está lejos.

Cocina como los dioses. Sus milanesas son un manjar, su tortilla de papas es el fin del mundo, su tuco es inimitable, su sopa es riquísima, su pizza y los crispelle son para chuparse los dedos y su café con leche, es el mejor de todos. Todas sus nietas volvemos a tener siete años cuando le pedimos: noni, me hacés la leche? Y aunque haya cocinado todo el día y recién se sienta a ver la novela, ella va a la cocina y te trae la leche... con el porcentaje exacto de café y la temperatura ideal de la leche.

Sabe coser, tejer, bordar. No sabe descansar. Se la pasa haciendo cosas, le teje chalecos y pullóveres a Matias con todos los pedacitos de lana que encuentra.

Mi nonna no es demostrativa con las palabras, tampoco es de dar besos ni abrazos... pero ella nos mima siempre. Hace las comidas que le gustan a cada uno, aunque eso signifique hacer diez platos distintos. Te despierta a la mañana con el desayuno listo y hasta te extiende la cama si la dejaste hecha un bollo.

Mi nonna es argentinísima, ceba mates todo el día (cuando la provisión de yerba lo permite), sigue usando la palabra "regio" cuando algo está bien y saluda con "hasta luegoSSS".

Mi nonna empezó a fumar a los cuarenta años, por insistencia de sus amistades y cuando todos dejaron el vicio porque hacía mal a la salud, ella no... y sigue fumando testarudamente aunque tenga bronquitis crónica.

Sus manos sufren de reumatismo y sus brazos ya no tienen tanta fuerza, pero le alcanzan para abrazar a su bisnieto y para darle de comer a toda hora.

Mi nonna siempre te dice lo que piensa, aunque no sea lo que quisieras escuchar. Es intransigente y exigente. Es honesta y pesimista. Pero mi nonna es mi nonna, mi punto de referencia, mi pasado y mi presente, mi segunda madre. Y aunque yo tampoco se lo demuestre, la quiero con locura.

Feliz cumple Nonita!!!