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Mostrando las entradas de septiembre, 2010

Yo me quiero casar (35)

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El 25 de diciembre de 2006 cumplimos nuestro cuarto año de noviazgo con Mr Love y fueron las últimas fiestas que pasamos separados. Todavía estaba como en una nube desde el compromiso y cada vez que veía el ramo de flores y me miraba la mano sonreía sola. Posando con la heroína Juli, después de la exitosa misión "compra del vestido" y tomándome el pelo por las flores de Mr Love. A partir del año nuevo, me convertí en una novia histérica. Ya estaba tranquila con el vestido de novias que era un "gran paso"... pero me ponía loca con muchos otros temas! Era una cadena: se te pasa el vestido y viene el alquiler de la casa, alquilás la casa y viene la pintura, comprás la pintura y te faltan los muebles... y así sucesivamente! Y para todo, hacía falta plata... y la plata, es algo que nunca alcanza! En los meses previos al casorio (en especial los últimos dos), discutimos con Mr Love por lo que no lo habíamos hecho en los cuatro años anteriores. Muchas discusiones eran por ...

Yo me quiero casar (34)

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Después de hablar con mi hermana quedé contenta pero con más ansiedad e intrigas que antes, porque ahora tenía vestido! Por más que trataran de explicarme cómo era y lo describiesen detalladamente, no lograba imaginarlo. Estaba tan insoportable que mi prima se compró la revista donde venía publicado el modelo, escaneó la página y me la mandó por mail. Diciéndome agotada: “acá lo tenés, le agregamos la cola desmontable, algunos bordados más y el velo. Pero creo que con esto podés darte una idea...” Cuando abrí el archivo me encontré con esto: Obviamente, tenía que esperar a probármelo para saber cómo me iba a quedar. Porque a la rubia... le quedaba divino! También habían comprado el traje para mi viejo, los vestidos de fiesta para mi mamá, la nonna y mi hermana y otro para mí, para usar el día del famoso ricevimento. Mi hermana ya estaba lista para emprender la retirada, cargada hasta la coronilla, se volvía con la valija llena y mi vestido en la mano, porque tenía miedo que lo perdier...

Yo me quiero casar (33)

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Había bajado 7 kilos, 6 cm de caderas y otros tantos de cintura. Mis tetas ya no superaban los 100... tenía 97! Así que el vestido iba a ser un talle normal y no un XXXXL!!!! Del otro lado del océano, contaba con mi hermana que con la ayuda de mi prima S y mi comadre, iban a buscar MI vestido. La que más me conocía de las tres era mi mejor amiga y comadre Carola. Nos la pasábamos de mail en mail, yo le mandaba los modelos y los sitios que me gustaban, ella me daba su opinión. Además habíamos soñado con el reencuentro, con que ella iba a poder viajar para mi boda y eso nos llenaba de entusiasmo. Mi prima S, tenía buen gusto y contactos. Era más desenvuelta y estaba acostumbrada a viajar a Buenos Aires, podía ayudarla en la ardua tarea y acompañar perfectamente a Juli (que tenía miedo de viajar en subte y de perderse por los barrios porteños). Cuando nos habíamos ido de la Argentina, mi hermana tenía 22 años, no frecuentaba la universidad y su mundo giraba con sus amistades en el micr...

Yo me quiero casar (32)

No es que yo fuera la loca que me inventaba las cosas y como me quería casar, estaba organizando todo sin el consentimiento de mi futuro marido. Obviamente era algo que estábamos hablando con Mr Love, desde que habíamos vuelto de Lampedusa. Tampoco lo estaba obligando a hacer algo que no quería, es que, como siempre, mi chico necesitaba de un "empujoncito" para tomar las decisiones importantes... Personalmente, yo me conformaba con la convivencia, sin tanta formalidad, pero estaba fuera de discusión para mi familia política! Los sicilianos no miran con 'buenos ojos' los rejuntes, así que si la íbamos a hacer, la teníamos que hacer bien, con todas las de la ley civil y religiosa. Y casándonos, hacíamos felices a nuestras respectivas madres. De repente, no me daba miedo el matrimonio y hasta parecía una idea factible. Me imaginaba al lado de Mr Love y no me asustaba pronunciar la frase "para toda la vida", al contrario, no quería pasar mi vida sin él. Pero ...

