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Mostrando las entradas de enero, 2013

No quiero quejarme

Juro! Que no quiero quejarme... y trato de ponerle onda... pero me la están haciendo tan difícil, que en cualquier momento arde Troya! Otra que la catarsis de los miércoles! El camión atmosférico que tiene que venir a destapar la cloaca, no va a dar abasto...

101 Gracias!

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¡Epaaaa! ¿Qué pasó? ¿Cuándo? Es que no me dí cuenta que tengo 100 seguidores... Si, bueno... muchos de ustedes seguramente tienen muchos más, pero yo nunca me impuse como objetivo que me leyera gente... es más un diario íntimo sin candado, que un blog de interés. No hago sorteos, no regalo nada, no digo cosas interesantes ni tutoriales... y sin embargo, me leen? Guauuuuuuu! Pero no es que me moleste eh! Para nada! Completamente agradecida y profundamente honrada. Y otro gracias enorme va a Romina de Chamilitos Home , que fue mi compa del segundo intercambio postal que organizaron mi amiga Paula de La Punta del Obelisco y Margarita de Mami Delux . Este era el button del intercambio, por si ya lo vieron en alguna otra parte... Bueno, la cosa es que yo persevero con el correo... saben de mi profundo odio a le Poste Italiane, pero como me gusta el efecto "recibir un sobre que no sean cosas para pagar", insisto. Además, después del intercambio, se ganan amigas blogueras... del an...

Unidos, sí!

Si la gente pudiera ver que el cambio se produce  como resultado de millones de pequeñas acciones  que parecen totalmente insignificantes,  entonces no dudarían en realizar esos pequeños actos.   Howard Zinn  (24 de agosto de 1922 – 27 de enero de 2010)  fue un historiador social estadounidense. Hoy vengo a contarles una historia real y mágica a la vez.  Que me tiene emocionada e incrédula, desde el fin de semana. Ya les hablé en otras oportunidades de mi relación con el FB y de las cosas buenas que se pueden encontrar en él (más allá de la pérdida de tiempo en chusmear y jugar a los jueguitos adictivos -que por cierto, abandoné hace rato-). También les conté que pertenezco al grupo de las MAE (Madres Argentinas en...) y que este loco y maravilloso grupo es mi catársis cotidiana (las mismas que encontraré en abril cuando viaje a Roma). Bueno, además de compartir recetas, quejarnos por los piojos, darnos consejos de cómo criar a un argentinito en ...

En la cartera de la dama (o casi)

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Resulta que la copadisima y querida Roville , hizo un desafío en su blog... Y yo no tuve mejor ocurrencia que participar, "desnudando" la mía . Ojo, el desafío está buenísimo y las chicas que se prendieron, hacen fotos espectaculares de sus "interiores"... pero yo (que soy un queso fotográfico) no hubo manera de ajustar, embellecer, acicalar el gran quilombo gran que llevo a cuestas. Entonces, les confieso con vergüenza propia, que todo lo que vayan a ver... es real y no producto de la imaginación. Y como todos llevamos un chusma dentro... después no digan que no les avisé! ¡Que se diviertan y buen viernes!

Te cuento un cuento

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Cuando yo era chica, esperaba ansiosa que viniera mi papá y me trajera los Musicuentos . Eran unos cuentos que venían con el disco (OK, soy de la época de los discos de vinilo... soy vintage!) . Empezaban con una canción hermosa... que decía: " Vengan a mi  este cuento les quiero yo contar (a escuchar...)  vengan a mi  a mi mundo de sueños a soñar (vamos ya...)  no traigan paraguas, una capa roja ni una gran cartera  para llegar a mi  basta solo fantasía y bondad (y bondad...)."  Me encantaba escuchar las voces que relataban el cuento mientras ojeaba las páginas de los libros... Me sumergía en ese mundo de fantasía y hasta me parecía ver las carrozas, las princesas y las hadas madrinas. Antes de venirme a Italia, mi colección completa de Musicuentos fue a parar a un jardín de infantes. Obviamente los discos no creo que los sigan escuchando, pero los libros espero que les hayan servido. Hace unos años, descubrí con sorpresa que El Musicuento de Visconte...

Io voglio

Significa "Yo quiero" en italiano. Este 2013 está lleno de yo quiero... Por empezar, los de Matias. Empezó pronunciando "io voglio" por repetición... repetía lo que nosotros le decíamos y así nos llenábamos las frases con yo quiero agua, yo quiero pan, yo quiero TV, yo quiero jugar, yo quiero salir... Hasta que lo transformamos en un gesto, llevándole la mano al pecho, sin decir nada... Mati dice solito "yo quiero" y después le agrega lo que quiere. La otra noche, estábamos todos en la cama, Mr Love y yo, cada uno con sus respectivas computadoras (parecemos un ciberdormitorio), Matias respira profundo nos mira y sin gesto, sin repetición, sin insinuación nuestra... dice: "io voglio PC". Armó la frase expresando lo que él mismo quería en ese momento. Los que me leen de hace rato y se bancaron todos mis post con la perorata de mi hijo autista que no habla, o están felices y contentos como yo o dirán finalmente, así se deja de hinchar! Pero estoy se...