Cómo ser una italiana y no morir en el intento (especial matrimonio)

Con la llegada de la primavera-verano, además de preocuparnos por los cráteres de la celulitis que nos aqueja y los kilitos demás que se resaltan con el traje de baño, tenemos que preocuparnos de las invitaciones que recibiremos para los casamientos de la temporada.

Porque en Italia, la gente se casa. O al menos en el sur de Italia, la gente se casa. Y parece que este año les vino el miedo que los agarre solteros el fin del mundo del 2012... o se cansaron de hacer el amor enroscados en el auto (porque no existen los telos y el habitáculo del coche es el nidito de amor para hacer cosas chanchas!). La cosa es que en menos de dos semanas recibí cuatro invitaciones. No estoy en contra de la legalización del amor, estoy en contra de los regalos que tenemos que hacer cuando a dos se les antoja firmar la papeleta!

Veamos si puedo explicarles para que me entiendan mejor. Antes de venirme para este lado del mundo, yo era PRO CONVIVENCIA. Como soy una fiel empedernida, para mi el compromiso ya está a partir del momento en el que te ponés de novio y más aún si compartís el mismo techo. Ya está, ya jugás para los casados.

Cuando me convertí en siciliana, tuve que aprender a pensar en siciliano (aún me queda alguna neurona argenta, así que todavía me cuesta entenderlos). Pero acá NO SE CONVIVE con el novio. Se casa y después rompete los cuernos sola, pero solamente después. El detalle es que para casarte, por más sencillito que quieras, tenés que invertir un dineral. Entonces, hay dos opciones:
- Una, hacer la FUITINA o “fuga de amor” (antiguamente el novio secuestraba a la novia y la “deshonraba”, entonces por la fuerza para lavar el honor y el respeto de la familia, se tenían que casar – pero hoy en día, quién se casa con el “honor” intacto?)

- La otra, es invitar incorporando una frase al final de la participación: "è gradito il regalo in busta"(se agradece el regalo en el sobre). Obviamente, ¿qué regalo te entra en un sobre? CASH.

Y ahí empieza el dilema. Porque no podés pasar por ratón, pero tampoco podés estar a agua (y de la canilla) por todo el mes. Entonces empezás a hacer conjeturas. ¿Cuántos somos? ¿En qué sala hacen la fiesta? Y si el cubierto lo pagan tanto, entonces le tendríamos que dar tanto. ¿Y ellos cuánto nos regalaron? El menú es a base de carne o de pescado... porque el segundo les sale más caro. ¿Abren los sobres a la vista o no?

Es que antes del casamiento (una o dos semanas antes) se usa hacer el RICEVIMENTO. Que suma stress extra al gran quilombo prematrimonial. Este acontecimiento, no es ni más ni menos que, “recibir en tu futura casa a todos los invitados al casamiento” y para ello tenés que tener todo listo para mostrar. Y a pesar de tener todo impecable... porque no estarás exenta de las cuereadas de los “parientes y amigos” (menos mal que invitas a gente querida!). Obviamente, para esta altura de las circunstancias, inútiles serían las listas en las casas de regalos, porque ya tenés absolutamente todo listo (hasta las sábanas, toallas, manteles, cortinas, ollas, platos, vasos, etc) Entonces como el gastadero ya lo hiciste, vos mostrás tu casa, pero ellos te tienen que entregar el efectivo. Para ello, tendrás una gran vasija donde depositar el dinero y al lado una persona de la familia que escribirá en un cuadernito, nombre, apellido, cuántos vienen al casorio y cuánto es lo que te regalan. Después de todo un día de mostrar tu futuro hogar cual agente inmobiliaria, se procede al recuento de la plata. Y todos estarán pendientes de cuánto juntaron los esposos... Aún hoy, sigo sin acostumbrarme a esta usanza que me parece de muy mal gusto.
Entonces, sabiendo que te abren el sobre adelante de todos y que, queda todo escrito, una se tiene que esmerar en el regalo.

Conclusión, yo quería hacer dieta, así que si me ven más flaca y quieren saber el secreto, se los paso: cuatro matrimonios con regalo en “busta” y abundante agua.