Yo me quiero casar (31)

Mr Love se sentía demasiado jóven para sentar cabeza. Me repetía que inconscientemente se había quedado en los veinticinco años, a pesar de que su documento de identidad deschababa que pertenecía a la clase 76. Por mi parte, yo estaba demasiado cómoda en casa de mis padres, con mi nonna que me despertaba con el aroma del café recién hecho y sin preocuparme de lavar, planchar y mucho menos cocinar. Pero, esa semanita de amor idílico me había despertado las ganas del nido propio. Aunque esto significara que, antes del nido, tenía que venir la papeleta civil y el sacramento del matrimonio, como Dios y mi suegra mandaban. Pero cada vez que empezaba a dar indicios del argumento, Mr Love fingía ataques de tos y me cambiaba de tema. Si quería ganar la guerra, necesitaba aliados. Un día, en la casa de mi suegra llega la invitación para el casamiento de una prima. Mi cuñada aprovechando la volada, le dice a Mr Love: Se están casando todos... faltás sólo vos! Y ahí nomás lo rodeamos. Quedó circu...

Yo me quiero casar (30)

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Ese anillo que Mr Love me regaló el día de mi cumpleaños, no tenía ningún significado especial. Era un regalo como cualquier otro, no cambiaba nuestra relación volviéndola más formal, porque ya lo era desde el primer momento. Después de tres años sin vacaciones y con la economía doméstica familiar más estable, decidimos que podíamos pensar en un viajecito juntos. Obviamente tenían que ser vacaciones gasoleras, no importaba la lejanía, nos alcanzaba con que fuese un lugar tranquilo. Queríamos disfrutarnos mutuamente las 24 horas, probar la experiencia de dormir toda la noche juntos y ver cómo podía ser nuestra convivencia. Nunca me había ido de vacaciones con ningún novio, porque mi madre no me dejaba y yo le hacía caso. Pero a esta altura del partido ni falta hacía que le pidiera permiso, con tres décadas en mi haber ya estaba crecidita como para elegir con quién irme de vacaciones. Pero a falta de mi madre, esta vez la tenía a mi suegra que le dijo a Mr Love: ¿y la madre de Maité qué ...

Feliz domingo

Cuando venís de una semana por demás ajetreada. Cuando ganás poco y laburás mucho. Cuando te preocupás porque es 10 y ya tenés unos cuantos vencimientos incumplidos. Cuando querés seguir durmiendo pero Matias te despierta levantándose de la cuna, hablándote (en su idioma) a las 7,30 y sin intenciones de seguir durmiendo. Cuando venís así, medio de capa caída, te levantás un domingo a la mañana que pinta tan rutinario y aburrido como los demás y recibís una llamada... (telefónica no mística!) Que a tu PRONTO, te responde: Hola Mai, soy Betty ! Dándole voz a una amiga bloguera, conocida y querida por sus comentarios en mi blog y los textos de su blog. Haciendo que este mundo virtual se convierta en real. Entonces, el domingo cambia cara y te hace ver la vida diferente. Se convierte en especial, porque es el día que conocí a Betty y a su marido y a su papá. Tres personas deliciosas que se hicieron un tiempito para pasar por Sciacca, porque de todas las ciudades turísticas del itinerario, ...

