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Mostrando las entradas de octubre, 2011

Pido gancho!

El que me toca es un chancho!!! Me acuerdo que cuando jugábamos a la escondida o a la mancha, y necesitábamos pedir una pausa sin ser "quemados", alcanzaba con decir "pidooooo!!!" en voz alta y los compañeros de juego nos daban tregua. Hace dos meses que estoy corriendo sin parar, buscando opciones, esquivando bastonazos que me alcanzan igual, esforzándome por ser optimista y esperando que la esperanza no sea vana. Si a eso le sumamos, aumento de trabajo, nuevos emprendimientos y con ellos, nuevos riesgos... Te juro, que quisiera volver a mi niñez en la calle cortada de Pilar, mientras nos escondíamos detrás de las plantas de la vereda o en el recoveco del zaguán del vecino y simplemente gritar fuerte un "pidooooo" para que mis 'compas' me dejen un ratito de changüí, donde el único riesgo sea tener que ir a contar o tocar a los demás para pasarles el bardo. Pero aquí estamos, sin juegos y sin pidos que valgan. ¿Les cuento novedades? Vieron que se m...

Sensación de vacío

Desde hoy temprano tengo un escalofrío radicado en el cuerpo, una angustia justificada.Esta mañana, a las ocho menos cuarto suena el teléfono, era mi mamá. Me dió una  noticia que me dejó ausente. "Enzo se mató". Enzo es el mejor amigo italiano de mi hermana y a la vez, el mejor amigo de mi cuñado Salvatore. Iba a ser su testigo (el día que decidieran casarse). Tenía 33 años, linda presencia, sentido del humor y mala suerte en el amor. Estuvo casado con una extranjera y hasta vivió en Alemania y Polonia, siguiéndola adonde ella fuera, con el solo objetivo de hacerla sentir bien. Hasta que ella le dijo que se sentía bien sin él... Mi hermana decía que ella y Enzo, eran como padres separados, que se contendían la custodia del hijo (Salvatore), entonces tenían días de amigos solos... o cenas los tres juntos. El lunes pasado fue la última que compartieron los tres. No se entiende por qué ahora. Por qué compró esa pistola hace un año y no dijo nada a nadie. Por qué no pidió ayuda...

Familiaridad

Te alcanza encontrar gente argentina, para sentirte un poquito más cerca de casa. Por más que viva en Italia desde casi una década, aunque mi casa y mi familia estén acá, encontrarse con gente del pago tiene calor de hogar. Silvina apareciò este verano en el negocio de mi mamà, con su hijita Valentina de tres años y su cuñada. Mientras miraban la vidriera, los oídos fueron como antenitas... cuando le dijeron a Valentina, "mirá Vale, allá (Léase pronunciado en perfecto argento 'asha') tienen a Blancanieves!" Entraron y se sorprendieron cuando las recibieron mi mamá y mi hermana con un "buen día", seguido de un "te gusta?"... nada de buongiorno , ningún ti piace. Así empezaron y estuvieron toda la mañana en el negocio, hablando y hablando. Desde que se conocieron, mi hermana no paraba de decirme: te tengo que presentar a Silvina, porque es igual a vos, tiene la misma manera de hablar, de pensar. Y cada vez que iba al negocio, nos desencontrábamos. ...