Apocalypse Now

2012? Se me adelantó un poco el final de mi mundo... si no vean...

Empecé con un dolor espantoso de espalda que me obligó a ir al médico. Cabe aclarar que detesto ir al doctor casi como ir a la peluquería, porque los considero una pérdida de tiempo: sabés cuando entrás y no cuando salís, y casi siempre te vas desconforme.

Encima, cuando me recibe el médico ni siquiera me revisa, pregunta donde me duele, se lo indico y ni se levanta del escritorio. Cuando agarra el recetario le explico que todavía le doy la leche a Mati, así que pone cara de nada y me dice que tome paracetamol.

Al mismo tiempo me encuentro unos granitos en la panza cerca del ombligo, pero pensé que me había picado un mosquito así que no les dí importancia. Al dolor de espalda, se le sumó la picazón... Obviamente el paracetamol no calmó ni un instante el dolor insoportable, ni de día ni de noche.

Mr Love, viéndome tan mal, llama a un traumatólogo que me da turno para el 1 de Mayo y me pide una radiografía que tengo que hacer autorizar por mi médico de familia (el mismo que no atinó a levantarse del escritorio!). Para todo esto, con el pasar de los días, me dí cuenta que me aparecieron otras ronchas siempre en la panza pero esta vez al costado izquierdo del ombligo, pensé que era del estómago... algún atracón.

El viernes cuando me estaba duchando, me miro y tuve que descartar todas las hipótesis precedentes. Los granos me habían dibujado un tatuaje tribal que iba desde el ombligo hasta dar vuelta la cintura y se paraban en la columna.

Visito al doctor de nuevo (dos veces en la misma semana es demasiado!). Mientras me hago autorizar la receta para la radiografía le muestro mi panza, por miedo a que fuera contagioso... Y me dice: Herpes zoster o conocido en Italia como "Fuoco di Sant'Antonio" (fuego de San Antonio), o sea "la culebrilla" de Argentina. Si antes del diagnóstico ni me tocó, ahora con el herpes menos que menos, pero se dignó a pararse y se acercó para ver los granos. Me dijo que duran 60 días y casi que me retó porque el lunes no se los mostré... ¡Y si no los tenía así! El dolor de espalda, era causado por la infección viral que ataca los nervios y viene acompañada de la erupción cutánea (dolorosa y molesta) así que me dijo que no fuera al traumatólogo.

Junto con una lista de pastillas y pomada por parte del galeno, me llegaron informaciones de las más disparatadas curas caseras. Yo me acuerdo que allá en mi pueblo, la curaban unos "manosanta" con tinta china, diciendo quien sabe qué plegaria y haciendo unas cruces sobre los granos. Y si hubiera tenido alguno cerca, también me hubiera hecho dibujar... lo que abunda no daña. Pero la teoría de que me haga caminar un sapo por donde tengo las erupciones cutáneas... ¡No! ¡Eso es un asco! (se tomaron al pie de la letra el “sana, sana, culito de rana”)

Así que opté por seguir el tratamiento con los antibióticos. Automáticamente debo interrumpir la teta porque los remedios pasan a la leche materna. Con esta noticia, un Aleluyaaaaaaaa!!! salió de mi boca, porque finalmente mis pechos vuelven a ser míos. Pero, hete aquí el pequeño detalle: mi hijo no toma mamadera, ni chupete, ni nada que no sea la madre (malditos consejos de la pediatra). Y cada vez come menos. Si a esto le sumamos que es un tanto (tanto!) histérico y que no se calma con nada, llora ininterrumpidamente y grita como un desesperado . Me encuentro: adolorida, embadurnada, con las tetas hinchadas y agotada. Con un pronóstico de no dormir por el resto de las noches venideras y haciendo trasvaso de leche de vaca en cuanto contenedor se les ocurra. Probé con tres mamaderas distintas, el vasito donde toma el agua, la cantimplora, el mate con la bombilla, el tazón con la cuchara, los sorbetes de plástico de colores, vaso de vidrio y hasta la botellita de agua mineral descartable con el pico bebedor. Hasta ahora no obtuve ningún resultado, excepto la exhasperación de mi pequeño terremoto y un creciente agotamiento físico y mental.

Supongo que cuando tenga hambre de verdad, Mati empezará a comer y tomará la leche de algún lado. Y se cansará de llorar y dormirá... y volverá la calma. ¿No es cierto? Díganme que si!