Yo me quiero casar (29)

No soy Einstein (ni falta hace que lo aclare!) para decir que la percepción del tiempo es relativa. Cuando la pasás mal, parece una racha eterna... cuando la pasás bien, el tiempo vuela. Los meses y años pasaron volando con Mr Love. Cada vez estábamos más consolidados en nuestra relación, nos parecía que nos conocíamos de toda la vida y nos amábamos con locura. Habíamos cumplido tres años de novios, pero nunca tocábamos el tema “matrimonio”, estábamos bien así, aunque moría de ganas por pasar todas mis noches con él. Cuando cumplí 30 años, la compañía del kilombo se había disuelto por problemas de faldas (polleras para las argentinas) o de pantalones bajados, mejor dicho! Mimmo se había puesto en sociedad con mi primo Antonio y habían abierto un bar sobre la playa, aunque después disolvieron la sociedad y se lo dejó Mimmo. Para festejar mi tercera década, llevé una torta y armamos fiesta allí. Sin ninguna excepción, había laburado todo el día y hasta más tarde también. A las 20.15 salí...

Yo me quiero casar (28)

La pasé tan mal en este viaje que juré que no iba a volver nunca más. Pero después, el tiempo anestetiza la memoria y refuerza los afectos y las ganas de volver a abrazar. Entonces volvés a caer en aquello que juraste que ibas a evitar, solamente que mi regreso fue muchos años después y con Mr Love como marido. A partir de ese momento, prometí no despotricar (tanto) contra los italianos, pero berlusca y mortadella (primeros ministros italianos en distintos turnos de partidos contrarios) no me hicieron la tarea fácil... Comprendí que mi hogar, estaba aquí, lejos de la patria que me vió nacer y crecer hasta convertirme en adulta. La verdad era que en un año me había integrado a la tanada más de lo que creía y eso estaba bien. Habíamos pedido que las valijas viajasen directamente desde Buenos Aires hasta Palermo - Sicilia, así nuestra espera en Roma era más relajada y menos voluminosa. Calmé el mal humor de mi hermana (por el regreso a Italia y la falta de nicotina) llevándola a comer un...

Yo me quiero casar (27)

¿Cómo que nos tenemos qué bajar? ¿Qué pasa? Los otros pasajeros nos miraban como si fuésemos narcotraficantes, mi hermana que finalmente había dejado los bolsos de mano, viene donde estaba yo y le digo: volvé a buscar los bolsos que nos tenemos que bajar. Atiné a preguntar por nuestras valijas y el de la aerolínea me dijo que ya habían dado la orden de dejarlas en tierra. Así que no tenía más remedio que bajarme del avión. En ese momento, muerta de vergÜenza, no entendía nada. En el trayecto desde la manga del avión hasta el desk, se me pasaron mil ideas absurdas por la cabeza, pero ninguna justificaba el no dejarnos salir del país. ¿Se habían confundido de persona? ¿Se habían dado cuenta que llevaba los cubiertos de mi vieja en la valija y pensaron que era una terrorista? ¿S despechado porque no lo había saludado había hecho una denuncia? ¿Era una cámara oculta? Mi hermana puteaba hasta en japonés y se la pasaba diciéndome, pero qué pasa? Yo no entendía nada y lo único que le decía er...

Yo me quiero casar (26)

El primer año con Mr Love fue intenso e inolvidable. Lleno de emociones y cargado de diversión. En mis historias anteriores, al cumplir el primer año de noviazgo, la etapa del enamoramiento era agua pasada porque me había abandonado en el primer trimestre y la amiga rutina se apoderaba de la relación. Nunca tuve los ojos a corazoncitos que me hicieran ver a mi novio perfecto, siempre les veía los defectos pero los aceptaba así como eran y me resignaba. En Mr Love reunía todo lo que había buscado por años sin saber que lo buscaba. Obviamente había tenido que sacrificar la idea de mi hombre ideal de pectorales marcados, espalda ancha y brazos robustos... porque mi chico era un espárrago flaco y sin rastros de músculos. Él era divertido, espontáneo, creativo, inteligente. Lo amaba, pero por sobre todas las cosas, lo admiraba. Se me llenaban los ojos de lágrimas cuando tocaba el piano solamente para mí y no podía seguirlo cuando me hablaba de música, pero podía emocionarme, escucharlo y co...